El pasado domingo el President contestó a preguntas en directo durante más de 2 horas. Entre otros asuntos, habló del Referéndum manteniendo su ambigüedad.
Lunes 23 de enero de 2017
En el programa de TV3 "Jo pregunto" del psado domingo, Carles Puigdemont estuvo respondiendo a las preguntas de doce personas, seleccionadas de diferentes temas. Se trataron los asuntos de los recortes, el paro, el idioma castellano, el presupuesto, la situación de la educación, etc. Puigdemont se caracterizó por dar respuestas más bien evasivas. Le echó culpas al estado central por la falta de financiación, aunque sobre este aspecto podríamos decir que tiene algo de razón, ya que durante la anterior legislatura, el presupuesto fue duramente ajustado por Montoro.
Sin embargo, no habló mucho del uso que hace su Gobierno del presupuesto autonómico. No habló de los 30 millones para las escuelas del Opus Dei. No habló de la privatización de la gestión de servicios en sanidad. No habló de la negativa a cobrar impuestos mayores a los ricos. Y es que, tanto la antigua Convergència como Esquerra Republicana, son quienes les defienden.
Si bien tardó una hora en oírse hablar de la cuestión de la independencia, el tema no dejó de ser uno de los más importantes. No tanto porque el President ofreciera información clara sobre el denominado Procès, sino por su contrariedad. Este capítulo es el más importante de los últimos cinco años.
Como viene haciendo, desde que asumió el poder, decidió jugar a la indefinición, a las medias tintas. Por un lado, el President confirmó que "habrá referéndum, está todo el mundo avisado". Pero a continuación rebajó toda pretensión indicando que hay que hacerlo sin prisas e incluso habló de un posible fracaso.
Desde que la antigua Convergència se pusiera a la cabeza del movimiento democrático por la autodeterminación catalana, no ha parado de marear la perdiz. Cuando convocó el 9N lo terminó rebajando a urnas de cartón para no desobedecer al Tribunal Constitucional. Sacó al pueblo de las calles para llevarlo a los debates parlamentarios, en los cuales el Procès no parece avanzar nada. Y cuando votó el Referéndum de septiembre próximo lo hizo con dos mociones opuestas, una unilateral y otra pactada.
Otro aspecto que resultó ser muy llamativo, es la participación entre quienes preguntaron a Puigdemont, de dirigentes políticos y de diferentes colectivos que no fueron presentados como tales. Había miembros de Iniciativa, Ciudadanos, Sociedad Civil Catalana que emitieron sus preguntas sin aclarar quienes eran. Esta ocultación trajo un gran debate en las redes y las tertulias del día siguiente.
El Pacte Nacional pel Referéndum no se moja
Los ocho miembros de la comisión ejecutiva del PNR han presentado el documento político que guiará los pasos a seguir en la consecución de un Referéndum pactado. El mismo plantea los términos de la negociación para realizar el mismo y en ningún momento se pronuncia por la vía unilateral. Un documento hecho a medida de Junts pel Sí, Puigdemont y Catalunya Sí que es Pot, fuerzas que buscan pactar el referéndum con el Gobierno español (aunque parece mentira, así es).
El documento insta a la Generalitat y al Estado a llegar a un acuerdo para celebrar el referéndum. Y los integrantes de la comisión ejecutiva del PNR han dejado en claro que ellos no pueden participar de un Referéndum unilateral, porque no esa su misión. Sin embargo, tanto Rajoy como la Vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría o cualquier miembro del Gobierno han dejado claro que no facilitaran la realización de ninguna consulta que pueda acabar con la escisión de una parte del actual Estado español.
Lamentablemente, hay muchas instituciones a la cabeza del movimiento democrático catalán que están dando vueltas alrededor de una negociación imposible. Esto lleva a la frustración, el desánimo y acaba agotando las fuerzas del pueblo. Tanto la Òmnium, como la Assemblea, como el Pacte, Junts pel Sí e incluso Catalunya Sí que es Pot están llevando la movilización social por un camino sin salida.
Es indispensable que las fuerzas de izquierdas, en primer lugar la CUP y Catalunya Sí que es Pot, rompan estos pactos y planteen la necesidad de luchar por la realización del Referéndum y por hacer efectivo sus resultados a través de la movilización popular. No se puede esperar nada del Gobierno central, ni del PSOE o Ciudadanos. El referéndum solo podrá realizarse sobre la base de torcer el brazo al Gobierno de Rajoy y buscando el apoyo de los trabajadores y los pueblos del resto de la península.