El panorama de la segunda vuelta electoral se muestra con una clara intención de voto en apoyo del candidato por el correísmo Andrés Arauz, aunque deberá gobernar con un Parlamento fragmentado.
Martes 23 de marzo de 2021 00:00
Tras una primera vuelta donde Arauz se impuso por más del 13%, y luego que la justicia electoral desplazara del segundo puesto al candidato por el movimiento indígena, Yaku Pérez, Ecuador se prepara para el ballotage que definirá al próximo presidente el 11 de abril. Se prevé que Arauz mantenga la ventaja de más de 10 puntos que obtuvo sobre su inmediato perseguidor, el empresario derechista Guillermo Lasso.
Por el momento, los dos candidatos han adoptado posturas diferentes a las que sostenían en la campaña electoral en cuanto a temas sociales. Parece ser, que, para la mayoría de la clase política, estos tópicos son menos importantes que sus propuestas económicas; de allí el gran giro que los candidatos dieron, ya que quieren «conquistar» el voto del electorado que mostró inclinación en la primera vuelta, hacia propuestas que tenían en su plan temas sociales, de género y ambientales. Es decir, el voto de los más jóvenes, entre los 16 y 35 años, que en buena parte optaron por Yaku Pérez de Pachakutik y en menor medida por el empresario liberal Xavier Hervas de la socialdemócrata Izquierda Democrática.
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El candidato impulsado por el expresidente Rafel Correa, Andrés Arauz, realizó diferentes reuniones de carácter diplomático en su viaje a EE. UU., de las que se destaca la reunión con representantes del FMI en la cual sostuvo que está de acuerdo en pagar la deuda y mediar las condiciones exigidas por el organismo. Mismas condiciones, recordemos, que al intentar ser implementadas parcialmente por el gobierno actual del derechista y ex socio de Correa, Lenin Moreno, desembocaron en el Paro Nacional y estallido social de Octubre del 2019 cuyas consecuencias políticas aún condicionan en buena parte el escenario actual.
Por su parte, el candidato Guillermo Lasso, luego de haber expresado opiniones negativas sobre el uso de redes sociales como “TikTok”, con ayuda de sus nuevos asesores, ha abierto una cuenta y compartido sus primeros vídeos, mostrándose con nuevas «perspectivas», como por ejemplo en el ámbito de derechos democráticos básicos, se ha manifestado con una opinión más abierta luego de mantener durante años una negativa estricta respecto a los mismos; mostrando y defendiendo una visión patriarcal, misógina y antiderechos, representando así los intereses de grupos reaccionarios como el Opus Dei, al cual pertenece.
El Panorama de intención de voto
Alrededor del 80% de la población empadronada acudió a las urnas en la primera vuelta, a pesar de los riesgos que implican las aglomeraciones en el actual contexto de pandemia. Un ausentismo, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), del 19,01%, no tan alejado del 18,37% en las elecciones del 2017. También el voto nulo y el voto blanco llegaron al 9,55% y 3,10% respectivamente, un aumento en comparación al 7% y 2,7% obtenidos de las elecciones del 2017, lo que nos hace pensar que en la segunda vuelta electoral va a seguir asistiendo una copiosa mayoría, sea por querer expresar su opinión política o por temor a las fuertes multas que implica no ejercer el derecho al voto en nuestro país.
Los resultados de la primera vuelta nos mostraron que, si bien el correísmo sigue siendo la principal fuerza política en el país con un 32,72%, esta se encuentra en un notable declive, ya que, al realizar las respectivas comparaciones con votaciones anteriores, como la del 2013 y la de 2017, vemos que el correísmo, obtuvo un 57,17% y 39,36% respectivamente. Esta tendencia se explica porque la Revolución Ciudadana de Correa no solucionó ninguno de los problemas estructurales del país, como la pobreza e indigencia, la desocupación y precarización laboral, la dependencia económica del imperialismo, la destrucción ambiental, o los derechos democráticos como los de la mujer o de la diversidad sexual, de los pueblos indígenas, etc.
