En estos tres meses de guerra en Ucrania, el Gobierno alemán aumentó masivamente el presupuesto militar. Contra esa política habrá manifestaciones este domingo.
Viernes 27 de mayo de 2022 15:31
Pocos días después del estallido de la guerra, el canciller alemán Olaf Scholz anunció en su histórico discurso sobre el "cambio de época", que el presupuesto militar alemán se incrementaría masivamente:
"Mejor equipamiento, equipo de despliegue moderno, más personal... eso cuesta mucho dinero. Para ello, crearemos un ’fondo especial para la Bundeswehr’ [Fuerzas Armadas de Alemania]. Y le agradezco al Ministro Federal de Finanzas Lindner su apoyo en esto. El presupuesto federal de 2022 dotará a este fondo especial de una cantidad única de 100.000 millones de euros. Utilizaremos los fondos para las inversiones necesarias y los proyectos de armamento. A partir de ahora, invertiremos cada año más del dos por ciento del producto interior bruto en nuestra defensa. Y me dirijo aquí a todos los grupos parlamentarios del Bundestag [Parlamento alemán]: anclemos el fondo especial en la Ley Fundamental [Constitución]".
Con el pago especial previsto de 100.000 millones de euros y el aumento del gasto anual para las Fuerzas Armadas a más del dos por ciento del PBI, Alemania tendría el tercer mayor presupuesto de defensa del mundo. Sólo China y Estados Unidos gastan más en el ámbito militar.
El fondo especial, que el Parlamento alemán ha estado debatiendo desde la declaración de Scholz y que se espera se vote en la semana de sesiones del 30 de mayo al 3 de junio, es un pago único que no tiene que devolverse. Esto significa que está fuera del presupuesto ordinario y tendría que estar escrito en la Ley Fundamental.
Sin embargo, una modificación de la Ley Fundamental requiere una mayoría de dos tercios en el Bundestag. La coalición de gobierno formada por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), los Verdes y el liberal Partido Democrático Libre (FDP) depende de los votos del grupo parlamentario de la Democracia Cristiana (CDU/CSU), por lo que el canciller Olaf Scholz (SPD), trata de congraciarse con el hombre fuerte de la CDU, dirigiéndose a él como "querido señor Merz".
Pero, ¿qué es exactamente este fondo especial y en qué se gastarán estos recursos?
La CDU/CSU sostiene que debe utilizarse exclusivamente en beneficio de las Fuerzas Armadas, que según la opinión general ha sido "vítima de un ahorro mortal" en los últimos años. Sin embargo, la Bundeswehr dispuso de 46.930 millones de euros en 2021, casi 1.300 millones más que en el ejercicio presupuestario anterior. Por lo tanto, no se puede hablar de una "víctima de un ahorro mortal". La cuestión es más bien determinar a dónde fueron a parar esas sumas de dinero año tras año.
No es ningún secreto que las Fuerzas Armadas están plagadas de grupos de extrema derecha. Recién en abril de este año fue detenido, entre otros, un soldado durante una redada realizada en once estados federales sospechoso de haberse apropiado de armamento y munición de guerra, a pesar de la vigilancia del MAD, el servicio de inteligencia militar alemán. La munición ha "desaparecido" a gran escala de los almacenes del Mando de Fuerzas Especiales, que al igual que el ejército representa también un refugio para los extremistas de derecha. La "Coalición Progresista" como se autodescribe el gobierno alemán quiere contrarrestar esta mala reputación de la Bundeswehr y dar al proyecto de rearme masivo un barniz más progresista.
Según los Verdes y el SPD, el fondo especial debería servir para "reforzar la alianza y la capacidad de defensa". Esto también significaría que el dinero no sólo se destinaría a las Fuerzas Armadas, sino también, por ejemplo, a la llamada ciberseguridad para protegerse de hackers.
Durante el primer debate en el Parlamento, hace menos de un mes, estalló una disputa entre el Gobierno y la CDU/CSU sobre el tenor exacto de la enmienda constitucional y el uso de los fondos. El líder del partido parlamentario SPD, Rolf Mützenich, había incluso amenazado recientemente con impulsar el fondo especial sin la CDU/CSU.
Si Alemania se encuentra en una situación de emergencia, bastaría con una mayoría simple en virtud del artículo 115, que estipula la transferencia de la jefatura y el mando de las Fuerzas Armadas al Canciller Federal. Por el momento, ha sido rechazado por los líderes de la coalición tripartita llamada "semáforo" [por los colores de las agrupaciones que la conforman: rojo el SPD, verdes y amarillo el FDP]. Pues aunque Merz y el CDU/CSU sigan haciéndose los remolones, la voluntad común del "cambio de época" y rearme está ahí.
Queda la duda de dónde saldrá ahora de repente el dinero siendo que en los últimos años, cuando las enfermeras agotadas salieron a la lucha por ayudas durante la pandemia, siempre se adujo la falta de recursos. Al final de cuentas, está claro que los costes serán descargados sobre la población. Tarde o temprano, el Estado recuperará los miles de millones gastados ahorrando en infraestructuras públicas y sociales.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, ya ha descartado una subida de impuestos. Sin embargo, cada euro estaría mejor invertido en el sistema sanitario, la educación, la protección del clima o la lucha contra la pobreza, para acabar con la crisis en los hospitales, creando mejores condiciones de estudio o cambiando el modelo energético de la industria hacia uno basado en energías renovables. Al mismo tiempo, el coste de la vida sigue aumentando y la "coalición semáforo“ sólo ofrece un paquete de ayuda totalmente insuficiente.
El rearme de los militares alemanes no llevará a una mayor seguridad y a la paz. Tanto para los civiles de Ucrania como para la población trabajadora de Alemania no es una buena noticia que el imperialismo alemán quiera rearmarse. No se trata de la defensa, como siempre se ha afirmado, sino de poder asegurar los intereses geopolíticos y económicos del imperialismo alemán en el mundo con la bota militar.
El partido reformista de izquierda Die Linke es el único partido con representación parlamentaria que se opone a los planes de rearme del gobierno y de la CDU/CSU. Pero eso no es suficiente. Teniendo en cuenta las relaciones de fuerzas en el Parlamento, está claro que el rearme no se detendrá allí.
Frente a esto, es necesario un movimiento independiente contra la guerra y el rearme, que luche también por combatir la inflación en interés de los trabajadores y los consumidores. Para eso, para combatir estos planes, se necesita la resistencia en las calles.
Por eso nos manifestaremos este domingo 29 de mayo en Berlín junto a más de una docena de organizaciones sindicales y de izquierda, para rechazar el fondo especial para el Bundeswehr y el gasto militar de 2 por ciento del PBI. Para decir NO a la guerra en Ucrania y para exigir 100.000 millones para la salud, la educación, el medioambiente y beneficios sociales en vez del rearme.
Marco Helmbrecht
Equipo editorial de Klasse gegen Klasse, Münich, Alemania