El presidente español anunció los indultos a varios presos políticos catalanes en un intento claro de empezar a cerrar la crisis abierta por el reclamo independentista. Una medida que, aunque supone una mejora de la situación para los 9 presos encarcelados a raíz del 1-O, se hace para sellar el candado que niega el derecho a decidir y mantiene a otras 3000 personas con causas abiertas por el referéndum y las movilizaciones independentistas de los últimos años.
Lunes 21 de junio de 2021 19:33
El presidente del Gobierno español ha argumentado los motivos que llevan a su Ejecutivo a conceder esta medida de gracia. Hasta 30 páginas por preso justificarán la medida del gobierno central.
En las últimas fechas se han ido sumando apoyos a los indultos. Tanto empresarios, como sindicatos y hasta la Iglesia se han mostrado favorables a esta medida. No por prurito democrático, sino porque son conscientes del uso restaurador autonómico que el gobierno "progresista" de Sánchez, en colaboración con el gobierno catalán de Pere Aragonés, quiere darle.
Ahora bien, si desde el Régimen español se ponen de acuerdo para intentar acabar con las aspiraciones democráticas del pueblo catalán y cicatrizar como si nada las heridas del 1 de octubre y de la represión de los últimos años contra el pueblo catalán, no sucede lo mismo a pie de calle o entre amplios sectores del movimiento independentista.
Els 300 empresaris i polítics convidats van arribant al crit de "Botiflers, botiflers". #ClemenciaNoEsJusticia @assemblea @Endavant_OSAN #IndependènciaÉsLlibertat pic.twitter.com/iikSv2iyZx
— EsquerraDiari.cat (@EsDiariCat) June 21, 2021
Aunque ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y Oriol Junqueras quieren vender estos indultos como una “victoria del independentismo” -parafraseando a Junqueras-, muchos sectores cuestionan el acuerdo por abajo que ha hecho posible esta medida.
La decisión viene tomada por quien fuera líder de la oposición durante los hechos de 1 de octubre y que avaló toda la represión de esas fechas. Por el mismo gobierno que, a través de la Abogacía del Estado, pidió cárcel por sedición. Por no decir que tras la sentencia del juicio farsa contra los líderes independentistas y las protestas que esta conllevó, fue quien al frente de la Moncloa dirigió la represión, junto a la policía catalana de Torra y Aragonés, en las calles de Barcelona.
La medida es fruto de un intercambio de favores entre ERC y PSOE en el intento de ambos de afianzar la vuelta al autonomismo, y supone en lo inmediato un olvido absoluto de los otros 3.000 activistas independentistas represaliados en estos últimos años. La Amnistía queda enterrada bajo el decreto que se espera aprobar esta semana, lo mismo que el derecho a decidir de los catalanes del cual el gobierno "progresista" es tan enemigo como el de Rajoy.
Crits de "fora fora fora la justícia espanyola" abans de l'arribada de @sanchezcastejon #indults #ClemenciaNoEsJusticia pic.twitter.com/u4pnkJPAa5
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Los actos de protesta de este lunes han sido convocados por Poble Lliure, denunciando al Pedro Sánchez que apoyo la represión contra el movimiento independentista, bajo el lema “clemencia no es justicia”. Pero falta señalar también a las fuerzas políticas catalanas que desde hace años vienen paralizando y desactivando al movimiento democrático catalán. Precisamente una paralización y desactivación que permite las maniobras del gobierno español.
No hay medida de gracia que pueda venir de un Estado represivo, que metió en prisión a líderes políticos y sociales por llamar a las urnas. La amnistía es la única resolución que cabría esperar, tanto de los presos políticos como de los miles de activistas y luchadoras que han sido y están siendo víctimas de la represión del Régimen surgido al final del franquismo en 1978. Y esta no llegará de mesas de negociación con Moncloa, sino con la movilización en las calles de Cataluña con la solidaridad de la clase trabajadora y sectores populares del resto del Estado.