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Red Internacional
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VIDAS PRECARIAS. ¿Qué valor tiene la vida de las temporeras y temporeros rumanos para la agroindustria de Europa occidental?

Desesperada por la falta de mano de obra, la agroindustria alemana y británica se aprovecha de la miseria de miles de trabajadores y trabajadoras temporeras de Europa del Este, rumanos concretamente, poniendo sus vidas en peligro.

Lunes 20 de abril de 2020

Un aeropuerto abarrotado. Una imagen insólita en tiempos pandémicos del Covid-19. ¿La razón? Un corredor aéreo abierto entre Rumania y Alemania para permitir que lxs trabajadorxs temporerxs lleguen a la campiña teutónica para la temporada de cosechas que comienza en los próximos días. Aunque el propio gobierno rumano impuso un confinamiento muy estricto a finales de marzo y Alemania cerró sus fronteras, los imperativos económicos permiten ahora renunciar a las precauciones sanitarias. Y los que más riesgo corren son, en efecto, lxs trabajadorxs que, ante la escasez económica, no tienen más remedio que afrontar el peligro.

Atrás quedaron los días en que los periódicos llenaban sus páginas veraniegas con relatos sobre la "delincuencia rumana". Ahora los grandes grupos de la agroindustria de Europa Occidental se disputan la mano de obra rumana... ...y búlgara y polaca y moldava y ucraniana e incluso rusa.

Así es, las medidas de confinamiento y cierre de fronteras decretadas por los países de Europa Occidental han castigado bruscamente la industria agrícola. Lxs temporerxs de Europa del Este y del Magreb, habituales durante las cosechas, no pueden viajar a Europa Occidental.
En efecto, Alemania necesita cada año 300.000 trabajadorxs temporerxs para sacar adelante sus cosechas; Francia 200.000; Gran Bretaña 90.000; en Italia se necesitarían 370.000 trabajadorxs. Estas labores las realizan esencialmente lxs temporerxs extranjerxs. Es la razón por la que el gobierno alemán ha negociado directamente con su homólogo rumano la posibilidad de que miles de trabajadorxs rurales de este país viajen a Alemania para llevar a cabo las tareas agrícolas. De este modo, desde el 2 de abril, se han realizado 13 vuelos entre ambos países y las plantaciones alemanas han acogido a 18.740 trabajadorxs rumanxs. En los últimos dos días ha habido cinco vuelos. Gran Bretaña se ha apresurado a copiar al gobierno alemán. Por lo que el pasado jueves se registró un primer vuelo con 150 trabajadorxs rumanxs.

Esta circunstancia causó la interrupción desorganizada de las medidas sanitarias de seguridad, poniendo en peligro la vida de miles de trabajadorxs. Han circulado en redes sociales imágenes del aeropuerto de Cluj en las que se pueden ver aglomeraciones de entre 1500 y 2000 personas dispuestas a emprender el vuelo a Alemania. En un excelente artículo del Guardian, Costi Rogozanu y Daniela Gabor describen la escena de la siguiente manera: "Hubo un tumulto épico de miles de trabajadorxs embarcando en los vuelos chárter fletados expresamente para el concurrido puente aéreo. Muchos habían recibido sus contratos mediante aplicaciones móviles, otros fueron contratados a través de intermediarios autorizados, pero todos ellos acabaron hacinados en autobuses nocturnos que les condujeron al aeropuerto, lo que dio lugar a imágenes impactantes: un país en estricta cuarentena vio como miles de personas salían de autobuses abarrotados y se dirigían al pequeño aeropuerto regional para subir a los aviones. Teniendo en cuenta que muchxs trabajadorxs provenían de Suceava, uno de los principales focos del Covid-19 en Rumania, sólo podemos esperar que no hayan sido el origen de la contaminación masiva en Europa".

Si bien es cierto que algunos pequeños productores también contratan mano de obra extranjera para trabajar en sus fincas, son principalmente los grandes grupos agroindustriales los que solicitan desesperadamente a estxs trabajadorxs. Y su afán de lucro los lleva a ponerlxs en riesgo. Lxs temporerxs provenientes de Europa del este y del Magreb están sujetxs a horribles condiciones laborales (en algunos países se han denunciado incluso prácticas de semi esclavitud), larguísimas jornadas, sueldos de miseria y alojamientos inadecuados. En estas circunstancias, ¿podemos esperar que los patrones se preocupen por las condiciones sanitarias de lxs temporerxs?

Las condiciones de trabajo son tan horrorosas que Gran Bretaña lanzó una campaña de contratación a finales de marzo, pero fue un completo fracaso: respondieron a la llamada más de 36.000 personas, pero sólo el 16% mantuvo una entrevista de trabajo online y aunque en los últimos diez días propusieron empleo a 900 personas tan sólo 112 lo aceptaron. Estas cifras demuestran hasta qué punto son inaceptables las condiciones de trabajo. Si lxs temporerxs extranjerxs las aceptan se debe únicamente a que las condiciones de trabajo y los sueldos son aún peores en sus países de origen. Es decir, que estos empresarios se benefician también de la miseria de miles de personas en el continente.

En este sentido, Alemania intenta aprovecharse de la precariedad de una parte de la población para compensar en cierta medida la escasez de mano de obra. Por ejemplo, la Ministra de Agricultura Julia Kloecker dijo que espera contratar 20.000 trabajadorxs en los próximos dos meses entre desempleados, estudiantes y solicitantes de asilo. Los agricultores franceses están empezando a pedir que se siga el ejemplo alemán y británico y que se busquen temporerxs agrícolas en Rumania y en otros países de la región.

Esta pandemia está desvelando con toda claridad los dañinos mecanismos del capitalismo, sus desigualdades y una explotación sumamente cruel. También revela el carácter imperialista y reaccionario de la Unión Europea en el que figuraba entre otros objetivos, la integración de los países periféricos del este de Europa con la intención de optimizar la explotación de su mano de obra, es decir, reduciendo los precios y los costes sociales. Esta pandemia también nos ayuda a advertir con nitidez el "juego" de los políticos xenófobos (el de la extrema derecha y el del " centrismo radical") cuyo comercio político se basa en prejuicios racistas contra lxs trabajadorxs extranjerxs, lo que permite al mismo tiempo mantener a estxs últimxs en una posición subordinada. Hay una alianza evidente entre estos políticos y sus regímenes xenófobos y nacionalistas, entre el funcionamiento de la UE como instrumento para incrementar el dominio sobre los países de la periferia europea y la gran patronal que aprovecha esta combinación para multiplicar las ganancias.
Lxs temporerxs son "trabajadorxs esenciales", no sólo ahora sino en todo momento. Deben disfrutar de condiciones de trabajo dignas, de protección social y de salarios acordes con la trascendencia de sus tareas. Es inaceptable que los patronos occidentales se aprovechen de la pobreza de lxs trabajadorxs del este del continente, forzándoles a poner en peligro sus vidas.

Traducción: Maite.