Este jueves el Estado Islámico de Khorasan (ISIS-K) se atribuyó las tres explosiones en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul. Este artículo es un breve recorrido sobre el grupo terrorista que causa problemas a los talibanes.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Jueves 26 de agosto de 2021 22:53
Este jueves 26 de agosto hubo tres explosiones en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul en Afganistán generando pánico, corridas y miedo durante las evacuaciones finales del país controlado por los talibanes. Alrededor de 60 personas murieron y otras fueron heridas, además de 12 soldados norteamericanos.
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El éxodo de Afganistán es causado por el temor de los talibanes y el régimen que impondrán. Pero además existen otros grupos que pueden atacar a la población civil, soldados extranjeros e incluso a los mismos talibanes. Se trata de un "enemigo jurado" de los talibanes: Estado Islámico Khorasan (ISIS-K según sus siglas en inglés), este grupo afgano es afiliado al famoso Estado Islámico que opera principalmente en Siria e Irak.
El grupo se atribuyó los atentados en las cercanías del aeropuerto. Pero...
¿Quiénes son ISIS-K?
ISIS-K es un afiliado del llamado grupo yihadista Estado Islámico, que una vez ganó grandes territorios en el norte de Siria e Irak y contra el cuál varias potencias, incluyendo a Estados Unidos, Rusia e Irán, los han combatido hasta recuperar las principales ciudades. Luego de la muerte del líder Abu Bkr Al Baghdadi, el ISIS en Afganistan adquirió mayor autonomía pero aún mantiene enormes vínculos con la organización de Medio Oriente.
El grupo se estableció en 2015 principalmente en el este de Afganistán, parte de un área conocida como la provincia de Khorasan, a la que se hace referencia con su nombre ISIS-K. Es una región que históricamente abarca partes de la actual Irán, Asia Central, Afganistán y Pakistán donde alguna vez estuvo situado un antiguo califato.
En 2017, Estados Unidos al mando del ex presidente Donald Trump lanzó lo que se conoce coloquialmente como "la madre de todas las bombas" en el área para intentar enviar una advertencia y eliminar al grupo dando un mensaje con varios destinatarios para mostrar fuerza imperialista.
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Según un informe del Consejo de Seguridad de la ONU del mes pasado se estimaba que el grupo contenía unos 500 miembros activos. Por otro lado, un informe de Naciones Unidas de junio apuntaba a que entre 8.000 y 10.000 combatientes de distintos grupos yihadistas de Asia Central, el Cáucaso, Pakistán y Xinjiang, la región uigur de China, habrían acudido a unirse a la lucha en Afganistán los últimos meses. Se cree que principalmente fueron con los talibán y Al Qaeda, pero también con el ISIS-K.
Por eso se estima que sus combatientes podrían ascender a 2.200, una cifra que podría seguir aumentando dado el vacío de seguridad dejado por las tropas extranjeras que parten de Afganistán.
¿Qué sabemos sobre ISIS-K?
Se formaron como una rama temprana del ISIS en 2014. Se incluyó un contingente de militantes paquistaníes que emergieron en la provincia de Nangarhar de Afganistán alrededor del 2010. Muchos de estos eran miembros distanciados del Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP) – talibanes pakistaníes – y del Lashkar-e Islam, que habían huido de Pakistán, también de otros grupos como Jamaat-ud-Dawa, la Red Haqqani y el Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU) que también habían desertado al ISIS-K. Esta tendencia a absorber yihadistas estuvo vinculada a los aciertos en Irak y Siria, además del nombramiento de líderes conocidos, lo que les permitió en la región de Khorasan ir alcanzando un importante prestigio entre los grupos islámicos radicales.
Desde su fundación, ISIS-K lanzó 100 ataques de alto perfil contra civiles en Afganistán y Pakistán entre 2015 y 2017, según un grupo de expertos en análisis de estrategia de Estados Unidos, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
También ha sido responsable de alrededor de 250 ataques contra soldados estadounidenses, paquistaníes y afganas durante ese mismo período de tiempo, y desde entonces es probable que el número haya aumentado aún más.
El editor de seguridad global de ITV News, Rohit Kachroo, explica: "ISIS-K ha operado durante seis años principalmente en el este de Afganistán en un área llamada la provincia de Khorasan ... y ha lanzado cientos de ataques contra civiles". También se cree que el grupo llevó a cabo un ataque devastador en un hospital de maternidad en Kabul en mayo de 2020, matando a 24 personas, incluidos bebés recién nacidos y madres. También otros ataques en Kabul y Jalalabad.
En Afganistán y Pakistán, la estrategia de ISIS-K es deslegitimar a los gobiernos y degradar la confianza pública en los procesos democráticos, sembrando inestabilidad en los estados-nación, que el grupo considera ilegítimos.
Por esto es que ISIS-K reclamó múltiples ataques contra "centros electorales" y fuerzas de seguridad durante las elecciones parlamentarias afganas, cumpliendo con su advertencia de "sabotear el proceso politeísta e interrumpirlo".
El grupo es claramente capaz de llevar a cabo ataques complejos en distintos puntos del país.
¿Cuál es la relación de ISIS-K con los talibanes y el grupo Al Qaeda?
