La crisis agropecuaria desmentida por un gran terrateniente. Los grandes jugadores del agro y el reclamo de los pequeños productores como pantalla para exigir un programa nacional de ajuste.
Martes 8 de septiembre de 2015
A los cortes que venían realizando los productores cañeros y dueños de los ingenios, se han sumado los productores de granos. Encabezados por la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), un grupo de productores rurales “autoconvocados” llevaron sus tractores y maquinarias a la Plaza Independencia en reclamo de medidas urgentes para paliar la caída en los márgenes de rentabilidad del sector.
Esta medida se da pocos días después de que el gobierno nacional declarase la emergencia agropecuaria para 64 partidos de la Provincia de Buenos Aires por las inundaciones.
En Tucumán, el gobierno provincial decretó la emergencia agropecuaria provincial para la producción de granos y de caña de azúcar, otorgando un diferimiento en el pago de impuestos inmobiliarios y la suspensión de las ejecuciones de la Dirección General de Rentas.
El “tractorazo” de ayer fue para reclamar una disminución en el impuesto a los Ingresos Brutos, la eliminación del Impuesto Inmobiliario Rural, y fondos nacionales para subsidiar a los pequeños productores.
Según el presidente de la SRT, José Ignacio Lobo, “el sector del grano no está en condiciones de empezar su campaña, solicitamos la baja urgente de impuestos y de las retenciones porque ya no la podemos pagar, y algún reconocimiento del flete”.
Caída de los precios internacionales
Es cierto que desde el pico alcanzado en 2012, los precios internacionales de la soja, el maíz, y el trigo, se han desmoronado drásticamente producto de la desaceleración del crecimiento chino y la recesión europea. En el caso de la soja, tras alcanzar un pico de USD 615/tn en 2012, la cotización actual ronda los UDS 350/tn (una caída del 43%). En el caso del maíz, la cotización pasa de USD 285/tn a USD 156/tn en el mismo período (una caída del 45%), y en el caso del trigo la cotización pasó de USD 335/tn en 2012 a USD 222/tn este año. Una caída del 34%.
Pero si se compara con la serie histórica que arranca en 2004, la cotización de los tres granos se ubica en niveles similares o superiores a la cotización que registraron hasta 2007/2008, cuando el negocio era altamente rentable y el ingreso de divisas le daba un viento de cola a la economía nacional. Aunque esos precios ya no alcanzan para sortear las dificultades que atraviesa la economía argentina.
Arrendatarios y grandes jugadores del agro
Cuando se habla de la “crisis del sector agropecuario” es importante distinguir entre pequeños productores, arrendatarios, y los monopolios que controlan la producción y comercialización de los granos.
Las principales exportadoras de grano de soja en Argentina (Cargill, Toepfer, Bunge, Dreyfus, ADM, Nidera, y ACA) concentran el 90% del total del volumen exportado y son las principales procesadoras y exportadores de sus derivadas (aceites, harinas, etc). Esas mismas 7 empresas multinacionales concentran el 85% del volumen exportado de trigo.
A su vez, controlan los puertos, el transporte, almacenamiento, y comercialización del grano. Los pools de siembra generalizaron una forma de integración vertical mediante la cual una gran cantidad de pequeños y medianos productores se fueron convirtiendo en arrendatarios de estas grandes firmas que operan a través de fideicomisos y fondos de inversión financiera.
A diferencia de los grandes jugadores del agro, estos arrendatarios no tienen la capacidad de especular con el precio a través de la retención del producto en silobolsas; sino que deben arrendar las tierras al precio que estos grandes jugadores establecen de acuerdo a los precios corrientes y rendimiento de las tierras.
Lejos de una situación de “quebranto”, estas multinacionales son las que vienen reteniendo la liquidación de granos especulando con nueva devaluación que les reporte mayores beneficios. Pero no solo esperan, ejercen una fuerte presión devaluatoria por el poder de manipulación que tienen sobre la cotización de la moneda local que les es conferido a partir del control monopólico de las exportaciones argentinas. Parte de la herencia menemista que deja intacta el kirchnerismo.
Un informe de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), afirma que “la situación es mucho más complicada para los productores que producen bajo el sistema de arriendo. Los arriendos que en campañas anteriores llegaron a ser de USD 200/ha pagadas por anticipado, actualmente se están dejando de lado o pactando a porcentajes de cosecha”.
Luego de hacer un cálculo estimativo de precios y costos, el informe concluye que “los márgenes de ambos cultivos [soja y maíz, NdR] serían negativos en la situación bajo arriendo, salvo cuando se realiza un planteo de mínimo uso de tecnología (…) Mientras que en tierra propia los valores son positivos pero la renta que se obtendría se encuentra muy por debajo de los valores esperables (…) donde es esperable una renta media del 20%”.
Es decir que la crisis de rentabilidad estaría acotada al sector de los arrendatarios que no pueden hacer “un planteo de mínimo uso de tecnología”, que compense la caída de los precios por un aumento en el rendimiento por hectárea. Para el caso de la producción en tierra propia, los márgenes serían positivos pero “por debajo de lo esperable”.
La presidencia honoraria de la EEAOC está en manos de J. J. Budeguer, uno de los más grandes terratenientes de la provincia.
Marcando la agenda del próximo gobierno
Detrás de las protestas autoconvocadas por los pequeños productores rurales se encolumnan la Mesa de Enlace Agropecuaria del NOA, la SRT, y la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Por el lado de las patronales del azúcar, están las cámaras de productores cañeros (UCIT, CACTU) y los dueños de los principales ingenios.
No solo buscan una mayor tajada en subsidios y beneficios fiscales. Han elaborado un documento en el que utilizan la ruina de los pequeños productores como pantalla para reclamar un programa de ajuste que redundaría en mayores beneficios para los monopolios exportadores y la ruina del pueblo trabajador, pero también de los pequeños productores que dependen de la venta minorista en el mercado local. Este programa se sintetiza en: devaluación, eliminación de las retenciones al agro, caída de los costos salariales, y subsidios.
Estas son las coordenadas del ajuste que vienen anticipando desde ahora los asesores económicos de los candidatos presidenciales Scioli, Macri, Massa.