Encabezado por el Consejo Coordinador Empresarial, el sector empresarial mexicano acompañará las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 17 de agosto de 2017
Desde que fueran anunciados los trabajos de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), empresarios de todos los países han puesto en juego grandes esfuerzos para que sus intereses queden plenamente representados. Así, en México destacó la iniciativa del represor Miguel Ángel Mancera, quien hizo público un listado de empresarios que deberían participar en las discusiones, entre ellos Carlos Slim y en dueño del gigante Coppel, entre muchos otros.
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Esta iniciativa se materializó con el reforzamiento de la estructura del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI) y con la instalación del "cuarto de junto" empresarial, que junto con expertos en negociaciones internacionales y algunos de los primeros negociadores del TLCAN original, acompañará al equipo liderado por Ildefonso Guajardo. De esta manera, a unas horas de que comenzaran las negociaciones del TLCAN, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se apresuró a hacer una serie de declaraciones, que sin duda marcarán la pauta que seguirán los trabajos por parte del gobierno mexicano.
Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, salió a hacer aclaraciones en torno a la mesa laboral, en donde aseguró que lo que estaría en discusión son temas como la administración laboral y la capacitación del personal, así como el intercambio de tecnología entre distintos sectores. Esta aclaración la hizo luego advertir que la homologación del (miserable) salario en México con los de Estados Unidos y Canadá "no se dará por decreto", delegando la responsabilidad de garantizar un aumento a cuestiones tan abstractas como la "formalización y crecimiento de la economía mexicana".
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Según los empresarios, un aumento en el salario en México depende de la transferencia tecnológica, capacitación y formación de los trabajadores , lo que se traduce en un aumento en el número de empresas involucradas en la exportación, así como en una mayor especialización en la producción. Es decir, pareciera que los términos en que la renegociación del TLCAN se está llevando a cabo apuntan únicamente a incrementar las participación y las ganancias de las empresas a costa no sólo de mantener los bajos salarios, sino de aumentar la competencia, lo cual, visto desde cualquier punto de vista, no puede beneficiar a los millones de trabajadores en nuestro país que laboran en la incertidumbre, sin prestaciones, sin acceso a los servicios de salud y vivienda básicos y que no cuentan con ninguna representación en esta renegociación entre empresarios y gobiernos.
Mónica Flores, presidenta de la American Chambers of Mexico (Amcham) citada por El Economista, declaró que "el tema salarial es un asunto de oferta y demanda como cualquier mercado", avalando que los trabajos mejor pagados sean los que requieran mayor capacitación, entrenamiento y especialización.
En esta asociación empresarial (conformada por 150 empresarios) que hoy busca llevar la voz cantante en la renegociación del TLCAN, participan distintas figuras (algunas señaladas por corrupción como Enrique Solana, representante del presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo) bajo el sentimiento común de "fortalecer alianzas comerciales". Desde principios de año no han tenido ningún problema en manifestar que buscan "modernizar" algunos aspectos del Tratado, pero manteniendo "puntos fundamentales" (la despreocupación por subir el salario, por ejemplo).
Otros participantes son: Confederación de Cámaras Industriales, Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Asociación de Bancos de México ABM, Consejo Nacional Agropecuarios (CNA), Cultiba (productor de azúcar y embotelladora de PepsiCo en México), Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo -ConMéxico (que agrupa colosos de la industria alimenticia como Alpura, Coca-Cola, FEMSA, Bimbo, PepsiCo, Nestlé y Unilever) y la proveedora de inteligencia comercial y estadística IQOM. ConMéxico, por ejemplo, estuvo involucrada a principios de año en una investigación por espionaje en contra de activistas que promueven un impuesto a las bebidas azucaradas, acusación que, por supuesto, continúa impune.
En cuanto a la relación del sector empresarial mexicano con el del Estados Unidos y Canadá, los términos de la negociación han ido estableciendo puntos en común. Prueba de ello es la reciente firma de un acuerdo entre organizaciones del campo y agricultores de los tres países, en donde aseguran que desean continuar en el TLCAN, argumentando que el modelo del Tratado "ha funcionado para los tres países". Para sus empresarios, claro está.
En entrevista, Juan Pablo Castañón se mostró confiado ante la posición del negociador de Estados Unidos, Lightizer, quien aunque "repitió las palabras de su jefe", reconoció que el TLCAN ha sido "benéfico" para la zona fronteriza y el campo, aunque no así en el sector automotriz. Las alternativas que manifestó ante un fracaso en las negociaciones incluyen, además de profundizar la relación comercial con Europa, Sudamérica y Japón, entre otros , "atraer más inversión extranjera" y "más comercio exterior". Lo que no dijo fue las implicaciones que este tipo de medidas han atraído a nuestro país, como devastación ambiental, despojo y militarización.
Este tipo de acuerdos representan una verdadera unidad en las alturas, pues mientras miles de personas protestaron en ambos lados de la frontera, los trabajos de las mesas continuaron sin contratiempos. Agrupaciones como la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) han alertado sobre el trasfondo privatizador de la renegociación al tiempo que denuncian el resultado devastador que ha tenido para México la importación de granos desde Estados Unidos (como el maíz que hoy por hoy empresas como Cinépolis traen de Estados Unidos).