×
×
Red Internacional
lid bot

"OPERACIÓN LIBERTAD" DE LA DERECHA VENEZOLANA. Qué dejó la jornada golpista en Venezuela

Los principales hechos de una jornada golpista que habrá ver qué contornos podría tener en las calles en este Día Internacional del Trabajador.

Isabel Infanta

Isabel Infanta @isabel_infanta

Miércoles 1ro de mayo de 2019 05:00

Bajo los primeros rayos del alba, una intentona de golpe liderado por el autoproclamado "presidente encargado" Juan Guaidó tomó estado público.

Te puede interesar Repudiamos la intentona golpista de Guaidó apoyado por el imperialismo y la derecha regional

A través de las redes sociales, el líder de la derecha convocaba a la población a salir a las calles y a las Fuerzas Armadas a dar un golpe de Estado.

Junto a Guaidó y un grupo de militares, se veía a la principal figura de la oposición de la ultraderecha, Leopoldo López, quien fue liberado de su prisión domiciliaria por un grupo de militares que reconocen la autoridad de Guaidó, quien le "concedió el indulto" sobre la pena de casi 14 años que cumplía desde el 2014.

El nuevo llamado golpista de Guaidó fue apoyado rápidamente por el senador republicano estadounidense Marco Rubio, y la derecha regional con Colombia y Argentina a la cabeza. También lo hizo el Secretario General de la OEA, Luis Almagro.

La Casa Blanca, tal vez con algo más de demora que en otras ocasiones, salió a respaldar esta nueva aventura, con el secretario de Estado John Bolton y el asesor de Seguridad Nacional Mike Pompeo a la cabeza. "La Operación Libertad está en marcha en Venezuela y el mundo está mirando. La seguridad de Juan Guaidó debe ser garantizada. El pueblo venezolano está demandando un cambio, una transición democrática pacífica, y el regreso a la prosperidad. Es tiempo de que el régimen ilegítimo de un paso al costado", tuiteaba el secretario de Estado Mike Pompeo a media jornada.

El desarrollo de la jornada fue muy confuso, y por momentos era difícil distinguir las noticias de las fake news. Los mensajes tuiteados desde la Casa Blanca abonaban a esta confusión.

“Hemos estado pendientes durante el día; hace mucho que nadie ve a Maduro”, le decía Mike Pompeo a un periodista de CNN. “Tenía un avión en la pista, estaba listo para partir esta mañana, así lo entendemos, y los rusos le indicaron que debía quedarse”, afirmaba el funcionario, puntualizando que el destino era Cuba. Recordó además que el presidente Trump "ha dejado muy claro que mantiene todas las opciones sobre la mesa incluyendo la opción militar".

El presidente Donald Trump por su parte reforzaba sus fuertes amenazas contra la isla. "Si las tropas y militares cubanos no cesan de inmediato las operaciones militares y de otro tipo en favor de provocar la muerte y destrucción de la Constitución de Venezuela, se le impondrá a la isla de Cuba un total y completo embargo, junto con sanciones del más alto nivel" decía el primer mandatario.

La operación de incluir a Cuba como socia del régimen de Maduro en lo que la derecha llama la "usurpación" de la presidencia busca legitimar el intento de golpe en su base más de derecha.

El gobierno cubano salió a contestar. El presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez rechazó enérgicamente las amenazas de Trump y negó la existencia de operaciones militares o tropas cubanas en Venezuela.

Una de las claves de la jornada, inscripta en el video matutino de Guaidó, residía en el "posible cambio de lealtades" de sectores de las Fuerzas Armadas. Hablando desde las cercanías de la base militar La Carlota flanqueado por un puñado de militares, Guaidó dijo que "Son muchos los militares…. A todos los que nos están escuchando: es el momento, el momento es ahora... Vamos a recuperar la democracia y la libertad en Venezuela”.

Durante la mañana, se vieron imágenes de Leopoldo López junto a algunos militares con cintas azules en los brazos que marcaban su lealtad hacia el golpismo, pertrechados preparando ametralladores desde un puente adyacente a la base militar, desde donde se reportan algunas acciones de represión gubernamental con bombas lacrimógenas.

Desde la Casa Blanca, Bolton arengaba abiertamente al golpe, compeliendo a la población civil y militar a presionar a tres altos funcionarios del gobierno que según él estaban de acuerdo con Guaidó en que había que sacar a Maduro: el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia Maikel Moreno, y el comandante de la Guardia Presidencial Rafael Hernández Dala. Más temprano, Bolton había dicho que estos tres funcionarios habían estado "negociando desde hace meses" con la oposición y que durante la tarde o la noche estarían tomando acciones para pasar a sectores de las Fuerzas Armadas al bando golpista.

A medida que se desarrollaba la jornada quedaba claro que la convocatoria de Guaidó a la población no tuvo la respuesta esperada. La movilización que acompañó a Guaidó no solo no alcanzó para llegar a Miraflores como hacían alarde, sino que no consiguió salir de las cercanías desde donde se desarrollaban los hechos de la intentona golpista. Tampoco llegaban las esperadas acciones de ruptura. Pero el elemento que le imprimió gran intriga a la jornada fue el silencio de Maduro. Lo único que trascendió fue un mensaje por en horas de la mañana que pregonaba "nervios de acero":

Hacia la tarde, John Bolton tuvo que reconocer en forma de amenaza que la apuesta a la ruptura de las Fuerzas Armadas de la mano de Padrino, Moreno y Hernández Dala no estaba sucediendo: "Nosotros, y el mundo los haremos responsable por los venezolanos que hoy están heridos", sentenció.

Las señales de que la intentona golpista no se ajustaba al "plan" eran evidentes. El gobierno Bolsonaro daba cuenta de esos límites en boca del general Heleno, ministro de Seguridad Institucional, quien afirmó que el anuncio de Guaidó "fue colocado después en la dimensión correcta, o sea, había un cierto apoyo de las Fuerzas Armadas, pero eso no llegaba a alcanzar a los escalafones altos, se quedaba ahí, en el escalón más bajo". Según la prensa local, el ministro habría añadido que Brasil no vislumbra una “solución a corto plazo”.

Leopoldo López, por su parte, tuvo una jornada verdaderamente "maratónica". Empezó en el estrellato de la liberación de prisión domiciliaria, evidenciada en el video junto a Guaidó, estuvo varias horas en las adyacencias a la base militar La Carlota y en la manifestación junto a Guaidó, se refugió primero en la embajada de Chile y terminó refugiado en la Embajada de España.

El que pasó a tener paradero desconocido fue Juan Guaidó, quien terminó la jornada convocando a una movilización para este 1 de mayo como continuidad de la Operación Libertad.

Hacia el final de la jornada apareció Nicolás Maduro. Con tono triunfalista, habló del "fracaso de la escaramuza golpista". Argumentó que el 80% de los militares y policías que habían sido convocados a la acción matutina de Guaidó fueron convocados bajo engaño, y presentó un video en el que un grupo de jóvenes militares explicaban esos hechos, en los que según dicen, habrían sido amenazados por los jefes del complot. Sobre los otros 20% dijo que "Ya verán el destino que tienen los traidores. [Como a los otros a quienes] los usaron y los abandonaron".

Por supuesto que negó las versiones de que se estaba por subir a un avión y se lo impidieron los rusos, y acusó a los golpistas de violentos que "respondieron las bombas lacrimógenas con armas de fuego". Maduro también convocó al movilizar mañana en el Día del Trabajador.

Lo cierto es que, de los probables objetivos de la derecha venezolana en esta nueva aventura golpista, lo único que puede acreditar es la libertad de su principal líder, Leopoldo López, que salvo alguna negociación de por medio, difícilmente salga del país, y habrá que ver cómo puede apuntalar este intento de golpe dirigido por Estados Unidos, en el cual la figura de Juan Guaidó ya se encuentra muy desgastada.

Y si bien el resultado por ahora favorece a la continuidad del gobierno de Maduro, el actor que realmente sale fortalecido son las Fuerzas Armadas, que son el pilar del régimen. Muestra de ello fue la fuerte presencia durante toda la jornada y en los comunicados oficiales, además de la presencia de toda su cúpula en la alocución de Maduro en la tarde noche de este martes.

Desde el 23 de enero el imperialismo no ahorró llamados, maniobras y amenazas para intentar quebrar a las Fuerzas Armadas para que derroquen a Maduro. Luego de fracasados sus intentos y que la ofensiva golpista haya entrado un fuerte impasse, se concentraron en la agresión y asfixia económica, que profundizan las penurias del pueblo, aunque el golpismo no dejaba de estar latente, el cual renovaron con la intentona de este martes.

Como dice la declaración de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, organización de la Fracción Trotskista que impulsa La Izquierda Diario en Venezuela, "Quienes enfrentamos al gobierno de Maduro y sus políticas, debemos oponernos con toda firmeza a esta avanzada reconolizadora del imperialismo, cuyo vehículo es Guaidó. El gobierno de Maduro, sin embargo, no toma ninguna medida anti-imperialista verdadera, se limita a ponerse bajo el ala de potencias como Rusia o China, mientras se defiende del golpismo con métodos burocrático-militares que también golpean al pueblo, y no hacen más que fortalecer a las Fuerzas Armadas como el verdadero poder y árbitro de la situación. Por eso no depositamos ninguna confianza en estas Fuerzas Armadas que pueden terminar negociando una salida pactada con la derecha. La lucha contra el golpismo y el imperialismo debe ser con total independencia política, con una política propia de los trabajadores en la perspectiva de fortalecernos también en la lucha contra la miseria a que somos sometidos y el autoritarismo del gobierno".