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Red Internacional
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Villa Constitución. Pullaro y Giacomino, personas non gratas para las docentes, anuncian intervención en Las Chapitas

El gobernador Maximiliano Pullaro visitó Villa Constitución, para firmar un acuerdo de “Intervención Barrial Focalizada” en Las Chapitas, un barrio históricamente estigmatizado. Sin embargo, su presencia se mantiene oculta a la comunidad educativa para evitar el rechazo generalizado por sus políticas de ajuste contra los docentes y la educación pública.

Martes 17 de diciembre de 2024 10:40

El pasado viernes, en un acto celebrado en la sede de la Unidad Regional VI, el gobernador Maximiliano Pullaro, junto al intendente Jorge Berti y el senador Germán Giacomino, firmó un convenio para implementar una “Intervención Barrial Focalizada” en Las Chapitas. El barrio, marcado desde sus inicios por la estigmatización y la exclusión, vuelve a ser el escenario de medidas que priorizan la presencia policial y judicial por encima de las políticas sociales reales.

Según Pullaro, el plan busca reducir la violencia con un esquema que combina acciones “duras” del Estado —presencia policial e investigaciones criminales— con un supuesto refuerzo de áreas sociales como salud, educación y desarrollo. Pero lo cierto es que estas visitas se realizan sin aviso previo, lo que revela la necesidad del gobernador de evitar un rechazo abierto de docentes, vecinos y organizaciones sociales.

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Un barrio estigmatizado desde su constitución

Las Chapitas, como muchos otros barrios de la ciudad con más desocupación del país, ha sido históricamente blanco de prejuicios mediáticos y gubernamentales, tratados como territorios de “riesgo” y no como comunidades con necesidades estructurales desatendidas. La “intervención” anunciada entre cuatro paredes, alejada de las y los vecinos del barrio, quienes no fueron convocados a participar ni informados de las medidas que se aplicarán, no es más que la profundización de un enfoque securitario que criminaliza a las familias trabajadoras, en lugar de garantizar condiciones de vida dignas, empleo genuino y educación de calidad.

A diario, las docentes de estas comunidades enfrentan una realidad que trasciende lo pedagógico: niñas y niños que llegan a las aulas sin haber comido bien, sin un descanso adecuado y con las marcas de la pobreza estructural que atraviesa sus vidas. Las escuelas se convierten en espacios donde estas problemáticas se centralizan y se visibilizan, mientras el Estado cumple su rol de más presente que nunca para arrebatarnos derechos y atacarnos. Son las docentes quienes sostienen, con su trabajo y compromiso, el tejido social roto por la desocupación y el abandono estatal, desafiando a diario los estigmas que se imponen sobre los barrios y sus habitantes.

El intendente Jorge Berti se alinea con el gobierno provincial, permitiendo intervenciones que no responden a las verdaderas necesidades de los barrios. Berti, no puede mirar hacia otro lado ni justificar medidas que solo traen más control policial y abandono estructural.

Es el mismo intendente que vimos "llorar" por la partida de Gendarmería, como si la militarización fuera la única respuesta a los problemas de la ciudad. Hoy, en lugar de plantarse ante Pullaro y exigir políticas que garanticen empleo, educación y acceso a derechos básicos, entrega a Las Chapitas a una intervención que perpetúa la violencia social. Berti debe asumir su la responsabilidad política que es garantizar que en la ciudad haya empleo genuino y de calidad y no ceder ante las presiones de Acindar. Son cientos de trabajadores que no ingresaron a cubrir vacaciones, que fueron discontinuados sus contratos o directamente despedidos. Las negociaciones con el gobernador tienen que estar en esa línea.

Pullaro: el “boxeador contra las docentes”

La presencia del gobernador tampoco fue anunciada a la comunidad educativa, donde la figura de Pullaro genera un fuerte rechazo por los durísimos ataques a la docencia, la reforma previsional que impulsó Giacomino y fue votada escandalosamente con detenidos a los que les abrieron causas y peleamos por el cierre de las mismas. Su política de ataque a los derechos laborales docentes, lo ha convertido en una persona non grata para las trabajadoras y los trabajadores de la educación.

Durante su discurso, Pullaro no dudó en culpar a los gremios, en especial a AMSAFE, por los conflictos que surgieron a raíz de sus medidas de ajuste: “Nosotros entendíamos que los paros se tenían que terminar en Santa Fe porque los chicos no pueden ser rehenes”. Sin embargo, el gobernador omite mencionar las condiciones laborales de precarización y salarios de pobreza que enfrenta el sector educativo.

Mientras Pullaro busca instalar una narrativa de eficiencia y autoridad, las docentes denuncian un ataque directo contra la educación pública y los derechos conquistados. Con la excusa de asegurar los días de clase, el gobierno ha invisibilizado el reclamo legítimo por mejores salarios y condiciones dignas para enseñar y aprender.

La intervención en Las Chapitas y las políticas hacia el sector educativo dejan en evidencia el perfil de un gobernador que, al estilo de un “boxeador”, golpea de manera sistemática a los sectores más vulnerables y a quienes defienden sus derechos. Pullaro y Giacomino actúan en territorio sin aviso, temerosos del rechazo de las trabajadoras y trabajadores que no olvidan ni perdonan el ajuste.

Las Chapitas no necesita intervenciones policiales; necesita trabajo, salud y educación pública. Y quienes gobiernan deberán enfrentar el escrache social si siguen ignorando estas demandas. No se metan más con nuestros estudiantes y sus familias.

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