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Red Internacional
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RACISMO SISTÉMICO. Coronavirus y desigualdad: afroamericanos y latinos los más afectados en EE. UU.

Los últimos datos oficiales sobre la enfermedad demuestran que en todo el país y en todos los grupos etarios afroamericanos y latinos son desproporcionadamente afectados.

Jueves 9 de julio de 2020 00:05

EFE/EPA/ERIK S. LESSER

Una contundente columna publicada por The New York Times el 5 de julio da cuenta de las enormes disparidades en la tasa de contagios y decesos registrados en EE. UU. debido al coronavirus. Reproducimos aquí un resumen del artículo original.

Los primeros números mostraron que afroamericanos y latinos son afectados por el virus en mayores proporciones. Pero los nuevos datos nacionales, disponibles después de que el New York Times demandara a los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés, NdelT) revelan un panorama más claro y completo: Los afroamericanos y latinos son afectados desproporcionadamente por el coronavirus de una manera generalizada que se extiende por todo el país, en áreas urbanas, suburbanas y rurales, y en todos los grupos etarios.

Los latinos y afroamericanos han sido tres veces más propensos a infectarse que sus vecinos blancos, según los nuevos datos, que proporcionan características detalladas de 640.000 casos en casi 1.000 condados de los Estados Unidos. Y los negros y latinos tuvieron casi el doble de probabilidades de morir a causa del virus que los blancos.

"El racismo sistémico no sólo se manifiesta en el sistema de justicia penal", afirma Quinton Lucas, que es el tercer alcalde negro de Kansas City, estado de Missouri, donde el 40 por ciento de los infectados son negros o latinos, a pesar de que esos grupos constituyen sólo el 16 por ciento de la población del estado.

Los datos también muestran varios focos de disparidad que involucran a los nativos americanos. En gran parte de Arizona y en varios otros condados, tenían muchas más probabilidades de infectarse que los blancos. En el caso de los asiáticos, las disparidades no eran tan grandes en general, aunque tenían 1,3 veces más probabilidades de resultar infectados que sus vecinos blancos.

Los nuevos datos, que son un componente importante de los esfuerzos de vigilancia de la enfermedad de los CDC, están lejos de ser completos. No sólo falta la información sobre raza y etnia en más de la mitad de los casos, sino también otras pistas epidemiológicas importantes, como la forma en que la persona podría haberse infectado.

Y debido a que sólo incluye los casos hasta finales de mayo, no refleja la reciente oleada que afecta principalmente a estados del sur y del oeste.
Aún así, los datos son más completos que cualquier otr cosa que la agencia haya publicado hasta la fecha, y The New York Times pudo analizar la disparidad racial en las tasas de infección a través de 974 condados que representan más de la mitad de la población de los EE. UU., una encuesta mucho más extensa de lo que era posible anteriormente.

En el condado de Kent, estado de Michigan, los residentes negros y latinos representan el 63 por ciento de los casos positivos, aunque sólo constituyen el 20 por ciento de la población del condado. Los funcionarios de salud pública y del gobierno estatal de Michigan dijeron que no había una razón clara para que se vieran aún más afectados que en otras partes del país.

Entre los 249 condados con al menos 5.000 residentes negros para los que el diario obtuvo datos detallados, la tasa de infección de los residentes afroamericanos es más alta que la tasa de los residentes blancos en todos los condados, excepto en 14 de ellos. De manera similar, para los 206 condados con al menos 5.000 residentes latinos analizados, 178 tienen tasas de infección más altas para los residentes latinos que para los residentes blancos.

Los expertos señalan circunstancias que han hecho que los negros y los latinos sean más propensos que los blancos a estar expuestos al virus: Muchos trabajan en la primera línea lo que les impiden trabajar en casa, dependen del transporte público o viven en apartamentos pequeños o en casas que comparten varias generaciones de la misma familia.

Los latinos también se contagian a un ritmo mucho mayor que los blancos. Uno de los focos más alarmantes es también uno de los más ricos: El condado de Fairfax, a las afueras de Washington, D.C.

Allí viven tres veces más blancos que latinos. Sin embargo, hasta finales de mayo, cuatro veces más residentes latinos habían dado positivo en las pruebas del virus, según los datos del CDC.

El ingreso familiar medio en Fairfax es el doble de la media nacional de unos 60.000 dólares, la vivienda es cara, dejando a los que tienen ingresos modestos amontonados en apartamentos, donde el distanciamiento social es una imposibilidad. En 2017, se necesitó un ingreso anual de casi 64.000 dólares para costear un típico apartamento de una habitación, según datos del condado.

En la Clínica Culmore, una clínica interreligiosa gratuita que atiende a adultos de bajos ingresos en Fairfax, cerca de la mitad de los 79 pacientes latinos que se hicieron la prueba del virus han dado positivo.

"Este es un condado muy rico, pero sus necesidades son invisibles", dijo Terry O’Hara Lavoie, cofundador de la clínica. El riesgo de enfermarse por vivir en lugares pequeños, añadió, se ve agravado por la presión de seguir trabajando o volver rápidamente al trabajo, incluso en entornos de riesgo.

Los riesgos son confirmados por los datos demográficos. En todo el país, el 43 por ciento de los trabajadores negros y latinos están empleados en trabajos de servicio o de producción que en su mayoría no pueden hacerse a distancia, según los datos del censo de 2018. Sólo el 25% de los trabajadores blancos tenía esos trabajos.

Además, los latinos tienen el doble de probabilidades de vivir hacinados -menos de 46 metros cuadrados por persona- que los blancos, según la American Housing Survey (Encuesta de Vivienda de EE. UU.)

Las cifras nacionales de infecciones y muertes por el virus subestiman hasta cierto punto la disparidad, ya que el virus es mucho más frecuente entre los estadounidenses mayores, que son desproporcionadamente blancos en comparación con los estadounidenses más jóvenes. Cuando se comparan esos datos sólo dentro de grupos que tienen aproximadamente las mismas edades, las disparidades son aún más extremas.

Los latinos de 40 a 59 años de edad se han infectado a una tasa cinco veces mayor que la de los blancos del mismo grupo de edad, según los nuevos datos del CDC. Las diferencias son aún más marcadas cuando se trata de muertes: De los latinos que murieron, más de un cuarto eran menores de 60 años. Entre los blancos que murieron, sólo el 6% estaban en ese grupo.

Jarvis Chen, investigador y profesor de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, asegura que las grandes disparidades raciales y étnicas que se encuentran en las áreas suburbanas y exurbanas, tal como se revelan en los nuevos datos del CDC., no deberían ser una sorpresa. Las discrepancias en la forma en que las personas de diferentes razas, etnias y niveles socioeconómicos viven y trabajan pueden ser aún más pronunciadas fuera de los centros urbanos que en las grandes ciudades, según el Dr. Chen.

Las deficiencias de los datos del gobierno

Hasta la fecha, el CDC ha liberado cerca de 1,5 millones de registros de casos. The New York Times pidió información sobre la raza, etnia y condado de residencia de cada persona que dio positivo, pero esos datos faltaban en cientos de miles de casos.

Los casos más altos, las muertes más altas

La mayor tasa de muertes por el virus entre la población afroamericana y latina se intentó explicar, en parte, por la mayor prevalencia de enfermedades pre existentes, como la diabetes y la obesidad. Pero los nuevos datos del CDC revelan una diferencia significativa en el número de casos de virus, no sólo de muertes, un hecho que, según los científicos, subraya las desigualdades no relacionadas con otros problemas de salud.

El enfoque en las comorbilidades "me hace enojar, porque esto realmente se trata de quiénes tienen que salir de su casa para trabajar, quiénes tienen que dejar un apartamento lleno de gente, subirse a un transporte lleno de gente e ir a un lugar de trabajo lleno de gente, y simplemente no hemos reconocido que aquellos de nosotros que tenemos el privilegio de continuar trabajando desde nuestros hogares no estamos enfrentando esos riesgos", dijo la Dra. Mary Bassett, Directora del Centro FXB para la Salud y los Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.

La Dra. Bassett, ex comisionada de salud de la ciudad de Nueva York, cree que no hay duda de que los problemas de salud subyacentes -a menudo causados por factores que las personas no pueden controlar, como la falta de acceso a opciones de alimentos saludables y a la atención de salud- desempeñan un papel importante en las muertes del Covid-19.

Pero también enfatiza que un gran determinante de quién muere es quién se enferma y que las infecciones son mucho más frecuentes entre las personas que no pueden trabajar desde casa. "Muchos de nosotros también tenemos problemas con la obesidad y la diabetes, pero no nos exponemos, así que no nos enfermamos", dijo.

En junio, los funcionarios del CDC estimaron que el verdadero recuento de casos de virus era diez veces mayor que el número de casos reportados. Dijeron que no podían determinar si estos casos no reportados tenían disparidades raciales y étnicas similares a las observadas en las infecciones reportadas.

Pero dijeron que las infecciones más graves, que se asocian con mayor frecuencia a condiciones de salud subyacentes y a personas que buscan atención médica, tienen más probabilidades de ser registradas como casos.

Esa diferencia en el reporte de casos podría explicar alguna porción de las disparidades raciales y étnicas en el número de infecciones documentadas, dijeron los funcionarios de la CDC. Pero dijeron que también estaba claro que ha habido disparidades significativas tanto en el número de casos como en el de decesos.