Nikol Pashinyan es cuestionado por miles en las calles de la capital que piden su dimisión al grito de “traidor” condenando su manejo del reciente conflicto bélico con Azerbaiyán.
Martes 23 de febrero de 2021 18:09
Las protestas de meses contra Pashinyan habían quedado inactivas durante el duro invierno de Armenia, pero se reanudaron este sábado, cuando miles de manifestantes tomaron las calles de la capital, Ereván. La exigencia para que renunciara el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, se intensificaron nuevamente el martes, cuando miles de manifestantes y partidos de oposición organizaron la tercera manifestación en una semana para exigir que renunciara por su manejo del conflicto de Nagorno-Karabaj con Azerbaiyán.
Opposition hold a protest action demanding RA Prime Minister Nikol #Pashinyan’s resignation on France Square of #Yerevan, #Armenia
FEBRUARY 22 2021Stay Strong #Armenia🇦🇲
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HAYK BAGHDASARYAN pic.twitter.com/DcXlQYGkhB— Armenia 🇦🇲 (@Armenia_Better) February 23, 2021
Se desplegaron cordones policiales para vigilar los edificios gubernamentales cerca de la Plaza de la República en la capital, Ereván, y los agentes acompañaban a Pashinyan cuando caminaba de un edificio a otro mientras los manifestantes gritaban "¡traidor!".
Un día antes, los manifestantes junto a partidos de oposición marcharon hacia la Plaza Francia de Ereván y bloquearon varias calles adyacentes, paralizando temporalmente el tráfico en el área.
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Las manifestaciones siguen a las protestas en noviembre pasado, que crecieron después de que Pashinyan firmara un acuerdo de paz negociado por Rusia luego de seis semanas de conflicto que se cobró miles de vidas y vio cómo se cedían franjas de territorio en y alrededor de Nagorno-Karabaj a Azerbaiyán.
La región montañosa es reconocida internacionalmente como tierra de Azerbaiyán, pero ha estado bajo el control de fuerzas étnicas armenias y funcionarios armenios autoproclamados, respaldados por Armenia, desde la guerra anterior entre los rivales que concluyó en un alto el fuego en 1994 y 30.000 muertos.
Las protestas habían permanecido inactivas durante un período en lo más profundo del invierno de Armenia, pero se reanudaron el sábado, cuando miles de manifestantes tomaron las calles de Ereván.
“Las acciones de desobediencia [civil] deben continuar, la ciudad debería paralizarse de vez en cuando”, dijo Ayk Mamidzhanyan del Partido Republicano de Armenia.
A pesar de la presión, Pashinyan se ha negado por el momento a dimitir. Ha defendido el acuerdo de paz como una medida dolorosa pero necesaria que evitó que Azerbaiyán invadiera la región de Nagorno-Karabaj.
En una aparente concesión a los manifestantes, Pashinyan planteó en diciembre la posibilidad de elecciones parlamentarias anticipadas este año. Sin embargo, la alianza parlamentaria My Step de Pashinyan pareció dar marcha atrás en esa propuesta a principios de este mes.
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Las protestas del lunes se produjeron cuando el ministro de Defensa armenio, Vagharshak Harutyunyan, dijo que el país acogería con agrado la expansión de una base militar rusa en su territorio y el redespliegue de algunas fuerzas rusas más cerca de su frontera con Azerbaiyán, tras el conflicto del año pasado.
Según el acuerdo de paz, que se celebró en Azerbaiyán como un gran triunfo, Rusia ha desplegado alrededor de 2.000 efectivos de mantenimiento de la paz en Nagorno-Karabaj durante al menos cinco años.
Rusia también tiene una base militar de pleno derecho tripulada por unos 3.000 soldados en la ciudad armenia de Gyumri, cerca de la frontera turca, bajo un pacto formal de defensa con Armenia.
El conflicto -que estuvo además atravesado por rivalidades entre potencias extranjeras como Turquía y Rusia-, fue en gran parte un motivo para los Gobiernos de Arzebaiyán y Armenia de reorganizar conflictos internos impulsando el odio nacionalista. En el caso de Armenia, previo a la guerra se venían expresando movilizaciones en contra del Gobierno por la situación económica. La derrota militar arrastró al país a una situación aún peor y una crisis política a Pashinyan.
Con información de Al-Jazeera.