Alquilar es una verdadera odisea para más de 8 millones de trabajadores.En esta columna de economía te contamos los cambios de la nueva ley de alquileres y debatimos una salida de fondo para comenzar a resolver el problema del acceso a la vivienda digna que empeora en pandemia.
Alquilar es una verdadera odisea para la inmensa mayoría de les trabajadores El problema del acceso a la vivienda sigue siendo una cuenta pendiente que empeora en pandemia. El hacinamiento y las dificultades para acceder a una vivienda digna afectan a más de 3 millones de familias en el país.
¿Por qué alquilar es una odisea que enfrentan millones de trabajadores?
¿Qué dice la nueva Ley de Alquileres?
Esta ley viene cajoneada hace años y recoge los reclamos históricos de las organizaciones de inquilinos, que reciben denuncias a diario por las condiciones usurarias y desiguales que imponen las grandes inmobiliarias y dueños. Los principales cambios son:
Una votación con ausencias
Un tema muy mencionado fue que los senadores de Juntos por el Cambio se levantaron para no votar esta ley, argumentando que no era un tema urgente a tratar en tiempos de pandemia. Una ridiculez, porque sucede todo lo contrario. Es claro que defienden a sectores inmobiliarios que hace años realizan un fuerte lobby parlamentario para impedir su tratamiento.
Según una encuesta de la organización Inquilinos Agrupados, hay 8 millones de personas que alquilan en Argentina. Esa es una realidad que tiene varias décadas y ningún gobierno modificó.
Frente al agravante que supone la crisis para afrontar el pago de alquileres, el Gobierno tuvo que decretar medidas de emergencia como el congelamiento de alquileres, la suspensión de desalojos por falta de pago, y el congelamiento del valor de las cuotas de créditos UVA congeladas hasta el 30 de septiembre. Se calcula que sólo el 49% de los inquilinos podrá pagar el alquiler de Junio.
Se espera estas medidas se extiendan, por eso aún no es claro cuándo empezarán a regir los cambios de esta ley en los contratos. Pero lo que es seguro es que el fuete lobby inmobiliario intentará trasladar a los precios todo lo que pueda, por eso es clave que existan penalidades que pongan un freno a esta situación.
Por último, es muy importante remarcar que la ley es progresiva e implica una leve mejora en las condiciones de alquiler. Pero de ninguna manera resuelve el problema habitacional. Mientras no hay créditos accesibles y un dólar a casi $ 100, el sueño de la casa propia es cada vez más inalcanzable.
Una salida de fondo para el problema de vivienda, que termine con la especulación en las grandes ciudades, sería un verdadero plan de obras públicas. El impuesto a las grandes fortunas que presentó en FIT tiene como uno de sus fines iniciar un plan de 100 mil viviendas para terminar con el hacinamiento que sufren tantas familias.