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Por su parte, el neoliberalismo, luego de su apogeo en los 90, volvió a mostrar su rostro antiobrero y antipopular con el gobierno de Lenín Moreno con una desastrosa gestión de la pandemia, una tremenda debacle económica y un histórico endeudamiento con el FMI. Pero también, como se mencionó anteriormente, la tendencia a la baja del correísmo y de las opciones neoliberales, es debido al gran impacto que tiene el «voto joven» en la actualidad, que se escapa de esa coyuntura de dualidad como es el correísmo vs anticorreísmo, dos opciones capitalistas en la que una clase política caduca nos ha sumergido.
En tanto que el candidato neoliberal Guillermo Lasso, que a lo largo de su «lucha contra el correísmo» nunca ha superado el 30% de los votos del universo electoral, tal como marcan los antecedentes de 2013 y 2017, donde alcanzó el 22,68% y el 28,09%, llega a segunda vuelta con un 19,74% de votos. A él lo persiguen los antecedentes del golpe económico antiobrero de 1999 conocido como el Feriado Bancario que terminó atando con doble cadenas la economía nacional al imperialismo yanqui por medio de la dolarización, y actitudes moralistas y conservadoras que lo alejan de ser un candidato que sea del agrado de los jóvenes. De allí el cambio en su campaña para tratar de agradar a este gran porcentaje del electorado, ya que, como hemos visto, hay por lo menos un 20% de intención de voto asegurado.
Un contexto social que va de mal en peor
Al panorama actual se le suma el desastroso plan de vacunación (si podemos llamarlo así) que ha implementado el estado, donde el tráfico de influencias ha hecho presencia en múltiples ocasiones y estas se han observado a través de denuncias de Vacunados VIP, como se los ha catalogado en redes sociales, que no son más que personas que no pertenecen a los grupos de prioridad y primera línea que han logrado conseguir una vacuna de las escasas que posee el país, aumentando así el descontento social de las y los ecuatorianos frente al panorama político actual.
Dentro del marco de la espera de esta segunda vuelta electoral pactada para el 11 de abril de 2021, se suscitaron amotinamientos en varias cárceles del país dejando 79 muertes a fines de febrero, en la que señala como el peor desastre carcelario que ha sucedido en nuestro país, que como causas principales se registran a la influencia del narcotráfico y el desmantelamiento del sistema carcelario y otras competencias del estado en aras de la austeridad económica impuesta por el FMI como condiciones para la deuda millonaria contraída.
Es importante tener en cuenta que el poder legislativo de la Asamblea Nacional con el que deberá gobernar el ganador de las elecciones será con 4 partidos con una representación notable. El partido UNES, representante del correísmo, con una representación del 36% (49 asambleístas), seguido del partido Pachakutik 20% (27 asambleístas), y compartiendo un número igual de 18 asambleístas estarán los partidos PSC e Izquierda Democrática, mostrando así una clara mayoría a favor del correísmo (aunque sin tener mayoría simple) que prevé un panorama no favorable para el candidato Lasso. Por su lado Arauz, anunció que buscará alianzas con los partidos Izquierda Democrática y Pachakutik, queriendo superar el 50% en la Asamblea.
En conclusión, ambos candidatos pretenden garantizar los negocios de los grandes capitales y las condiciones generales de la dependencia y el atraso económicos del país. Lasso, manteniendo una agenda abiertamente neoliberal, dependiente del capital, sumisa con los organismos internacionales que en su fin de perpetuar el saqueo destruyen las economías de los países como el FMI busca directamente atacar a los trabajadores con medidas altamente antipopulares y en pro del gran empresario. Arauz, retomando un utópico proyecto de “Revolución Ciudadana” que ya se demostró incapaz de resolver las grandes demandas populares porque se niega a enfrentar al gran capital y que ya se muestra dispuesto a negociar con el FMI y tendrá como excusa la crisis económica para retrasar la “agenda social”.
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