Las generales del próximo domingo no solo dejarán una nueva composición del Congreso y un reparto de votos a nivel nacional. También dejarán un nuevo escenario para que se desarrollen muchos debates y peleas que van más allá del 2021. ¿Por que un voto a la izquierda ayuda para lo que se viene?
Martes 9 de noviembre de 2021 14:36
🖋️ EDITORIAL | ¿Qué se juega este 14N y por qué necesitamos una gran elección de la izquierda? - YouTube
El domingo termina un largo capítulo atravesado por el calendario electoral.
En el tipo de democracia para ricos en la que vivimos las amplias mayorías populares y trabajadoras solo pueden elegir cada dos años, mientras los dueños del país, toman decisiones todos los días. Esto no es por las decisiones personales que puedan hacer, sino por aquellas que afectan a millones.
Quizás uno de los ejemplos más recientes de este poder se puso en juego con las definiciones del tema precios, y más allá de la medida parcial del congelamiento, puso en evidencia esa concentración en pocas manos en temas que hacen a la vida de millones, cómo fue el precio de los alimentos.
Dicho esto veamos algunas cosas que se ponen en juego.
Para el oficialismo en términos estrictamente parlamentarios y electorales, está en juego su mayoría en el senado que puede repercutir en el quórum propio que tiene en la cámara alta, así como la capacidad de quedar arriba o abajo en el conteo final en la PBA.
También está en juego también la forma futura que va a adoptar el experimento del Frente de Todos.
La oposición de JUNTOS, buscará pararse sobre el rápido proceso de erosión política que inició el Frente de todos, para reconstruir algo de ese proyecto que culminó en un fracaso abierto y que hoy está atravesado por tensiones internas con las ambiciones hacia el 2023 como motor.
Los dueños del país, que deciden todos los días, ante esta debilidad relativa que muestran las dos principales coaliciones esperan los resultados atentos, para ver cómo queda conformado el equilibro de fuerzas del personal político que va a administrar sus negocios.
Cómo recordó Fernando Rosso recientemente, en el encuentro de IDEA, un foro empresarial que convoca a los dueños del país, los candidatos más aplaudidos fueron Cynthia Hotton y José Luis Espert. Aparecen así como voceros de lo que quizás algunos piensan pero no pueden decir a viva voz.
Uno de esos dos candidatos, Espert, además de bregar por la anulación de todo tipo de derecho laboral, ahora se sube a la ola punitivista alentada por los grandes medios, pidiendo “bala” y otras frases desechables, como respuesta a todo.
Alejándonos un poco de la mirada de la coyuntura estos largos meses de campaña, fueron introduciendo además debates que, al margen de los resultados es probable que tengan una proyección el día después de las elecciones:
Reforma laboral, que implica ataque a los derechos de miles de trabajadores; el peso de la deuda externa; el extractivismo y las “falsas soluciones” para conseguir dólares que no van a las necesidades de las mayorías, y por último un eje que se conecta con todos los anteriores que es el de la pobreza estructural que afecta a millones de personas en Argentina.
Pensando en que esos 4 grandes ejes, serán parte de lo que está en juego para el día después del escrutinio del 14N, es qué importa cómo quede cada uno de los actores.
Sacando de lado la agenda ya conocida de la derecha en su formato libertario, o en su formato republicano, que de hecho tiene puentes muy claros de contacto cómo demostró el coqueteo de Milei con Macri, el oficialismo cierra la campaña clarificando algunas ideas:
El primer candidato a diputado por la CABA, Leandro Santoro del Frente de Todos, apeló a la llamada “relación de fuerzas” para explicar que las decisiones que se toman (o no se toman) estarían determinadas por algo externo a la los actores que actúan sobre la realidad y que en determinadas condiciones, mucho no se puede hacer.
Esto tiene un valor particular en lo que hace al pago de la deuda y la negociación con el FMI donde no quedaría otra que negociar.
Pero también lleva al oficialismo a no forzar “la relación de fuerzas” en otros debates, como el de la seguridad por ejemplo, que ahora vuelve fuerte a la escena. Recordemos el debate de diputados de la PBA y de la ciudad donde ambos candidatos del FdT acompañaron el reforzamiento de mecanismos represivos (defensa del uso de Taser, construcción de más cárceles).
Esto no es gratuito, hace poco vimos de nuevo como en la provincia de Buenos Aires en ciudad evita se reproducía la imagen del desalojo y la represión a las familias sin vivienda, casi en espejo con lo que había realizado Larreta en la villa 31.
Por eso la pregunta, ¿por qué necesitamos una gran elección de la izquierda?
La elección que haga el FIT-U tiene una importancia, sobre todo, pensando en estos problemas que los resultados del 14N no van a resolver, en todo caso van a desplegar un nuevo tablero en el cual se desarrollen
Desde acá tiene sentido el poner en valor lo que se conquiste en el terreno electoral, tanto el desempeño general, el conteo de votos en cada distrito y el alcance nacional, y desde ya cómo quede la bancada de la izquierda en el congreso nacional.
Bancas que se defienden en el caso de PBA, o la posibilidad de conquistar nuevas en CABA con Myriam Bregman, en Jujuy con Alejandro Vilca.
Lo conquistado en este terreno, será una herramienta para fortalecer también una pelea que tiene una dimensión económica y social: en los lugares de trabajo, de estudio, en los sindicatos, en las fábricas, en los colegios, y en las calles la defensa de cada cosa que está en juego.
Ese rol viene jugando las bancas que obtuvo en elecciones pasadas el FIT y luego el FIT unidad, desde que se transformó en la principal referencia de la izquierda por estos lados.
En estos últimos días escuché bastante un planteo que el voto a la izquierda es también un voto sin sorpresas, en el sentido que está muy claro los intereses que defendemos. Podes estar o no estar de acuerdo, pero está claro lo que se propone.
El fallo, que se conoció en la tarde de ayer que condena a prisión efectiva a los militantes, Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, solo apoyados en las declaraciones y versiones que la propia policía dio de los hechos, enciende una alerta.
Confirma que del otro lado no tiembla el pulso cuando se trata de defender los intereses de los poderosos, en este caso yendo de frente con el poder de la justicia contra quienes se habían movilizado para rechazar un robo de guante blanco a los jubilados. Un fallo indefendible desde el punto de vista del proceso legal, pero que a la vez es un mensaje para el futuro.
Porque esa movilización de diciembre de 2017, mostró que la fuerza de las calles puede ser decisiva para cambiar la suerte posterior de un gobierno que se anotó una victoria parlamentaria pero quedó dañado políticamente.
También mostró que cuando se trata de pasar leyes o ajustes que encuentran resistencia, siempre tienen a mano el recurso de la represión y los poderes del estado para perseguir.
Patricia Bullrich quizá lo dijo más claro: Ojalá esta condena sea ejemplificadora. Las manifestaciones sin razón solo estancan al país. Nosotros trabajamos por una Argentina en paz
En esas palabras está el deseo de toda una clase que no puede tolerar expresiones de organización, de bronca y de movilización contra medidas que buscan ajustar aun más su vida.
El escenario está abierto, y si algo se juega este 14N es que la izquierda salga fortalecida de la contienda electoral, para poder pelear mejor en otros diciembre que se vengan.
Leo Améndola
Trabaja en el MTEySS y es delegado de ATE-Trabajo. Miembro de Izquierda Diario y militante del PTS