Historia. ¿Qué significa ser lesbiana?

Torta, marimacho, chonga, entre muchísimos calificativos más. Para la RAE la palabra lesbiana significa una “mujer homosexual”. Se puede debatir sobre el concepto y si está bien definido, pero lo cierto es que la sexualidad y la identidad son una construcción que se da dentro de los límites de los parámetros culturales.

Luego de la revuelta de Stonewall el activismo de la diversidad sexual tuvo en sus filas a varios grupos de lesbianas. Surgieron voces, como las del grupo Lesbianas Radicales (Radical Lesbians), que decían que “el género y la sexualidad son construcciones sociales, de una sociedad controlada por los hombres”.

Uno de sus textos más destacados es Mujeres que se identifican como mujeres (The Woman – Identified Woman). Fue difundido por el movimiento lésbico de los años 70 en los Estados Unidos, leído y distribuído en un congreso del movimiento de mujeres en Nueva York.

Definen al lesbianismo como “una conducta posible que se da en una sociedad regida por roles sexuales”. Quieren hacer incapié en el deseo como motor de las relaciones humanas, explican que “en una sociedad en la que el hombre no oprima a la mujer, y donde se permita la expresión sexual de los sentimientos, las categorías de homosexualidad y heterosexualidad desaparecería”.

Esto no significa que no problematicen la "discriminación específica" que nace por el hecho de ser lesbianas, ellas hacen incapié en que “Tortillera es un modo distinto de decir maricón”, aunque ambos impliquen que no están actuando dentro de su “rol de género asignado”. Explican que “la rencorosa discriminación que se siente por la marimacho y el asco hacia el muchacho afeminado apuntan a la misma cosa: el desdén que se tiene a la mujer o a quienes actúan con un “rol femenino”.

Lesbiana es la palabra, la etiqueta, la condición que mantiene a las mujeres en la línea. Cuando una mujer escucha esta palabra asociada a ella, sabe que ésta la va a poner en riesgo

Este grupo de activistas lesbianas formaron parte de un proceso de organización política que cuestionaba el sexismo imperante, incluso dentro de la política burguesa. Si bien tejían alianzas con grupos como el FLH se oponían fervientemente a la “hegemonía” de la militancia homosexual.

"Lesbiana es una de las categorías en la que se ha dividido a la humanidad"

El motor de su lucha nace desde la estigmatización, hostigamiento y persecución policial de la época setentista hacia quienes vivían su sexualidad fuera de la heteronorma. Se negaban a tener como destino una vida “prefabricada”, para ellas ser madre o esposa no estaban en su futuro.

"Es la primacía de las mujeres creando una nueva conciencia de sí y de todas las que se encuentra en el corazón del movimiento de la Liberación de la Mujer, la base de la revolución cultural", con esta frase terminan su manifiesto.

Una de las contradicciones de este grupo se refleja en una de sus exponentes Valeri Solanas, básicamente creía en el “separatismo lésbico” que incluía desde la auto-segregación de lesbianas individuales en comunidades autónomas hasta la propuesta más radical de todas, que consistía en la erradicación del género masculino por completo. Partiendo de esa premisa se estaría negando una batalla contra la cultura patriarcal que debe darse junto a la juventud precarizada, las mujeres combativas y los inmigrantes en alianza con la clase trabajadora.

Ayer como hoy, la calle debe ser el escenario de unión de todos los sectores oprimidos con el conjunto de los explotados, abra el camino para acabar con este sistema capitalista, heterosexista y patriarcal.