El fortalecimiento de Bolsonaro y su paso a la segunda vuelta con una victoria casi asegurada refuerzan el carácter de urgencia en la lucha contra el ascenso de esa extrema derecha que predica valores reaccionarios, como el machismo, el racismo y la homofobia; un plan de gobierno para atacar los derechos de los trabajadores, los derechos sociales del pueblo pobre y privatizar todo el patrimonio nacional.
Sábado 13 de octubre de 2018
El fortalecimiento de Bolsonaro y su paso a la segunda vuelta con una victoria casi asegurada refuerzan el carácter de urgencia en la lucha contra el ascenso de esa extrema derecha que predica valores reaccionarios, como el machismo, el racismo y la homofobia; un plan de gobierno para atacar los derechos de los trabajadores, los derechos sociales del pueblo pobre y privatizar todo el patrimonio nacional.
Frente a ello, el Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) se posicionó debatiendo cómo construir una fuerte lucha capaz de vencer en esta difícil e imprescindible batalla.
Las elecciones fueron manipuladas a cada paso por el poder judicial, tuteladas por el ejército con el apoyo de los grandes medios, para que los candidatos que defienden la continuidad del programa golpista de Temer sean los favoritos. Con el naufragio de la candidatura de Alckmin, principal referente de la burguesía paulista, todos se subieron al barco de Bolsonaro. El PT, que durante años gobernó con los capitalistas y la derecha, abriendo camino para el golpe y para la extrema derecha, ve en las urnas la única perspectiva de contraponerse a Bolsonaro, pero los ataques en las calles y las declaraciones golpistas de Bolsonaro y su vice Mourão, nostálgicos de la dictadura, dejan muy claro que no se puede triunfar en las urnas.
"Acompañamos a los que ven hoy en la candidatura de Fernando Haddad una forma de impedir la victoria electoral de Bolsonaro, resaltando que no depositamos ninguna confianza en el PT, que ya está cerrando sus acuerdos para atacarnos si es elegido. Por eso votamos críticamente a Haddad.
Pero decimos claramente que es sólo la fuerza de los trabajadores, junto a todos los sectores oprimidos que Bolsonaro quiere aplastar, que se pueden frenar a esa extrema derecha. Por eso, las centrales sindicales, y principalmente CUT (Central Única de Trabajadores) y CTB (Central de Trabajadores de Brasil), dirigidas por el PT y el PCdoB (Partido Comunista de Brasil), deben inmediatamente romper con su parálisis y convocar asambleas y comités de base donde los trabajadores puedan tomar en sus manos la organización para luchar contra Bolsonaro.
Estas mismas centrales traicionaron en 2017 la inmensa disposición de lucha de los trabajadores que quedó demostrada en el paro nacional del 28 de abril, que barrió la reforma de la previsión y podría haber frenado todos los ataques del Temer. Eso porque las direcciones burocráticas de la CUT y de la CTB querían canalizar todo ese odio hacia las urnas. Esto permitió que Bolsonaro se posicionarse como líder en las encuestas, sumado a las maniobras autoritarias absurdas del poder judicial que proscribió la candidatura de Lula.
Los trabajadores deben exigir en todos los lugares de trabajo que los sindicatos convoquen inmediatamente medidas de organización, espacios democráticos donde los trabajadores puedan debatir medidas que van más allá del voto para poder hacer frente al ascenso de Bolsonaro. No hay más tiempo para ningún tipo de vacilación, ahora es el momento para mostrar la inmensa fuerza de los trabajadores y aplastar a la extrema derecha y sus ataques.