La frase Ni Una Menos se ha convertido en consigna internacional del movimiento de mujeres.
Martes 3 de marzo de 2020 14:26
De cara al 8M, que ya calienta motores en distintos países, nos proponemos dar cuenta de cómo surgió y qué representa esta consigna como denuncia de la opresión patriarcal y exigencia de una vida distinta. Casi cinco años después de su aparición, siendo apropiada por distintas variantes del feminismo, nos proponemos aportar algunas definiciones sobre qué es el “ni una menos”.
Hay que decir que la primera imagen que surge de pronunciar esas tres palabras es la de movilizaciones masivas, llenas de rabia e indignación frente a la forma más extrema de violencia patriarcal, el femicidio. En mayo de 2015 la frase -que algunos le adjudican a una artista mexicana- se hizo viral en redes sociales en Argentina, con el objetivo de convocar a una gran movilización que contó con la simpatía de muchos sectores.
Hubo campañas en centros de trabajo y estudio, en las calles se agitaba la consigna y ésta cobró importancia para la “opinión pública” a raíz de dicha actividad política. Los medios de comunicación, incluso las más variadas personalidades se sumaron a la convocatoria.
Pero la fuerza de la consigna Ni Una Menos se sostiene sobre una denuncia a un sistema que desde los medios, la educación y la justicia está diseñado para naturalizar el femicidio e individualizar sus causas.
Andrea D’Atri plantea que: “la violencia machista individual, perpetrada por un particular contra una mujer singular, no puede comprenderse sino como el eslabón letal de una larga cadena de violencias (sociales, políticas, culturales, económicas, psicológicas, etc.) contra las mujeres, que nos constituyen históricamente como un grupo social subordinado, oprimido.” Lo hace precisamente para debatir con otro medio de comunicación sobre el tratamiento de los femicidios.
En el sentido de desenmascarar el mecanismo de control patriarcal, continúa explicando que el femicidio es: “Tan estructural y naturalizado, como la existencia de la propiedad privada. Y esta no es una metáfora de la que echamos mano porque somos marxistas, sino porque justamente, la violencia contra una mujer es un mensaje disciplinador para el colectivo de las mujeres, que señala quiénes son, en esta sociedad, los sujetos propietarios y quiénes los objetos a ser poseídos. Tan poseídos, tan objetos de otro, que hasta nuestras vidas pueden ser segadas por el dueño.”
Una reflexión que apunta a la raíz del femicidio, que se encuentra en la explotación capitalista amalgamada con el orden patriarcal. Esto es invisibilizado por las instituciones del estado y los medios de la burguesía para presentar los femicidios como un comportamiento individual que poco tiene que ver con los mecanismos de control social de los gobiernos y sus instituciones. Precisamente como no es un problema individual, las salidas punitivistas frente a los femicidios u otras formas de violencia, esconden la raíz del problema y no la combaten a profundidad.
Así, volviendo al fenómeno internacional que despertó el grito por Ni Una Menos, encontramos que la repercusión luego de aquella marcha de junio 2015, fue una gran ola de organización y movilización de mujeres, jóvenes, estudiantes y trabajadoras que tomaron las calles.
La actividad política creció y se fundaron coordinadoras, asambleas y colectivas en todo el mundo; al lado de la ola de movilización surgieron espacios de organización y discusión política donde se encontraron y también enfrentaron estrategias para el movimiento de mujeres. Muy distinto a lo que se pretendió construir en Costa Rica desde el feminismo que se encuentra ligado al estado.
Ni Una Menos es una consigna internacional del movimiento de mujeres que, si está en función de unificar los intereses de las mujeres trabajadoras con las reivindicaciones específicas del feminismo (como el derecho al aborto), puede representar un punto de apoyo para luchar de conjunto contra la opresión patriarcal y la explotación del capitalismo.
A esa perspectiva apostamos desde Pan y Rosas y ponemos estos elementos políticos a disposición para recuperar esta consigna que ha quedado atrapada en los límites del feminismo institucional aliado al Estado y el gobierno. Este 8 de marzo nos sumamos a la Concentración de Mujeres desde las 3pm. ¡Ni Una Menos! ¡Aborto legal ya!