Conversamos con Ahmed Abu Artema escritor palestino y activista por los derechos humanos con base en Franja de Gaza, es autor del libro "Organized Chaos", para que nos cuente su opinión sobre los últimos acontecimientos donde soldados israelíes irrumpieron en la explanada de las Mezquitas en Jerusalem durante el Ramadan y luego hubo un intercambio de misiles con Gaza en medio de crecientes tensiones.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Miércoles 20 de abril de 2022 09:23
Un soldado israelí apunta a los fieles palestinos durante la violenta redada en la mezquita de al-Aqsa el viernes 15 de abril de 2022 por la mañana. Fuente: Middle East Eye.
Israel vienía aumentando la represión sobre los palestinos a medida que se acercaba el Ramadan (mes santo de actividades religiosas musulmanas). La meta es suprimir cualquier resurgimiento del movimiento popular visto en 2021, a lo que se agrega que este año se superponen celebraciones religiosas tanto judías como musulmanas. La situación empeoró luego de cuatro ataques palestinos en ciudades israelíes donde murieron al menos 11 personas en Negev, Khadera y Tel Aviv. El Estado de Israel a raíz de haber quedado expuesto ante fallas de seguridad interna lanzó la operación “Break the Wave” (Rompiendo la Ola) para evitar más ataques. El resultado de las sistemáticas incursiones a los campos de refugiados en Cisjordania son decenas de muertos palestinos y palestinas en pocos días.
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Ahmed explica que “La gravedad de los recientes incidentes en Israel no está en el número de muertos, ya que no hay comparación entre las pérdidas israelíes y los setenta y cuatro años de pérdidas palestinas como resultado de la ocupación y las continuas agresiones israelíes. Más bien, para Israel el peligro está en el daño causado a su imagen a través de la pérdida de la estabilidad de la seguridad en un país que justificaba su existencia siendo un refugio seguro para los judíos de todo el mundo”.
Vídeo del ataque israelí en la Franja de Gaza esta noche. pic.twitter.com/zpJIwTLPOY
— Palestina Hoy 🇵🇸 (@HoyPalestina) April 19, 2022
Luego de la primera semana de Ramadán, Israel reprime en la explanada de las Mezquitas en la ciudad vieja de Jerusalén. Las imágenes son brutales. Durante la represión dentro de la mezquita de Al Aqsa, los soldados israelíes destruyeron parte de las instalaciones, incluyendo ventanas antiguas, e hirieron a los jóvenes que se refugiaron allí dentro, que fueron gaseados y arrestados como muestran decenas de videos en redes sociales. Sucesos de este tipo allí son “líneas rojas” para los palestinos por su carga simbólica tanto religiosa por ser el tercer lugar más importante para el Islam, como político, recordemos que la Segunda Intifada comenzó luego de que Ariel Sharon recorriera el lugar rodeado de soldados. El año pasado despertó la solidaridad en todos los territorios con el asediado barrio Sheik Jarrah, incluyendo a los que viven los territorios de 1948 (o sea los controlados por Israel) y las represiones durante el Ramadan en Puerta de Damasco y al-Aqsa.
La irrumpción de Israel fue repudiada desde Gaza por Hamas, pero también por el Rey de Jordania Abdullah II (con quien Israel firmó la paz en 1994). Hubo advertencias incluso de los mismos servicios de inteligencia y el Ejército de que si Israel continúa manteniendo altos niveles de represión y permitiendo provocaciones de las facciones nacionalistas religiosas israelíes (compuestas mayormente por colonos) la situación puede descontrolarse. Algunas de ellas son las marchas de numerosos colonos que se realizan en Cisjordania u otros puntos conflictivos sin aprobación de la policía israelí encabezadas por líderes de ultraderecha como Itamar Ben-Gvir del partido Frente Nacional Judío. Israel quiere estabilizar esta situación, pero el problema es que el costo del bienestar de los colonos israelíes (fuente de votos de muchos partidos) se produce a expensas de generaciones de víctimas palestinas, generando una sensación colectiva de opresión, persecución e injusticia entre los palestinos.
Este movimiento colono se movilizó hoy en la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja de Jerusalem para entrar al cuarto musulmán y a la Explanada de las Mezquitas como parte de su reclamo territorial ante los palestinos. Ese predio está en manos del Waqf (una administración musulmana para los espacios sagrados del Islam) vinculada a Jordania como parte de una acuerdo con Israel para evitar choques religiosos. Este área no tenía relevancia histórica como lugar rezo, sino como el sitio donde alguna vez estuvo el Segudo Templo judío. Israel ha intentando mantener el status quo en esa zona, centralmente desde la Segunda Intifada, pero la presión de la ultraderecha israelí es cada vez más fuerte.
