La policía rionegrina ingresó violentamente a la residencia de un estudiante de trabajo social, ubicada en General Roca - Río Negro con la excusa de que había una fiesta clandestina. A raíz de esto las autoridades y el centro de estudiantes de la UNCo lo dejaran sin beca económica y sin residencia.
Viernes 21 de mayo de 2021 11:10
David Lefiñanco, integrante de una comunidad originaria y del colectivo disidente, es trabajador precarizado y estudiante de la FaDeCS, las autoridades de esta facultad (el decano Andrés Ponce de León y la vice decana Kelly Calvo), con apoyo de la conducción del centro de estudiantes (MILES) y sus consejeres directives, le quieren sacar la residencia y la beca de ayuda económica, como sanción por haber realizado una reunión en la residencia. Resulta gravísimo que de parte de las autoridades y el centro de estudiantes se tome una medida represiva de tal magnitud dejando fuera a un estudiante.
El pasado mes de febrero la policía irrumpió violentamente rompiendo (nuevamente) la autonomía universitaria en una de las residencias. Con la excusa de que allí se llevaba adelante una supuesta fiesta clandestina ingresaron a la fuerza sin orden judicial, tirando gas pimienta a quienes se encontraban en el domicilio y llevándose detenidas dos estudiantes.
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A raíz de un descargo que David realizó en sus redes sociales, el secretario de bienestar se acercó a la comisaría para pedir el expediente. Sin embargo, las autoridades de la universidad lejos de denunciar la violencia policial deciden votar la expulsión. En consonancia con esto, el centro de estudiantes (la agrupación MILES y sus consejeres), en lugar de defender los derechos de les estudiantes toma una postura excluyente, avalando a las autoridades a que le retiren ambas becas al compañero. Pasando incluso por arriba del reglamento de las residencias que establece que para llegar a la instancia de expulsión, el estudiante debe recibir tres llamados de atención previos, de los cuales, sólo recibió uno.
Para David la ayuda económica es fundamental, ya que estudia y trabaja. Como comentó en diálogo con La Izquierda Diario, no puede recibir ayuda económica de su familia, sustenta sus estudios con la beca y su trabajo precario. Es por eso que la situación es doblemente grave: con la sanción quedará imposibilitado de continuar con sus estudios y en situación de calle.
En una asamblea el día 13 de mayo, en la que participaron estudiantes de distintas carreras de la universidad y agrupaciones estudiantiles. Resolvieron impulsar un pedido de reconsideración a la sanción, llamando a las organizaciones sociales, políticas, organismos, cátedras, agrupaciones y referentes a pronunciarse exigiendo a las autoridades de la FaDeCS y a su Consejo Directivo revisar esta decisión.
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En este sentido Agus Donnadieu, referente de la agrupación En Clave Roja resaltó que no hay un plan serio por parte del gobierno para que se garantice la permanencia y las condiciones necesarias de cursado: “nosotres no queremos que nadie se quede afuera de la universidad y es en ese sentido que repudiamos y rechazamos la sanción tomada por la gestión de la FaDeCS y acompañada por la conducción del centro de estudiante MILES, que va en un sentido expulsivo de obstaculizar la posibilidad de seguir estudiando del compañero”.
La realidad de David es la del conjunto de les estudiantes, quienes para estudiar realizan un esfuerzo enorme. Siendo la juventud uno de los sectores más golpeados por la crisis en curso, ya que según datos de ATE INDEC un 50% de les jóvenes entre 16 y 25 años está por debajo de la línea de pobreza y un 30% está desocupado. La respuesta por parte del gobierno sólo es más plata para deuda y recortes para educación. El gobierno gastó más de $215.000 millones en pagos de deuda mientras que a becas progresar sólo destinó $3.571 millones.
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Pese a todo esto el centro de estudiantes, quien debería defender y pelear por los derechos de les estudiantes, se para de la vereda opuesta. No resulta sorprendente ya que la agrupación MILES (conducción también de la Federación Universitaria del Comahue), no tuvo una sola instancia ni propuesta para generar espacios de organización y discusión estudiantil. En medio de más de un año de cursado virtual en donde la gran mayoría de les estudiantes se vieron empujados a estudiar en pésimas condiciones, sin dispositivos adecuados ni buena conectividad, o directamente elegir entre estudiar y trabajar.
Levantarse en defensa de cada pibe que las autoridades y las conducciones estudiantiles traidoras quieren expulsar y dejar en la calle es un paso fundamental para pelear por una educación verdaderamente pública y gratuita.