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Red Internacional
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Estados Unidos. ¿Qué hay detrás de la política migratoria de Obama?

Se anunció en distintos medios que el presidente estadounidense daría a conocer el jueves por la noche un decreto que evitaría la deportación de 5 millones de migrantes. Esto luego de su derrota en las elecciones de medio término.

Bárbara Funes

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3

Viernes 21 de noviembre de 2014

Hace unos meses los titulares de la prensa internacional daban cuenta de la crisis humanitaria por la afluencia de niños migrantes no acompañados que llegaban al gigante del norte desde México, El Salvador, Honduras y Guatemala, huyendo de la violencia y la miseria estructurales de sus lugares de origen.

La respuesta de Obama fue militarizar las fronteras, que el gobierno de México blindara la frontera sur para impedir que los migrantes suban al tren conocido como “La Bestia”, y ampliar los fondos para los centros de detención donde encierran a los que tienen la “fortuna” de pasar la frontera.

Luego de su fracaso en las pasadas elecciones intermedias, en las que se evidenció debilidad y crisis del partido demócrata, Obama parece ahora ablandar su mano dura con la preparación de un decreto que frenaría la deportación de padres y madres de ciudadanos estadounidenses o de residentes permanentes legales, y también se les daría permisos legales de trabajo. La condición, según se informa, será que hayan residido en EE.UU. al menos en los últimos 5 o 10 años.

Pero este decreto, que frenaría las deportaciones de unos 5 millones de migrantes y ha generado grandes expectativas, incluye un lado oscuro: el reforzamiento de la militarización en la frontera y la criminalización de los migrantes que continúan llegando a Estados Unidos.

La furia republicana

Sin embargo, el decreto ejecutivo de Obama enfrentará la oposición del partido republicano, que tiene mayoría en el senado. Al respecto, señala el editorial del 13 de noviembre pasado de The New York Times “El sr. Sessions y sus colegas republicanos lo harán retroceder… el Congreso tiene más poder que el Sr. Obama para hacer cambios significativos en la política migratoria. Sus adversarios no lo admitirán, pero podrían hacer desaparecer el intento de la acción del poder ejecutivo para desempolvar un proyecto de ley, S.744, que ha pasado el Senado y contiene todo lo que han estado exigiendo, a partir de reforzar la vigilancia fronteriza.”

En un comunicado, Michael Steel, vocero del republicano John Boehner ( presidente de la Cámara de Representantes), señaló que “si el ‘emperador’ Obama ignora a los estadounidenses y anuncia un plan de amnistía que según ha dicho muchas veces excede su autoridad constitucional, reforzará su legado de ilegalidad y arruinará las oportunidades de una acción en el Congreso sobre este tema y de muchos otros”.

Recordemos que fueron los republicanos quienes impidieron que se tratara en la Cámara de Representantes el proyecto de reforma migratoria, que de todas maneras era muy restrictivo: sólo permitiría la legalización de una parte de los migrantes, si no tenían ningún antecedentes penal (por ejemplo, una sanción de tránsito cuenta como tal), aprobaban una serie de exámenes y pagaban impuestos en forma retroactiva desde el inicio de su estancia en Estados Unidos.

Nubes negras asoman en el horizonte para el gobierno de Obama: a la pérdida de base social –expresada en la reciente derrota electoral– se suma el control de ambas cámaras por parte de los republicanos.

México: fosa clandestina para los migrantes

Según se dio a conocer en el reciente Simposio Nacional de Investigadores y Defensores de los Derechos Humanos de los Migrantes, que tuvo lugar en la Universidad Autónoma de Chapingo, por lo menos 30.000 migrantes fueron asesinados en su travesía a través de México, y unos 100.000 desaparecieron desde el año 2006 hasta ahora. Es decir, desde el inicio de la “guerra contra el narco” en el sexenio del panista Felipe Calderón.

¿Cuántos de ellos estarán enterrados en fosas clandestinas como las halladas en Iguala, Guerrero, en la búsqueda de los normalistas de Ayotzinapa?

Estos asesinatos y desapariciones (forzadas) están impunes. Peor aún: quienes defienden los derechos de los migrantes y denuncian son perseguidos y atacados por paramilitares o por sicarios del narcotráfico coludido con los funcionarios de gobierno (del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Acción Nacional, del Partido de la Revolución Democrática). Se suceden los ataques a refugios de migrantes.

La respuesta del gobierno mexicano es la misma que la de su amo estadounidense: militarizar las fronteras y el conjunto del territorio –en especial el corredor que posee reservas energéticas hoy a las puertas de la entrega a las trasnacionales-, y criminalizar a los migrantes.

Entre 2008 y 2013, México ha repatriado a 22.000 menores migrantes y sólo dio asilo como refugiados a 50 niños y jóvenes centroamericanos, según el artículo “Desprotege México a niños migrantes”, publicado en Diario.mx. Mientras tanto, más de 11 millones de mexicanos residen en Estados Unidos, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicado en El Universal.

Hermanados por la lucha

El jueves 20 llegó por Tenosique, estado de Tabasco, la décima caravana de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos en su travesía por México. Traen su fuerza para reclamar por la aparición de sus hijos, por justicia, en el marco de la profunda crisis abierta por el asesinato de 6 personas -3 de ellas estudiantes- en Iguala, estado de Guerrero, y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Fueron recibidas en el albergue “La 72”, donde por la noche realizaron una concentración en solidaridad con las familias y los compañeros de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Los miles que en las calles exigen “¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!” y que denuncian “¡Fue el Estado!” fortalecerán su lucha si unen sus voces a los reclamos de sus hermanas centroamericanas, si exigen también justicia para los migrantes desaparecidos, el libre tránsito de los migrantes por el territorio mexicano, así como plenos derechos sociales, sindicales y políticos para todos.

Del otro lado de la frontera, otras voces, otros brazos claman por los normalistas desaparecidos. Son los migrantes o los hijos de migrantes, son también estudiantes y trabajadores estadounidenses que salieron a las calles indignados por la desaparición de los estudiantes.

El gobierno de Obama y sus antecesores permitieron la venta de armas a los narcotraficantes coludidos con los funcionarios. Esos sicarios que desaparecen migrantes, que matan, violan, asesinan y torturan a mujeres, a jóvenes, a trabajadores, a campesinos, a luchadores sociales en su propio beneficio y en beneficio de sus socios del PRI, del PAN, del PRD.

La lucha por la aparición con vida de los normalistas de Ayozinapa conjuga muchas luchas, une, acerca al pueblo centroamericano, al mexicano, al estadounidense. A todos nos hiere el mismo puñal.