La situación política al interior de Israel está atravesada por una coalición de gobierno inestable y fragmentada, liderada por un pequeño frente de partidos de ultraderecha llamado Yamina en alianza con partidos de centro izquierda y derecha unidos solo para sacar a Netanyahu del poder. Actualmente el primer ministro Naftali Beneth enfrenta la posibilidad de perder el asiento luego de la deserción de la coalición de Idlit Silwan que le quitó la mayoría en el parlamento lo que aumenta la inestabilidad en un momento de tensiones con los palestinos.
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La escalada desembocó en un cohete lanzado desde Gaza hacia Israel, detonado en el aire con el sistema antimisiles Iron Dome. Israel respondió con un bombardeo limitado a instalaciones de Hamas. Por su parte Hamas está intentando controlar la situación, llamó a las otras facciones de Franja de Gaza a coordinar las acciones para evitar el lanzamiento “independiente” de cohetes, luego de la respuesta israelí que realizó bombardeos limitados sobre una ciudad costera. Ahmed dice que “El misil claramente no era destructivo, era un mensaje de la resistencia palestina de no vamos a permitir que las autoridades de la ocupación israelíes continúen sus violaciones en Jerusalén”.
Ahmed aclara sobre esto, Israel en este momento no está interesado en abrir un nuevo frente con Gaza, pero están interesados en fortalecer la división entre los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén. Así que Israel intentó responder a los misiles palestinos con ataques limitados. Si la situación sigue siendo tensa en la mezquita de al-Aqsa y en Jerusalén, entonces las divisiones establecidas entre la resistencia palestina no serán capaces de mantener a Gaza lejos de la escalada”.
Docenas de colonos israelíes irrumpen en la mezquita de Al-Aqsa ahora. pic.twitter.com/vfPfUBm9o3
— Palestina Hoy 🇵🇸 (@HoyPalestina) April 19, 2022
Israel tiene el objetivo estratégico continuo de dividir a los palestinos y evitar escaladas como las del 2021 donde se vio una huelga general nacional que demostró que existe una identidad unificada como pueblo a pesar del apartheid. En ese momento la solidaridad con el barrio palestino Sheik Jarrah de Jerusalem y la represión en al-Aqsa avivaron un movimiento de resistencia popular pero también una respuesta armada de Hamas reprimida con bombas sobre Gaza.
La huelga general palestina fue un paso fuerte para unificar al pueblo palestino en un Frente Civil acompañado de protestas en Gaza, Cisjordania, Jerusalén, en la Palestina ocupada, las ciudades mixtas de Israel como Haifa y el desierto de al-Naqa. Esto fue un fuerte mensaje para Israel de que su estrategia para dividir a las comunidades palestinas ha fracasado y que no se enfrenta sólo a Gaza o Jerusalén o alrededores.
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Y particularmente en “la ofensiva militar de 2021, dejó mucho sufrimiento en Gaza, una enorme destrucción debido a la política israelí de atacar los edificios civiles. Cientos de edificios fueron destruidos empeorando una situación que era difícil en Gaza antes de la ofensiva. Aún estamos en proceso de reconstrucción, es muy lento a la luz del control israelí en los checkpoints”.
En Gaza viven dos millones de habitantes, la mitad de ellos son niños menores de 18 años, que sufren un bloqueo de tierra, mar y aire. Sus habitantes viven en uno de los territorios más densamente poblados del mundo. La electricidad está disponible alrededor de 12 horas al día y muchos no tienen acceso regular y seguro al agua potable. Más del 70% de la población de Gaza depende de la ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas y el desempleo es mayor al 40%. Una de las posibles salidas laborales es trabajar en Israel o en el extranjero, pero la gran mayoría no cumplen con los estrictos criterios israelíes para los permisos de trabajo o de viaje. Por lo tanto, tienen una capacidad muy limitada para viajar fuera de la Franja, incluso para la educación, o visitar o reunirse con familiares que viven en Israel, Cisjordania y en el extranjero.
A pesar de la destrucción causada y la situación humanitaria la ofensiva [del 2021] despertó el alma de los palestinos y la fuerza nacional debido a la resistencia. Cuando resisten una ofensiva militar contra la ocupación israelí la gente aquí se siente orgullosa y ve a la resistencia como un héroe. Y esto refuerza su creencia en que finalmente ganarán en su lucha por la libertad.
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Hoy la situación sigue siendo tensa. Contiene semillas explosivas debido a la continuación israelí de las violaciones de derechos en Jerusalén y en Cisjordania, y también debido al aumento de la conciencia palestina que una conciencia nacional palestina en toda la Palestina ocupada desde 1948. No estoy seguro si este Ramadán habrá una nueva guerra o no. Pero hay muchas razones que nos hacen pensar que pronto veremos un aumento de la confrontación no sólo entre Gaza e Israel, sino también en Cisjordania y en la Palestina ocupada.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.