El pasado domingo, Verónica Tabárez, paciente del Hospital Neonatal, dio a luz a su beba en el baño de la guardia del establecimiento provincial. Luego se conocieron dos casos más en hospitales públicos provinciales del interior. Acusan de abandono de persona y omisión de auxilio a autoridades y médicos del Hospital Neonatal, que mantienen con su voluntad el sistema de salud.
Sábado 25 de julio de 2015
Una vez más ocurre lo que generalmente sucede cuando hay un problema de atención en los hospitales públicos: se carga la responsabilidad sobre los trabajadores del nosocomio, sobre quienes en este caso ya pesan investigaciones penales. Si un policía ayuda en el parto de una mujer es un héroe; si un médico o enfermero, por las condiciones estructurales y a pesar de su voluntad, no llega a atender a una mujer en trabajo de parto, se considera abandono de persona. Mientras tanto, las máximas autoridades, responsables de que esto ocurra, se llaman al silencio.
El caso de Verónica es extremo, pero la violencia obstétrica que se ejerce en los hospitales públicos (sobre todo jóvenes, trabajadoras y de los sectores populares) es cosa de todos los días: muchas mujeres deban pasar su trabajo de parto en salas colectivas, sin poder ser acompañadas por su pareja. No podemos dejar de mencionar que casi 300 mujeres mueren al año por abortos clandestinos y que en Córdoba ni siquiera se aplica el protocolo de aborto no punible, arriesgando así nuestra salud y nuestra vida. También son habituales los obstáculos al acceso a los métodos anticonceptivos. Todos deciden por nosotras, y el Estado es el principal responsable de esta situación.
El voluntarismo de los trabajadores tiene límites
La demanda en los hospitales públicos no deja de crecer, y las condiciones de trabajo de los trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, neonatólogos, es cada vez más precaria. Falta personal, insumos e infraestructura. Sobrepasados, con horas intensas de trabajo extenuante, precarizados, los trabajadores no son los culpables de la situación actual del sistema de salud.
En el hospital Rawson, nuestra compañera enfermera María Inés Palacio fue acusada de homicidio y estuvo presa durante un año por la muerte de un paciente. En el caso del Neonatal vemos nuevamente cómo las acusaciones caen sobre los trabajadores, por algo que es responsabilidad lisa y llana del Estado, que lejos de atender las necesidades de la población, hace negocios con la salud.
Mi experiencia como enfermera es una muestra. Cubriendo licencias en el centro obstétrico del Materno como monotributista, teníamos sólo tres salas de parto y un quirófano para realizar las cesáreas. Por cada turno de 8 horas llegábamos a atender hasta 17 partos, se producían partos simultáneos, partos en cama, partos en los domicilios que llegaban a ser atendidos en el hospital. La situación caótica causa mucho estrés. Además no contábamos con personal suficiente.
La directora del Hospital Neonatal salió en los medios a decir que en el momento en que Verónica estaba en la guardia había siete médicos atendiendo, yo le preguntaría cuál es la situación en la que se encuentran esos trabajadores. La mayoría son residentes, otros contratados por años, y de planta puede haber uno por turno con suerte. Desde luego, todos pasados de agotamiento y mal pagos.
La situación de las enfermeras incluso es peor, por cada turno hay dos o tres para atender los partos, y una o dos para recibir a los recién nacidos, imagínense cuando alguna se enferma o toma licencia.
A casi dos meses del 3 de Junio, donde miles dijimos #NiUnaMenos, tenemos que decir que la violencia hacia las mujeres -una cadena de la cual el femicidio es el último eslabón- sigue siendo moneda corriente y este caso es expresión brutal de ello.
Muchos se sacaron la foto ese día pero poco hicieron. Mi compañera Laura Vilches, legisladora provincial del PTS en el FIT y precandidata a diputada nacional en la Lista 1A, presentó un proyecto de ley de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres que aún no ha sido tratado. Lo mismo sucedió con el que presentó el diputado Nicolás del Caño, prcandidato a presidente por la lista 1A en el Congreso.
En estos días estamos haciendo una fuerte campaña para que la población conozca y apoye este proyecto de ley, para que el 3 de Junio no haya quedado solo en un hecho. Por eso estoy orgullosa de integrar esta lista, junto a centenares de trabajadores, para poder expresar esta voz el 9 de Agosto y formar parte de las listas en octubre.
* La autora es precandidata a diputada en la Lista 1A “Renovar y Fortalecer el Frente de Izquierda”