La fuerza represiva porteña detuvo a varios miembros de organizaciones populares que concentraban pacíficamente en el Obelisco. Uno de ellos murió bajo las botas de varios efectivos. Era un fotoperiodista de 47 años que militaba en el Movimiento Revolución Popular. Había sido detenido en Bolivia durante el golpe de Jeanine Añez. Fue un perseguido político del Estado colombiano, que quiso extraditarlo. El gobierno del Frente de Todos estuvo a punto de enviarlo. La lucha de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos lo impidió.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 10 de agosto de 2023 20:57
Este jueves por la tarde el fotoperiodista y militante popular Facundo Molares fue asesinado por efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Formaba parte de una asamblea de militantes en el Obelisco.
Gracias a filmaciones realizadas con teléfonos celulares desde diversos ángulos de ese neurálgico punto del centro porteño, desde el primer momento se supo que murió por la represión estatal. Sin embargo, fiel a su cinismo, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta quiso escudarse en los antecedentes de salud del hombre de 47 años.
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¿Quién era Facundo?
Nació en 1975 en el oeste del Gran Buenos Aires. De adolescente se trasladó con su familia a la Patagonia y volvió a Buenos Aires al terminar el secundario. De joven militó en el barrio porteño conocido como Villa 1-11-14. Abrazó el guevarismo y en diciembre de 2001 se movilizó con todo el barrio a la Plaza de Mayo para enfrentar al gobierno de la Alianza. Luego emprendió un viaje hacia el norte del país.
Estuvo en Misiones, luego pasó a Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y, finalmente, se afincó en Colombia, donde trabajó en la construcción y hacía changas de carpintería y albañilería. Allí se ligó a campesinos desplazados y a familiares de personas asesinadas por los paramilitares encubiertos por el Estado. Y decidió sumarse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Quince años después de vivir en suelo colombiano, Molares decidió regresar a Argentina. Trabajó como comunicador popular y en 2019 cruzó a Bolivia para cubrir con su cámara y su voz la resistencia popular al golpe de Estado que había destituido a Evo Morales y puesto en su lugar a Jeanine Añez. Estando en Montero, Santa Cruz de la Sierra, resultó herido de tres balazos mientras cubría un enfrentamiento entre manifestantes y policías. Fue detenido por los golpistas y acusado de “terrorista”.
“Estuve a punto de morir, 23 días en coma inducido, y los médicos que me salvaron terminaron presos. Perdí casi toda la visión en el ojo derecho”, relató en una entrevista a la revista Cítrica. Estuvo preso un año y un mes en una cárcel de máxima seguridad.
Detenido en muy malas condiciones de alojamiento y alimentación, se enfermó dos veces de coronavirus. Su salud quedó maltrecha. Finalmente, por la lucha de diversas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, en diciembre de 2020 logró regresar a Argentina.
Casi un año después de volver a su país, el 7 de noviembre de 2021, Facundo fue detenido en la ciudad de Esquel por un operativo conjunto de Interpol y la Policía Federal. El ministro de Seguridad Aníbal Fernández comandó la acción desde Buenos Aires y llegó a celebrar la detención en sus redes sociales.
La orden de captura provino del represor gobierno colombiano, entonces en manos de Iván Duque, que pese a los procesos de paz y amnistías existentes, lo quería preso por haber pertenecido a las FARC. Durante casi cuatro meses estuvo detenido en el penal de Rawson, hasta que debieron trasladarlo al penal de Ezeiza por haber sufrido un cuadro agudo de fiebre e hipertensión. Pasó otros cuatro meses más en el hospital de ese complejo penitenciario federal.
Al estar preso en Bolivia se había conformado la Coordinadora por la Libertad de Facundo Molares. Detenido nuevamente en Argentina las mismas organizaciones volvieron a salir en su defensa, protestaron frente a la Cancillería y denunciaron que la vida del militante corría serio peligro. De hecho responsabilizaron al Gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa por lo que pudiera sucederle encarcelado.
La prisión de Molares era una muestra de “colaboración” del Estado argentino con el proceso de criminalización que lleva años en Colombia contra militantes sociales, sindicales y de organizaciones. Pese a estar en vigencia desde 2012 los “acuerdos de paz” entre el Estado colombiano y las FARC, más de 300 exmiembros de esa organización y varios centenares de líderes y lideresas sociales fueron asesinados. Nada impedía pensar que, de ser extraditado, Molares iba a quedar expuesto a correr la misma suerte.
Parecía que la extradición era un hecho. Pero el 6 de julio de 2022 la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia suspendió el pedido, atendiendo los argumentos y fundamentos de la extendida red de organizaciones solidarias con Facundo, que incluía a abogados que habían participado de la redacción misma de los acuerdos de paz.
Que el propio Estado colombiano desistiera de pedir el envío del detenido parecía suficiente como para que Molares fuera liberado. Pero el Estado argentino se tomó casi un mes más para dejarlo salir. Recuperó su libertad la noche del 29 de julio del año pasado.
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Facundo militaba en el Movimiento Rebelión Popular. Se reivindicaba comunista y, pese a sus achaques de salud y los mil y un ataques sufridos de manos de los Estados y sus regímenes represivos, seguía aportando su grano de arena a la lucha social y popular. En aquella entrevista con Cítrica decía, desde la celda de la Unidad 6 de Ezeiza: “Acá me siento como un gato montés en una jaula de conejos, me hace falta el camino de tierra, los kilómetros, la libertad”.
Este jueves, los voraces perros guardianes de Horacio Rodríguez Larreta lo agarraron desprevenido en medio de una asamblea pacífica de diversas organizaciones que se manifestaban en contra de ir a votar el domingo. Fue sobre la explanada de la Plaza de la República. Se le subieron varios policías encima. Lo tuvieron boca abajo, junto a otros compañeros que terminaron detenidos sin haber cometido ni siquiera una infracción de tránsito.
Sólo minutos después de contemplarlo rígido y sin reacción lo dieron vuelta. Muchos minutos más tarde le hicieron maniobras de RCP. Cuando se lo llevaron al Hospital Ramos Mejía, confirmaron su muerte.
El accionar brutal de la policía de Larreta terminó con la vida de Facundo Molares. Nuestro mayor repudio a este nuevo crimen de estado fogoneado por los que alientan la represión y la criminalización de la protesta. Castigo a los responsables. Libertad inmediata a lxs detenidos.
— Myriam Bregman (@myriambregman) August 10, 2023
La noticia ya estaba instalada en todos los portales y canales cuando el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires emitió un escueto comunicado en el que se afirmaba que “las causas del deceso se relacionan con un paro cardíaco producto de factores de riesgo”. El intento exculpatorio de Larreta y sus secuaces llegaba tarde. Los videos mostrando el maltrato policial a Facundo ya se habían viralizado.
¡Juicio y castigo a todos los culpables, materiales y políticos, de la muerte de Facundo Molares!
¡Facundo Molares Presente!
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).