La 4T conoce sus límites, es por ello que la estrategia ante la pandemia del Covid-19 es clara: evitar el colapso del sistema de salud. ¿Lo podrían lograr sin romper con el modelo neoliberal?
Domingo 29 de marzo de 2020
En el escenario oficial, que se reportó en el comunicado técnico diario del 17 de marzo, se estima un contagio de 250 mil personas, de las cuales 174 mil buscarán atención médica; 140 mil tendrán un enfermedad leve, 24 mil requerirán hospitalización y alrededor de 10 mil van a requerir terapia intensiva dado su estado crítico.
Ayer, 28 de marzo, por la noche, el subsecretario de Salud, Lopez-Gatell enfatizó:
¡Que quede muy claro! Seguirán aumentando los casos y va a haber casos graves y va a haber muertes
La estrategia de la 4T es retardar el pico de contagios:
Lo que se puede lograr es que se retarde la velocidad de contagios y que entonces, cuando lleguemos a la fase de máxima transmisión, que aún no ha llegado, pero inescapablemente llegará, los hospitales tengan suficientes camas para poder atender a los casos
Si se logra retardar lo suficiente la velocidad de contagios, se podrá evitar el colapso del sistema de salud:
la saturación de hospitales con casos graves puede implicar el riesgo de que no sea posible atenderlos y tengamos muertes que de otra manera serían evitables
Obviamente no es lo mismo atender 24 mil casos en tres semanas que en tres meses.
Ante la grave situación del sistema de salud, la 4T centra sus energías en retardar la curva de contagios mediante la “sana distancia”. Pero ¿será posible que 31 millones de trabajadores, que viven al día , o que los 4.2 millones de pequeños y medianos negocios que dependen del mercado interno (semiparalizado) y que dan empleo al 78% de la población acaten sin más las medidas del gobierno?
¿Cuánto tiempo puede aguantar la economía favorecedora del 1% si la contingencia se extiende en el tiempo y se agrava su crisis que de por sí ya estaba en el transfondo de la pandemia y que se puede magnificar con las caídas en las bolsas o la baja de los precios del petróleo?
La idealización de la cuarentena es una utopía de la 4T ante semejantes problemáticas. A esto se agregan los grandes especuladores que no van a perder tiempo en inflar precios de insumos básicos y médicos.
La idealización de la cuarentena es una utopía de la 4T ante semejantes problemáticas. A esto se agregan los grandes especuladores que no van a perder tiempo en inflar precios de insumos básicos y médicos.
Con esta crisis sanitaria se está haciendo saltar una contradicción de la 4T: el grotesco pacto que desde el gobierno amloísta se pretende establecer entre el 1% de los millonarios y al menos la mitad de la población que vivimos en condiciones precarias.
El desmantelamiento del sector salud), la escasa inversión (2.5% del PIB cuando al menos se esperaba el 6%) y el deterioro de las condiciones laborales puede desatar un conflicto de mayor dimensión en un momento delicado para la salud de los mexicanos.
Así como es inevitable el contagio del Covid-19, también lo será el malestar laboral de los sectores de salud, en condiciones precarias, con pérdida de derechos laborales o en ausencia de ellos, con simulaciones contractuales, además de su lucha por la falta de insumos y protección sanitaria.
Así como es inevitable el contagio del Covid-19, también lo será el malestar laboral de los sectores de salud, en condiciones precarias, con pérdida de derechos laborales o en ausencia de ellos, con simulaciones contractuales, además de su lucha por la falta de insumos y protección sanitaria.
Apenas el jueves 26 de marzo, Víctor Hugo Borja, director de prestaciones médicas del IMSS, reconocióel malestar de los trabajadores del sistema de salud en sus 23 conflictos en 12 estados y que en medio de la crisis sanitaria se está expresando al igual que los demás sectores vulnerados ante la pandemia por las oleadas de despidos y descansos “voluntarios”, sin goce de sueldo o los actuales conflictos laborales y estudiantiles que resisten para no doblegar sus demandas en la cuarentena.
El gran capital no pierde tiempo para lanzar su ofensiva.
Hace un par de días, las calificadoras bajaron la nota crediticia de PEMEX con el pretexto del Covid-19. Claramente para golpear el Plan de Recuperación del sector energético que abandera la 4T. Saben que este es un buen momento para presionar para una mayor entrega del sector energético.
Las patronales hambrientas presionarán para que en sus empresas se siga trabajando lo más que se pueda y cuando ya sea imposible, van a pedir que el Estado los salve. Apenas hace unos días Aeroméxico había pedido salvataje al gobierno de AMLO por su descalabro financiero.
Las patronales hambrientas presionarán para que en sus empresas se siga trabajando lo más que se pueda y cuando ya sea imposible, van a pedir que el Estado los salve. Apenas hace unos días Aeroméxico había pedido salvataje al gobierno de AMLO por su descalabro financiero.
Ante este cóctel de intereses opuestos, que se verifican tanto dentro como fuera del gabinete presidencial, la política central, dictada claramente por el jefe del ejecutivo, es hacer un llamado a la responsabilidad. En palabras de López-Gatell:
“La responsabilidad de todas y todos, en el gobierno, en el sector privado, en el sector social, todas y todos al mismo tiempo”
Es así que se hace evidente una política conservadora, de autopreservación del stablishment, con sus métodos de precarización y su rerótica de engaño social: pretendiendo hacer "lo realmente posible sobre lo mínimo necesario".
Es necesario romper radicalmente con la política neoliberal en diversos rubros, rescatar urgentemente al sector salud de la ruina, dejar de pagar la deuda pública, imponer una reforma fiscal contra las grandes fortunas, emprender una reforma laboral que confronte directamente la precarización del trabajo, entre otras medidas perfectamente realizables en el corto plazo. Pero para la 4T esto no es realmente posible, por ahora sólo se debe evitar el colapso de sistema de salud, y quizá para después "confrontar" el horizonte neoliberal.
Es la retórica conformista y de mínima resistencia al capital de una supuesta "cuarta transformación", al grado incluso de que ya se empieza a responsabilizar a la población por no acatar el “¡quédate en casa!”. Una especie de revictimización por ser precario y por ello no poder realizar la cuarentena.
Es la retórica conformista y de mínima resistencia al capital de una supuesta "cuarta transformación", al grado incluso de que ya se empieza a responsabilizar a la población por no acatar el “¡quédate en casa!”. Una especie de revictimización por ser precario y por ello no poder realizar la cuarentena.
Si el Estado no puede administrar el conflicto entre las clases sociales en pugna y contener el malestar social de la población, siempre puede recurrir a la fuerza y las medidas coercitivas propias de un Estado de Excepción, como ya se ha insinuado si no se acata la cuarentena. Seguiríamos así la suerte de países donde el uso de milicias sobre la población es cosa común: Chile, Italia, Colombia.
Los trabajadores no podemos quedarnos viendo la TV de forma pasiva, reproduciendo acríticamente el discurso oficialista, sino impulsar novedosas formas de lucha para enfrentar la pandemia y al capitalismo que nos amenaza para proteger su ganancia antes que la vida.
¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!