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El Círculo Rojo. ¿Qué esconde la ficción del amor romántico?

Ideas y ficciones sobre una historia que sabemos de memoria. Columna de Cultura en El Círculo Rojo, programa de La Izquierda Diario los jueves de 22 a 24 por Radio Con Vos FM 89.9.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Viernes 23 de abril de 2021 01:36

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· ¿Cuántas veces ni bien empieza una comedia romántica ya saben cómo termina?

· Si al principio se odian o son muy diferentes, un amor imposible, se van a enamorar. El es millonario, ella es empleada de limpieza del hotel, se van a enamorar. Ella vive para el trabajo pero un día aparece él y ella deja todo para perseguir su verdadero deseo: enamorarse.

· ¿Por qué adivinamos siempre? Porque conocemos las reglas al dedillo. Las aprendimos durante años en los juegos, los libros, las películas y las series. Son las “reglas” del amor romántico (que no es todo el amor pero parece que sí).

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¿Qué, cómo y cuándo?

· El amor romántico es un concepto relativamente nuevo (para la historia de la humanidad). Surgido en la Edad Moderna, resalta la subjetividad de los individuos, su individualidad.

· Hoy está asociado a ideas conservadoras, es criticado por el feminismo y movimiento de mujeres, pero en su momento cuestionó la familia tradicional y el matrimonio, la herencia.

· Es algo que puede verse en las novelas de Jane Austen (y sus adaptaciones en el cine). Por ejemplo, Orgullo y prejuicio, donde los matrimonios son según lo que necesitan las familia y no lo que quieren los enamorados, como Mr. Darcy y Elizabeth.

· En El fin del amor, Tamara Tenenbaum dice que el amor “tiene el potencial de volvernos mucho más especiales y distintos que nuestros apellidos o procedencias”.

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· ¿Cuál es el paradigma inoxidable del amor romántico? Romeo y Julieta: dos familias enfrentadas, que se odian, pero el amor triunfa, aunque las consecuencias sean trágicas.

· A lo largo del tiempo se fue mezclando con otros problemas, pero lo que era contradictorio en sociedades anteriores se volvió útil para que el capitalismo combine cosas que no tenían mucho que ver: amor, familia, matrimonio.

· Aunque pasó mucho tiempo, todavía conserva esa idea moderna de que “hay algo que nos hace únicos e irrepetibles”, que somos más que nuestra clase o nuestra familia. Si alguien se enamora de vos, se enamora de eso único. Por eso sigue siendo fuerte la idea de que lo importante (y así te lo recuerdan todo el tiempo) es que alguien te elija y se despliega el combo del amor único y para toda la vida.

¿Cuáles son sus principales problemas hoy?

· Muchas veces el amor es un justificativo de maltratos, de violencia patriarcal en las relaciones, sus formas más extendidas hoy están muy mezcladas con el individualismo y la cosificación. La antropóloga Coral Herrera lo resume diciendo que “se ha teñido de amor lo que es control y dominación”.

· Y otra cosa muy importante: esta idea del amor esconde o disfraza que las relaciones, como casi todas las relaciones en nuestras sociedades, se construyen sobre desigualdades económicas y sociales, y que casi todas son jerárquicas, porque la relación entre las clases es jerárquica, la relación entre los géneros es jerárquica. ¿Cómo harían las relaciones afectivas para escaparse de todo eso?

· El efecto más poderoso del concepto del amor romántico es que disocia esas relaciones: “la disociación entre amor y economía, y amor y política es una ficción ideológica en el sentido más literalmente marxista del término: una ficción que oculta las relaciones de poder subyacentes” (El fin del amor, Tamara Tenenbaum).

· ¿Eso quiere decir que no podemos elegir ni enamorarnos? Por supuesto que no, pero es interesante pensar e importante visibilizar todo lo que rodea a las relaciones sexoafectivas y que la idea del amor romántico disocia.

· ¿Para qué? Para independizarlo de todas esas relaciones de poder, dependencias y cosificaciones, y que el amor se parezca o más a la libertad.

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· Alexandra Kollontai, la revolucionaria rusa que reflexionó sobre el amor y las relaciones interpersonales, dijo que si lográbamos que despareciera el sentimiento de propiedad, el deseo egoísta de unirse para siempre al ser amado, entonces sería posible que se desarrollen otros elementos preciosos para el amor. Pasaron cien años desde que escribió esas palabras, pero los problemas del amor en esta sociedad siguen siendo bastante parecidos.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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