Turquía lanzó este domingo la “Operación Escudo de Primavera” en Siria en respuesta a los ataques del gobierno de Al Assad. Se teme que las tensiones arrastren a Rusia y Turquía a enfrentamientos militares de mayor envergadura.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Domingo 1ro de marzo de 2020 21:36
La provincia de Idlib, ubicada al noroeste de Siria, es el último bastión de los combatientes salafista-yihadistas ex militantes de Al Qaeda y Estado Islámico apoyados por Turquía. El régimen de Al Assad viene intentando recuperar el control de la mayor porción de territorio perdido en casi 10 años de guerra. La batalla por Idlib se ha vuelto un punto de inflexión en la guerra siria y ha desplazado a más de un millón de personas. El enfrentamiento directo de soldados del Ejército turco contra las tropas regulares sirias, está arrastrando a la intervención a Rusia que presta apoyo de inteligencia, aéreo y terrestre a Damasco, y en estos días envió dos buques de guerra armados con misiles Kalibr de alto alcance y precisión.
En los últimos días Damasco bombardeó posiciones turcas matando a 33 soldados e hiriendo a más de 70, lo que representa el mayor golpe recibido por Turquía desde su intervención en la guerra. En respuesta lanzó la “Operación Escudo de Primavera” que implica la movilización de miles de tropas para replegar a los sirios hacia la frontera que establece el Memorandum firmado en la ciudad de Sochi en 2018.
Según el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, desde diciembre pasado las tropas turcas han destruido 1 drone, 2 cazas, 8 helicópteros, 103 tanques, 19 transportes blindados de tropas, 72 piezas de artillería, entre cañones, obuses y lanzacohetes, 3 baterías antiaéreas, 15 unidades antitanque, 9 almacenes de municiones, 56 vehículos blindados y “neutralizado” a 1.212 soldados pertenecientes al régimen de Al Assad y milicias aliadas, de acuerdo a la agencia turca Anadolu. Además, Turquía también bombardeó un aeropuerto militar, y derribó un avión no tripulado sobre Saraqeb, una ciudad estratégica retomada por los rebeldes la semana pasada.
El ataque en Saraqeb plantea la ampliación de los objetivos de Turquía. En respuesta, Damasco declaró haber cerrado el espacio aéreo sobre el noroeste de Siria, y amenazó con derribar cualquier avión que lo infringiera, según la agencia SANA.
Mientras, Turquía aún mantiene 12 puntos de observación militar que instaló alrededor de la provincia de Idlib, avalados por el Memorandum firmado en 2018 en la ciudad de Sochi, para defender a sus aliados. Desde el comienzo de la guerra mantiene una estrecha relación y exige el reconocimiento político del sector opositor, que se trata nada menos que de 10.000 combatientes del grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS), liderados por la filial local de Al Qaeda, junto a otros 20.000 milicianos de facciones salafistas menos radicales que han ido mutando el nombre de sus organizaciones.
¿Entrarán en guerra Rusia y Turquía?
Los Acuerdos de Sochi buscaban desescalar las tensiones con Rusia que se metió en la guerra en 2015 para prestar apoyo total al régimen de Bashar al Assad y evitar su caída. Luego de la incursión de 2019, Putin negoció distintos territorios sobre la frontera turco-siria para que Erdogan lleve a cabo sus planes en relación a los 3,5 millones de refugiados, pretendiendo movilizarlos al norte de Siria. Además Erdogan no piensa tolerar más la afluencia de refugiados sirios en su país, mientras intenta resolver sus problemas con los kurdos.
Entre Putin y Erdogan existe una alianza estratégica tanto económica como política, a pesar de las discrepancias que tienen en relación al conflicto sirio y la permanencia de Al Assad en el poder. En ese sentido fue aquel acuerdo que tanto Ankara como Moscú se acusan de romperlo en varias oportunidades.
Además de los ataques de Ankara sobre el ejército sirio, Turquía abrió sus fronteras para que 100.000 refugiados ingresen a Europa, probablemente con el objetivo de presionar a la Unión Europea para que adopten una postura más dura con Rusia y Siria, o generar problemas internos con su rival por la influencia sobre el Mediterráneo Oriental. La decisión de Erdogan desencadenó reacciones furiosas por parte de Grecia, que desplegó al ejército sobre el paso fronterizo con Turquía para evitar el ingreso masivo de migrantes.
Esta situación plantea una crisis en la relación entre ambos países. Ankara pidió una reunión de emergencia de la OTAN para discutir la situación en Siria. Mientras que el 5 de marzo tendrán una reñida cumbre Erdogan y Putin en Moscú.
Hasta el momento la guerra siria ha devastado las ciudades enteras, 13 millones de personas fueron desplazadas y más de medio millón ha perdido la vida. Los combates en Idlib están generando una crisis humanitaria de gran envergadura, tanto por bombardeos sirio-rusos como por parte de los turcos. Al menos 1 millón de personas han tenido que abandonar sus hogares para establecerse en algunos de los 200 campos de refugiados en esa región, donde el 81% de los habitantes son mujeres y niños. Estas renovadas tensiones entre Rusia y Turquía plantean que la guerra en Siria está lejos de acabarse.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.