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Red Internacional
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CRISIS POLÍTICA Y MOVILIZACIONES DE MASAS. Puerto Rico: confirman el juicio político a Ricardo Rosselló

Lo anunció el presidente del parlamento. Mientras, siguen las grandes movilizaciones y Rosselló trata de ganar tiempo.

Jueves 25 de julio de 2019 00:30

En medio de las masivas y permanentes movilizaciones que conmueven Puerto Rico desde hace 12 días, el presidente del parlamento, Carlos “Johnny” Méndez, convocó a una sesión extraordinaria este jueves para abrir un juicio político (proceso de residenciamiento) al gobernador Ricardo Rosselló Nevares.

Según informaron altas fuentes del propio partido de gobierno, por la mañana Rosselló se había comprometido ante la cámara legislativa a presentar su renuncia públicamente el mismo miércoles. El mandatario primero estiró el anuncio, previsto mediante un discurso para las 17hs, y luego se mantuvo enclaustrado en la sede de gobierno sin ofrecer declaraciones.

Así, y frente a una movilización que no cesa y que se mantenía por la noche rodeando la casa de gobierno, Méndez hizo la convocatoria a sesión extraordinaria a última hora del miércoles. El proceso de juicio político tardaría por lo menos varios días, lo cual en los hechos significa ganar tiempo a favor de Rosselló en momentos que ha perdido cualquier tipo de apoyo serio no solo en Puerto Rico sino en el propio Estados Unidos.

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A pesar de que las grandes y continuas movilizaciones no tienden por el momento a avanzar en acciones más determinadas que logren imponer las demandas populares, la isla atraviesa una profunda crisis política. Más allá del cadáver político en que se ha transformado el gobernador, la línea de “sucesión constitucional” está fuertemente dañada por la previa renuncia del sucesor inmediato y porque la siguiente a ocupar el cargo, la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, también estaría implicada en casos de corrupción que saldrían a la luz en los próximos días.

De esta manera, la salida de Rosselló, se diera como renuncia del mandatario o a través del juicio político, no cerraría la crisis e incluso podría profundizarla al agotarse los “fusibles” de que dispone el régimen político y ampliarse el desprestigio ante las masas.

Por otro lado, Puerto Rico atraviesa una delicada situación económica y financiera que Rosselló y los partidos políticos capitalistas vienen descargando sobre los trabajadores y el pueblo pobre con medidas que amenazan reforzar los lazos coloniales que atan al país con el imperialismo yanqui, recortando el presupuesto público para garantizar el pago de la fraudulenta deuda externa.

Si bien el motor de la movilización es la salida inmediata del odiado gobernador, esa situación más profunda, es el “mar de fondo” del reclamo popular que podría terminar expresándose en las protestas. El juicio político que impulsa un sector del propio partido de gobierno persigue el objetivo de mantener las manifestaciones dentro de los marcos legales y pacíficos antes de que crezca el riesgo de una radicalización tanto en los métodos como en las demandas de la calle.

Es ese mismo fantasma el que explica que un personaje siniestro como el senador por La Florida, Marco Rubio, golpista en Venezuela y anticubano rabioso, haya pedido que Rosselló de un paso al costado.

La movilización que llega a niveles históricos de amplitud, reflejados en los casi 500.000 manifestantes del lunes (entre una población total de 3,6 millones) o en la participación de figuras emblemáticas como los cantantes Bad Bunny, Ricky Martin o Residente (ex Calle 13), tiene que enfrentar estas maniobras del régimen y avanzar en un cuestionamiento de fondo no solo a la clase política corrupta sino a la relación colonial que subordina el país a los mandatos imperialistas.