Se reunió el Consejo Económico y Social tras la declaración del FMI para respaldar al Gobierno que busca pagar la deuda contraída por el macrismo. Un acuerdo para que nadie toque las ganancias de los empresarios y buitres, mientras se anuncian nuevos aumentos en transportes y servicio energético.
Jueves 20 de febrero de 2020 22:06
Entre las celebraciones del gobierno por el informe del FMI sobre la situación Argentina, Alberto Fernández, por la tarde en la Casa Rosada tuvo lugar una reunión del gabinete económico y ministros del gobierno con dirigentes sindicales y grandes empresarios. Esta sería la primera reunión para poner en marcha el Consejo Económico y Social, aunque todavía no fuera creado formalmente por ley.
La reunión estuvo encabezada por Santiago Cafiero, jefe de Gabinete que por la mañana anunciara el descongelamiento de tarifas energéticas, y participaron de la reunión los ministros de Economía, Martín Guzmán, de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, de Trabajo; Claudio Moroni; la titular de AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, y la viceministra de gabinete, Cecilia Todesca Bocco.
Por el sector empresario concurrieron Luis Betnaza (Techint); Daniel Funes de Rioja (COPAL); Guillermo Moretti (Vicepresidente UIA); Adrián Kaufmann (Accenture), y los dirigentes gremiales Carlos Acuña (CGT); Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Comercio) y José Luis Lingieri (Obras Sanitarias).
Tanto el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, como el líder de la CGT, Héctor Daer, celebraron el comunicado del FMI. Daer consideró "exitosa" la estrategia del Gobierno respecto la renegociación de la deuda, aunque paradójicamente calificó de "impagable" y afirmó que "no es sorpresa que las autoridades del FMI se hayan dado cuenta de dar un gesto en positivo".
Las declaraciones que trascendieron coincidían en la necesidad de tejer acuerdos sobre precios, salarios y producción. Sin embargo, el “Acuerdo económico y social” que sostienen gobierno, empresarios y sindicalistas desde la asunción de Fernández, es que a los grandes empresarios, a los especuladores financieros y banqueros, no se les toca un peso en aras de la “solidaridad” con la que empezaron las medidas de ajuste a los trabajadores.
El Gobierno no solo está sosteniendo la principal herencia macrista, que significó el empobrecimiento de amplios sectores de trabajadores, empezando por reconocer el pago de una deuda externa odiosa. También sigue anunciando políticas a la medida del FMI, un “ahorro fiscal” que significa ajuste liso y llano: nuevos tarifazos de transportes y energía, el cambio de la movilidad ajustando a los jubilados, la intención de eliminar las cláusulas gatillo por inflación en los acuerdos paritarios y que los salarios sigan por detrás, y el fin de la doble indemnización por despidos.
Mientras comienzan el camino para un “pacto social 2.0”, queda aún por verse que renegociación logra el gobierno con acreedores privados y con el mismo FMI, y qué condicionamientos ponen. La puesta en pie de este Consejo resulta muy valioso para sostener acuerdos que continúen apoyando las políticas del gobierno, a costa de que las condiciones de vida de los trabajadores y sectores populares sigan empeorando.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario
