Las dirigentas de Izquierda Autónoma le entregaron a Sebastián Piñera un documento con “10 pasos para avanzar hacia una educación pública y no sexista”. ¿Con qué estrategia quieren dirigir el “movimiento estudiantil feminista”?
Miércoles 30 de mayo de 2018
En su documento expresan que “Una educación pública y feminista exige transformaciones estructurales. Estas abarcan el orden jurídico (…) docencia e investigación (…) igualdad sustantiva (…) y finalmente retomar la lucha por la educación pública como derecho social, que asegure el financiamiento para las reformas aquí propuestas y permita, a través de la democratización de las instituciones educativas, que la sociedad, y no el mercado, decida el rumbo de la educación.” ¿Pero de qué manera quieren conquistar estas demandas?
Sin duda la lucha por una educación no sexista implica en términos generales las demandas mencionadas por el documento, es decir: protocolos contra el acoso, política de prevención, planes de formación en torno a género, reestructuración de mallas curriculares, educación sexual, terminar con los liceos exclusivamente de hombres o mujeres, igualdad salarial para hombres y mujeres y terminar con la precarización laboral, planes de igualdad de acceso a carreras feminizadas y masculinizadas, política contra la discriminación por identidad u orientación sexual y fin al lucro en la educación y democratización de liceos y universidades.
Ahora, ¿de qué manera conquistaremos estas demandas? Izquierda Autónoma, organización que forma parte del Frente Amplio, plantea la necesidad de avances parciales “en la medida de lo posible” a través del diálogo con las autoridades universitarias y el gobierno. Es decir, buscan contener las movilizaciones para transformarlas en “medidas de presión” para cocinar las reformas parciales “por arriba”, lo cual impide en los hechos aquellos cambios estructurales que, dicen, son tan necesarios y urgentes.
¿Cuáles son las perspectivas del “mayo feminista”?
El movimiento de mujeres en los distintos liceos y universidades aún no confluye en un petitorio unificado que rescate lo mejor de la lucha del 2011, retomando la lucha por una educación gratuita y el cogobierno universitario, junto a la demanda por una educación laica, no sexista ni heteronormativa, que incluya en esta lucha a hombres y mujeres, estudiantes, profesoras/es y funcionarias/os que cuestionen de raíz el modelo neoliberal instaurado en dictadura que perpetúa el mercado y el sexismo en la educación.
Junto a la lucha por termiar con el sexismo en la educación, debemos luchar por el financiamiento integral de la educación pública y retomar la propuesta de una nueva escuela nacional unificada.
Para conquistar estas demandas, necesitamos una política de independencia a las autoridades universitarias y sin ningún diálogo con el gobierno.
No pedimos, ¡Exigimos!

Constanza Satás
Estudiante Psicología PUCV