La relación entre el ISIS-K y los Talibán es hostil, ya que no creen que sean lo suficientemente radicales. Los dos grupos también han luchado anteriormente por el control del territorio en Afganistán. Aunque en el caso del ISIS-K, como parte del Estado Islámico, su visión estratégica es transnacional, buscando construir un gran "Califato" que involucre a los países del Magreb y el Medio Oriente, mientras los talibanes tienen una estrategia a nivel nacional centrada en Afganistán, o sea un "Emirato".
Esto ha llevado a diferencias prácticas y estratégicas sobre cómo ubicarse con los posibles aliados internacionales. Por esto vemos a los talibanes entablando relacionales diplomáticas y conversaciones de alto perfil con líderes mundiales.
Tras la toma del país por los talibanes la semana pasada, el grupo habría ejecutado a un alto comandante de ISIS-K que había sido encarcelado en Kabul.
El ISIS-K tiene grandes diferencias con los talibanes, acusándolos de abandonar la Jihad y el campo de batalla en favor de un acuerdo de paz negociado en "hoteles elegantes" en Doha, Qatar.
Los líderes del Estado Islámico en Afganistán denunciaron la toma del país por los talibanes, criticando su versión del gobierno islámico como una línea insuficientemente dura.
El conflicto entre los dos grupos significa que es menos probable que ISIS-K se vea obligado por el acuerdo de los talibanes con las fuerzas occidentales para permitir que continúen las evacuaciones desde el aeropuerto de Kabul. El ataque refuerza, por su parte, la estatura de ISIS-K en el mundo yihadista, pero eso podría disminuir después de que se retire el último soldado estadounidense.
De manera similar, es poco probable que la relación entre ISIS-K y Al Qaeda sea de cooperación directa a pesar de sus creencias similares. Esto refleja un conflicto más amplio entre Al Qaeda y Estado Islámico a nivel mundial.
Por otro lado, los talibanes y la red Haqqani, un grupo islámico radical con sede en Pakistán, son esencialmente aliados. Siraj Haqqani ha sido el emir adjunto de los talibanes desde 2015. A su vez, los Haqqanis están cerca, operativa e ideológicamente, de Al Qaeda.
Estas tres entidades están íntimamente vinculadas, se han acercado más durante la última década. Esta tendencia probablemente continúe después de la retirada de EE. UU., especialmente a medida que cierran filas contra adversarios como ISIS-K y el creciente movimiento de resistencia en el norte de Afganistán. Pero es un desafío para los talibanes que aun está por verse.
Qué dijo Estados Unidos sobre ISIS-K?
Biden en una conferencia de prensa del jueves 26 por la noche aseguró que iban a “cazar” a los responsables y “hacerlos pagar”, una amenaza muy fuerte viniendo del jefe del imperialismo pero que tiene pocas posibilidades de éxito. ISIS probó en reiteradas oportunidades que es un enemigo esquivo. Trump lo dio por muerto hace años.
Los funcionarios estadounidenses dicen que se están preparando para combatir los desafíos terroristas tanto inmediatos como a largo plazo en Afganistán, pero que primero y más importante es la amenaza en el aeropuerto de Kabul.
Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Biden, dijo el domingo que la amenaza de ISIS-K es "aguda" y "persistente", y que los comandantes estadounidenses y otros funcionarios estaban tomando todas las medidas posibles para frustrar cualquier ataque.
Las declaraciones de Biden de este jueves parecieron más bien un grito impotente, una pose para intentar bajar el costo político de la retirada, pero no es más que el epilogo de la derrota de la llamada guerra contra el terrorismo, el último gran proyecto hegemónico de EE. UU.
La retirada de las tropas de ocupación tiene fecha de finalización este 31 de agosto y varios analistas indican que es prácticamente imposible que se logre evacuar a todo el personal estadounidense.
¿Cuáles son las perspectivas?
Para los talibanes los atentados fueron un golpe a su política, ya que se comprometieron a controlar a los grupos yihadistas dentro de su territorio, no solo con Estados Unidos, sino recientemente con Pakistán, Irán, China, Rusia y otros países de Asia Central.
Los atentados de este jueves fueron un mensaje del Estados Islámico a los talibanes de que no podrán controlar tranquilamente el territorio. Esto pone en duda su política aspira a estabilizar rápidamente el país para conseguir reconocimiento internacional.
Al mismo tiempo como se puede ver con los grupos que se están reagrupando para resistir en el valle de Panjshir liderados por Ahmad Massoud. En otro nivel la resistencia que se vio en las calles con las protestas en Kabul y otras ciudades contra los talibanes.
Esta situación de competencia entre grupos armados radicalizados puede dar un desenlace muy incierto, desde una guerra civil como vimos en Siria e Irak agravada por el surgimiento del Estado Islámico o incluso de fragmentacion territorial y áreas de influencia.
Como ocurrió durante el auge del ISIS en Siria e Irak, su éxito en el campo de batalla frente a Estados Unidos sirvió de inspiración también grupos similares en otras partes del mundo, como vimos con Boko Haram u otros que se han radicalizado en sudeste asiático. Las tropas internacionales de la OTAN se van de Afganistán sin haber cumplido ni centímetro su "guerra contra el terrorismo internacional dejando un país devastado, con millones de personas en una crisis humanitaria y alimenticia, a manos de los talibanes con unas perspectivas que se vislumbran cada vez más sombrías.
El triunfo de los talibanes y el momento Saigón de los Estados Unidos en Afganistán
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Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.