El 27 de julio en neumáticos Fate ocurrió un “accidente” terrible. Una máquina que fabrica los absorbedores de las cubiertas -que no contaba con los dispositivos de seguridad- atrapó la mano de Saúl Romero. A casi dos meses de aquel hecho, La Izquierda Diario dialogó con Saúl sobre las condiciones de trabajo en Fate y el valor de la salud obrera para los empresarios.
Sábado 20 de septiembre de 2014
Corresponsal: Saúl, contanos lo que te ocurrió hace ya casi un mes y medio mientras trabajabas
Saúl: Fue un accidente grave, que verdaderamente no pensé que era tan grave. Un accidente normal en la máquina, un trabajo cotidiano que hacemos todos los días, un atrapamiento en donde no te da tiempo a parar la parada de emergencia de ninguna manera. Entonces pasó el accidente y me encontré atrapado en la máquina. No medía lo que me estaba pasando, lo que sí veía era que mis compañeros estaban todos shockeados. Es un dolor extraño que uno siente en el cuerpo y sentís que todos se te alejan. Un momento jodido. Por suerte pude estar consciente siempre en el momento del accidente, pude estar consciente de las cosas que iban sucediendo y un poco tratar de pelear. Aparte de pelear por mi vida, de pelear para que las cosas se vayan haciendo como correspondían. Porque veía que las cosas iban para rato, y de estar en el departamento médico pasé por guardia del hospital San Fernando. Ahí me cortaron el miembro, que ya se me había amputado, que ya lo tenía desmembrado y ahí me aplicaron morfina… hasta que no había más morfina. Después vino el director de cirugía y me aviso que había salido un traslado para el Otamendi, él mismo me aconsejó que me trasladen allá porque iba a ser mejor atendido. Fue otra odisea más ir hasta allá, donde también todos los que cruzábamos se shockeaban. La enfermera se shockeó en la ambulancia. Acompañado por mi hermano pude entrar, dormirme y después pasar a terapia. Y creo que eso fue un antes y un después. El cambio mío creo que es entrar a terapia. Una vez que desperté en terapia ya era otra cosa, porque ahí me desperté y me di cuenta de que tenía el brazo amputado. No sé de dónde saqué fuerzas, pero traté de decir una palabras preguntándole a mi vieja, que estaba al lado mío, si me habían amputado el brazo; me contestó que sí y después, ahí, volver a descansar un rato más. Y así fue también después ya el día a día.
Corresponsal: Vos sabés que en la fábrica se realizó una asamblea después del accidente y todos los compañeros votamos un paro de 32 horas y, entre otras cosas, se votó también colaborar con un día de trabajo, con un jornal de trabajo para vos y tu familia como gesto solidario. Pero que el paro marcó un precedente muy importante en Fate porque es la primera vez, por lo menos de hace muchos años, que se para ante un accidente grave como el tuyo. ¿Vos cómo viviste esta respuesta de parte de tus compañeros?
Saúl: creo que esa respuesta fue una de las fundamentales. También para poner la cabeza y los pies sobre la tierra después del accidente y ver lo que había pasado. El miedo por ahí que causa también al compañero, porque puede ser cualquiera el que se accidenta, y para mí en lo anímico fue fundamental saber que tenia a toda mi familia alrededor mío y que aparte de esa familia también estaban los compañeros. Creo que habrá sido un acontecimiento triste. Estuvieron todos los compañeros unidos, pero no como otras veces, como otras asambleas... por algo que verdaderamente nos preocupaba a todos. La respuesta que tuve por parte de los compañeros fue muy buena y me hizo muy bien en lo anímico para salir adelante y para volver a trabajar también. Para volver a decir ’quiero seguir trabajando y quiero sentirme ahí adentro’, y que haya algunas cosas que cambien y que este tipo de accidentes ya no puedan pasar más. Que no ocurran más.
Muchos compañeros me iban a visitar y todos se ponían a llorar. Es como que los compañeros estaban bajoneados, pero a mí por un lado me levantaba eso, porque, decía, yo tenía que ayudarlos a esos compañeros a que no se sientan así, porque es jodido laburar así.
Los mensajes de Facebook que escribían los mismos compañeros del turno, cosa que yo antes no le prestaba atención al Facebook y me decía mi hermano que estaba conmigo acompañándome en la clínica, me mostraba él que a la noche los vagos escribían una dedicatoria o algo. Todo eso a mí me llegó y me hizo bien para despertarme y día a día seguir adelante. Ahora que estoy en casa siempre pasan los compañeros.
Corresponsal: ¿cómo ves vos las condiciones de trabajo en las que trabajamos dentro de Fate?
Saúl: Y el tema de las condiciones es un tema importante que hay en la fábrica, que por ahí a veces no medimos nosotros las consecuencias que pueden traer y terminamos involucrados en accidentes que no son culpa nuestra, sino culpa de la acción cotidiana que tenemos de trabajo todos los días. Creo que hay muchas condiciones para mejorar en fábrica, hay sectores que están trabajando mal y hay muchas cosas que mejorar, hay cosas de las que no nos damos cuenta.
Corresponsal: La empresa dice en el Ministerio de Trabajo que el accidente fue por una negligencia de tu parte. ¿Qué tenés para decir?
Saúl: Mucho interés trato de no darle, estoy seguro del trabajo que realizo. Trabajé seis años en la máquina y siempre hubo siniestros de accidente, y siempre fueron por cuestiones de que faltaban sistemas de seguridad, que a medida que iban pasando los accidentes se iban colocando. Porque esa es la realidad: pasa un accidente y después aparecen los dispositivos de seguridad. Los encargados de ocuparse de esos temas tendrían que ser más. Siempre después de los accidentes que hubo aparecen los sistemas y dispositivos, que son sistemas que ya están implementados en otras máquinas, que por ahí nosotros los pedimos y tardan en colocarse.
Por ahí con mi accidente ya la gente ahora se cuida un poco más y trata de reclamar.
Creo que es un trabajo que tenemos que hacer entre todos, un trabajo para mejorar esto; tiene que ser un trabajo también de los operarios.
¿Cómo creés vos que se pueden modificar de fondo esas condiciones de trabajo?
Saúl: Pienso que con charla y con trabajo conjunto de los compañeros también. Lo que sería el subcomité realizarlo como corresponde, realizarlo con los compañeros, y que los compañeros tengan el tiempo suficiente para poder desarrollar algún tipo de trabajo. Los mejores trabajos creo que salieron del subcomité. Fuimos nosotros, los que operamos las máquinas, los que cargamos las piezas, los que transportamos los carros. Hay muchas barreras de contención, temas de seguridad, cambios de guinches que me acuerdo que nosotros en el sector hicimos con el comité, hay cosas que se hicieron, hay cosas que no se pudieron hacer.
Corresponsal: ¿Por qué no se pudieron hacer?
Saúl: No se pudieron hacer porque “no daban los costos”. Lo que pasa siempre, que se pide y se vuelve a pedir y tiene que bajar la orden de arriba. Nosotros podemos pedir un sistema de trabajo más seguro, pero de ahí a que se haga ese trabajo ya no depende de nosotros. Depende del capataz y después del capataz viene el jefe y después del jefe el gerente y bueno... hasta llegar, y un día por ahí no se realizó un trabajo y pasa un accidente. Esas son las condiciones en que estamos.