Hace unas semanas el proyecto de aborto en Argentina, obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y este 29 de diciembre se votará en el Senado. Esto se conquistó por la fuerza de la movilización, que se ha demostrado con la “Marea verde” en el país vecino, pero también en Chile, que obtuvimos las insuficientes tres causales. Debemos seguir el camino internacional de la movilización por un aborto legal, seguro y gratuito.
Viernes 18 de diciembre de 2020
Uno de los aspectos que en Chile pesaron en el debate del 2018, fue la objeción de consciencia, para que esto se aprobase los sectores eclesiásticos y de Chile Vamos acudieron al Tribunal Constitucional heredado de dictadura, lo que permitió que actualmente en la ley de las tres causales las instituciones privadas que tengan convenios con el Estado, puedan negarse a interrumpir embarazos bajo las tres causales.
Este aspecto que niega derechos a las mujeres, es el que también se integró en el proyecto del derecho al aborto en Argentina, los mismos grupos conservadores fueron los que insistieron en esto, sumado a la penalización con prisión de 3 meses a un año para las mujeres que incurrieran a una interrupción voluntaria del embarazo después de las 14 semanas de gestación.
El mismo 2018 que se aprobó el proyecto de tres causales en Chile, se discutió en la Cámara de diputados en Argentina un proyecto por el derecho al aborto que fue rechazado, mientras habían miles de personas en las calles movilizándose por conquistarlo, los “dinosaurios” del régimen político lo hicieron como si la vida de las mujeres fuera un juego.
Si en Argentina el proyecto de ley se aprobó ahora, es por la fuerza desplegada en las calles y la insistencia del movimiento de mujeres, a pesar de las trabas mencionadas al principio, esa fuerza está motivada para evitar que más mujeres trabajadoras y pobres mueran o sean criminalizadas, cayendo presas por abortos clandestinos inseguros.
En Chile, si bien la aprobación de la ley del aborto en tres causales constituyó un pequeño avance, tiene un montón de límites que la misma ex Nueva Mayoría dejó en su proyecto, que no contempla ni la mitad de los abortos que se realizan anualmente, dejando a la deriva a cientos de mujeres.
Esta política de migajas y acuerdos parlamentarios, que también integró el Frente Amplio, al proponer el proyecto de despenalización del aborto en el 2018, desvió la experiencia que miles de jóvenes hacían en las calles con la pañoleta verde por el aborto legal con la “Marea verde”, y dejó el camino abierto a la derecha y la Iglesia contra los derechos de las mujeres y limitar aún más el proyecto de ley.
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Cuando se trata de la vida de las mujeres no se puede andar con medias tintas, tenemos todo por conquistar y no se pueden poner techos para quedar bien con la Iglesia y la derecha, que se han opuesto históricamente a nuestros derechos.
En la revuelta del Chile que despertó, miles marchamos con la pañoleta verde porque entendimos que es una pelea que hay que seguir dando, que con la pandemia de coronavirus se ha develado el aumento de embarazos no deseados, de violencia contra las mujeres, de una precaria e insuficiente política de prevención al respecto de la entrega de anticonceptivos en el Hospital y falta de educación sexual no sexista ni heteronormativa.
El aborto es un problema de salud pública, la misma que se cae a pedazos hace años, lo veíamos antes con las urgencias colapsadas, al límite de morir gente en la espera, y ahora lo vemos también en las miserables condiciones laborales que este gobierno y Estado tienen a las y los trabajadores de la salud, primera línea de la pandemia.
No queremos que sigan decidiendo las y los mismos de siempre, la exigencia y movilización por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana es importante para echar abajo este régimen heredado de la dictadura, que mantiene a todos los retractores del aborto y los derechos de las mujeres en el poder. Continuemos en las calles, unificándonos trabajadoras y trabajadores, estudiantes, pobladoras y pobladores, mujeres, sigamos el camino de movilización, que ejemplifica la Marea verde en Argentina, por un aborto legal, seguro y gratuito, y por todas nuestras demandas.
Nancy Lanzarini
Profesora de Lenguaje y Comunicación.