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Red Internacional
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OTAN. ¿Qué rol va a jugar el Estado Español según la última cumbre de la OTAN?

Tras la cumbre de la OTAN en Madrid el pasado año, el gobierno de Sánchez busca fortalecer su nueva posición en la Alianza, mientras la organización cierra una estrategia con Ucrania y un plan bélico a largo plazo.

Jueves 13 de julio de 2023

Durante la celebración de la cumbre de la Alianza Atlántica en la capital de Lituania, que se ha celebrado entre los días 11 y 12 de julio, se ha cerrado la política de la alianza atlántica en los próximos meses. Tras la previa cumbre en Madrid, coincidente con la guerra el pasado año, esta conferencia ha sido crucial para debatir la implantación de un plan de defensa, que está enfocado en los diferentes frentes estratégicos para los países miembros. El gobierno español por su parte, busca consolidar su papel y presencia en la Alianza, aprovechando el rol agente y cumplidor de sus planes que ha adoptado fielmente el ejecutivo desde el comienzo del conflicto en Ucrania.

En la cumbre, las potencias han reactualizado un nuevo plan de defensa, que contará con una mayor implicación material de sus fuerzas. Dicha implicación, tras pactar un nuevo Concepto Estratégico en la previa cumbre en Madrid con un nuevo plan estratégico y una subida de 40000 a 300000 efectivos de alta disponibilidad, se profundizará con un plan más extendido sobre todos los flancos de la OTAN. “Habrá un plan para el norte, el Atlántico y el Ártico europeo; otro para el centro, que cubrirá la región del Báltico y Europa Central; y un plan para el sur, para el Mediterráneo y el mar Negro”, explicó el pasado viernes el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg.

El objetivo: afrontar las dos mayores amenazas de la OTAN: “Rusia y el terrorismo”. Este plan por tanto no solo aborda la cuestión bélica en Ucrania, sino que busca extender la presencia de la OTAN y de sus Estados miembros, anticipando por tanto el surgimiento de nuevos conflictos ligados a la disputa por el Ártico o con respecto a las políticas fronterizas de los Estados.

Junto con las decisiones en el plano estratégico, se ha adoptado la posición cautelar de postergar la entrada de Ucrania a la OTAN, frente al desacuerdo de Polonia, Rumanía y los países bálticos, o del propio Zelensky. Los países miembros llevarán a cabo un plan para su acercamiento, sin la entrada directa en el conflicto armado con Rusia.

De esta forma, se busca continuar fortaleciendo la defensa estratégica de la organización, mientras el escenario bélico sigue alejado del centro imperialista y se da indirectamente entre las tropas rusas y ucranianas. Tras los últimos sucesos en Rusia con el intento de Golpe de Estado de Wagner, la legitimidad del régimen de Putin y de su fuerza para contestar a la organización se ha puesto en entredicho, debilitando el frente y aumentando la probabilidades de éxito de una ofensiva de Zelensky.

Al mismo tiempo, las potencias del G7 han declarado un manifiesto por el cual se comprometen a reforzar la defensa de Ucrania durante toda la guerra hasta que sea posible su ingreso en la OTAN, declaración a la cual se ha adherido España. En todo caso, esta decisión pese a evitar una entrada directa en la guerra por el momento, consolida la escalada militar de los países miembros, aumentando las tensiones a escala mundial.

Ante esta cumbre, el gobierno de Sánchez busca afianzar la posición del Estado Español como potencia imperialista en la región mediterránea. Por ello, tras la implicación durante la cumbre del pasado año en Madrid, Sánchez plantea en primer plano el problema de las “amenazas híbridas” que supone la frontera africana, buscando una presencia mayor de la OTAN en la región y encomendando un informe exhaustivo del Sahel y una hoja de ruta para la alianza.

De esta forma, la intervención en la cumbre será el culmen del papel del Estado Español y concretamente del gobierno progresista en ser el principal agente de las políticas migratorias de la UE y garante de los intereses imperialistas en el continente africano. Tras el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara y la tragedia en la frontera de Melilla el pasado año, el gobierno del PSOE buscará una presencia activa de la OTAN en la seguridad fronteriza.

El plan sobre flancos que plantea la OTAN va a obligar a diferentes estados a encargarse de dirigir la estrategia de la OTAN en torno a las distintas áreas de conflicto. Y todo apunta a que España será puntera en dirigir el frente sur. Y por tanto, será imprescindible para decidir sobre los ataques contra la migración y los países dependientes de África, el expolio de sus recursos por las empresas de capital europeo e incluso operaciones militares, intervenciones directas o conflictos bélicos que puedan darse entre los países miembros y países de África o facciones políticas de dichos países.

Sin embargo, los intereses del Estado Español en la alianza se proponen alcanzar mayores cotas. España será la principal candidata a liderar una misión de disuasión ante Rusia desde una brigada multinacional, que comenzaría a ser operativa a partir del próximo año. España, que ya participa en distintas misiones en los países bálticos y en Turquía y que tuvo un papel activo en el envío de armamento y medios logísticos a la guerra de Ucrania, puede aumentar su papel como potencia imperialista. De cumplirse esta misión, España pasará a tener un papel dirigente en la organización, con un despliegue de entre 3000 y 5000 tropas, de las cuales 800 serían españolas. Para afrontar esta nueva posición, es esperable que el presupuesto militar del país ibérico sobrepase el 2% de tope en los próximos años, impuesto por la Alianza.

La agenda de la organización imperialista busca por tanto a partir de esta cumbre no solo cerrar un plan guía con respecto a la guerra de Ucrania, sino que a nivel general reforzará su presencia y una mayor implicación de sus miembros, con el consiguiente rearme y la posible escalada de tensiones en diferentes frentes. El gobierno del PSOE y UP continua fortaleciendo su posición ante esta tendencia y afianzando a España como una potencia imperialista con mayor presencia y poder de decisión.

Para la clase trabajadora, para las personas migrantes y para todos los pueblos, esta cumbre muestra que la crisis actual lejos de disiparse, va a profundizarse. Y por tanto, el conflicto bélico ruso-ucraniano no parece que vaya a resolverse o quedar en un caso aislado. La pretensión de los Estados imperialistas en fortalecer activamente la política de exteriores de la OTAN y rearmarse tan solo puede abrir nuevos conflictos en el corto plazo y aumentar la miseria de la clase trabajadora y de los pueblos del mundo.