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África occidental. ¿Qué está pasando en Níger?

Níger es uno de los países más pobres del mundo y la semana pasada padeció el quinto golpe de Estado de su breve historia independiente. Es una antigua colonia francesa, sus fronteras son tan porosas como artificiales y carecen de salida al mar, pero albergan una enorme diversidad étnica y cultural. Sus exportaciones se basan casi completamente en el Uranio y las empresas francesas siguen dominando su precaria economía.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Miércoles 2 de agosto de 2023 18:49

Níger es uno de los países más pobres del mundo y la semana pasada padeció el quinto golpe de Estado de su breve historia independiente. Es una antigua colonia francesa, sus fronteras son tan porosas como artificiales y carecen de salida al mar, pero albergan una enorme diversidad étnica y cultural. Sus exportaciones se basan casi completamente en el Uranio y las empresas francesas siguen dominando su precaria economía.

¿Qué está pasando?

El miércoles 26 de julio el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, fue capturado por la guardia presidencial en el palacio de gobierno.

Los golpistas que adoptaron el nombre de Consejo Nacional para la Salvaguarda del País, acusaron a Bazoum de ser pro occidental y pro francés. Las protestas contra el golpe fueron reprimidas, también se vieron manifestaciones que apoyaron a los golpistas, que incendiaron sedes del Partido Nigerino por la Democracia y el Socialismo, de Bazoum, y asaltaron la embajada francesa.

Las fuerzas armadas eligieron como líder al general Abdourahamane Tchiani y la mayoría de los partidos políticos no se opusieron. Francia y Estados Unidos condenaron el golpe, mientras Ecowas, la CEDEAO y la Unión Africana dieron un ultimátum dos semanas a los golpistas para devolver el poder amenazando con intervenir militarmente. A lo que el gobierno golpista respondió con la suspensión de las exportaciones de uranio. Durante el lunes las juntas militares de Malí y Burkina Faso anunciaron que cualquier intervención militar en Níger sería vista como un ataque a ellos también y responderían en cualquier caso.

Esta situación no es del todo novedosa. Níger experimentó 4 golpes de Estado y decenas de intentos, además de conformar 7 repúblicas. Como varios de sus vecinos, fue colonia francesa y luego de su independencia formal en 1960 se estableció sobre fronteras artificiales. Aunque habitan varios grupos étnicos con 9 lenguas oficiales, el poder cayó en manos de la élite económica de los Hausa y el ejército.

Níger tiene lazos estrechos con su ex metrópoli por la exportación de Uranio, ya que posee la séptima reserva mundial de ese mineral, vital para la producción energética en Francia. Hasta hace poco era explotado por la empresa francesa Areva, que acapara el 60% del negocio y recientemente se sumó Cominak de capitales chinos.

A pesar de la existencia de este recursos, y otros aún no explotados como oro y petróleo, el saldo socio económico de Níger es alarmante:

Mientras el uranio de Níger produce el 40% de la electricidad de Francia, el 89% de la población de Níger no tiene electricidad.

Las empresas extractivistas obtienen ganancias que triplican el PBI nigerino pero aportan apenas el 5,5% en impuestos, y el país compensa sus ingresos dependen de la ayuda de organismos internacionales.

Níger está en la penúltima posición del ranking mundial en el índice de desarrollo humano elaborado por la ONU.

Casi la mitad de su población vive con menos de 1,90 dólares al día y solo un 15% de los adultos está alfabetizado. Sus datos demográficos son tan asombrosos como alarmantes: la tasa de natalidad indica un promedio de 7 hijos por mujer, la edad promedio de la población es de menos de 15 años y su esperanza de vida es de 62 años.

Se espera que su población se duplique en las próximas décadas, a esto se agrega que el 80% de los 18 millones de nigerinos habitan regiones rurales cada vez más desérticas e improductivas y dependen de esa producción destinada a la subsistencia.

Su ubicación geográfica, en el centro del Sahel, es una región de transición entre el desierto del Sáhara y la sabana, sin salida al mar. Su única región apta para la agricultura al sur del país experimenta un acelerado proceso de desertificación. Sin ir más lejos, el lago Chad redujo su superficie de 22 mil km cuadrados a solo 300 en 50 años, una consecuencia directa de la crisis climática que afecta a los pueblos que dependen de sus recursos para sobrevivir , generando competencia armada por su control.

Por otro lado, Francia financió a los gobiernos nigerinos para frenar a los migrantes africanos que intentan llegar al Mediterráneo atravesando el desierto. 300 mil Miles de personas son retenidas en ciudades pobres como Agadez, a merced de la trata de personas y dependientes de la ayuda internacional.

En 2002 Estados Unidos, con la excusa de combatir al yihadismo, instaló en Níger dos de sus bases más importantes y lo convirtió en el segundo país en recibir mayor ayuda militar del continente. Francia lanzó en 2013 la Operación Barkhane, envió tropas a varios países de África occidental y subsahariana para combatir al Estado Islámico del Sahel, Boko Haram, pero también los levantamientos independentistas Tuareg, una etnia nómada de origen bereber.

Por la violencia de esas intervenciones, no es casual que la población rechace el modelo de "democracia importado desde Occidente", asociado a una clase política corrupta y a la intervención francesa, y que construya su identidad a partir de pertenencias étnicas y territoriales, tendiendo a profundizar viejas rivalidades donde pierdan sentido cualquier símbolo nacional "nigerino".

Por otro lado, potencias como China o Rusia, que en estos días realizó una cumbre con representantes de los países africanos, buscan ubicarse como los nuevos garantes del crecimiento y estabilidad para la región. Pero su oferta implica, por ejemplo, a los mercenarios del Grupo Wagner, que se ocupan de actividades como la piratería y contrabando de oro en el Sahel, responsables de una violencia igual o mayor que los franceses y norteamericanos. Por supuesto, que esto esté sucediendo es producto de la decadencia relativa de Estados Unidos y Francia a nivel mundial, pero que no implica un cambio automático de alianzas internacionales.

En Níger por la diversidad de pueblos que allí habitan existe una hibridación étnica, gastronómica y musical única que corre gran peligro si hay una profundización de la violencia política y los conflictos armados, ambientales y territoriales que podrían destruir las débiles bases en las que está fundado el país.


           

Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

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