El día jueves 25 de septiembre se hizo público el asesinato de Franco Torres, de 13 años, por la quema de patrulleros que se realizaron en la comisaría del Barrio Los Pinos de Rafael Castillo, partido de La Matanza. Los medios nacionales y locales hablan de otro caso de inseguridad. En esta nota relatamos, según los amigos de los familiares y docentes de Franco que hablaron con La Izquierda Diario, qué hay detrás de este asesinato.
Martes 30 de septiembre de 2014
El miércoles pasado Franco viajaba en auto junto a su padre, quien trabaja en la línea 620, cuando una bala lo alcanzó y lo mató prácticamente en el acto. Minutos antes se había producido un asalto en la casa y oficina del asegurador Juan Carlos Irazábal, ex policía de la Federal, separado de la fuerza hace 9 años ya que habría fusilado a un joven de 16 años.
Según sus primeras declaraciones públicas el ex policía habría reconocido a uno de los asaltantes, quien sería también un policía que se encuentra en actividad. Del grupo donde se encontraban estos últimos salió la bala que mató a Franco, y dentro del vehículo que abandonaron al escapar se habría encontrado una radio con frecuencia policial.
Amigos de los familiares de Franco, en diálogo con La Izquierda Diario, declararon que la quema de los patrulleros en la puerta de la comisaría se produjo después del velatorio de Franco. Que los mismos ocurrieron ante la bronca de los jóvenes del barrio por estar involucrada la policía una vez más en el asesinato del joven.
Denunciaron también que la comisaría se encuentra intervenida, ya que el último comisario separado de su cargo estaría sospechado de conformar una red delictiva que se dedicaba a los secuestros. También denunciaron que esa misma comisaría estaría implicada en el secuestro y desaparición de una joven hace 3 o 4 años. Los jóvenes del barrio habrían escuchado los gritos de la adolescente que habría estado cautiva en uno de los calabozos (que hoy se encontraría inutilizado) a cambio de un montón de dinero que le exigirían a la madre. Nunca más se supo nada de la joven.
Pero la historia oscura de la comisaría del Barrio Los Pinos no concluye aquí. En el año 2012, tres policías bonaerenses de la misma comisaría fueron, juicio mediante, declarados culpables por “secuestro extorsivo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con falsedad ideológica de instrumento público”. Habían secuestrado en 2010 a dos hermanos, a quienes llevaron a esa misma comisaría y los extorsionaron pidiéndoles una suma alta de dinero a cambio de su libertad.
Amigos de los familiares y docentes de la escuela a la que asistía Franco, en diálogo con La Izquierda Diario, desmintieron las declaraciones de funcionarios que responsabilizaron de los hechos que se produjeron en la comisaría a supuestos “punteros políticos y grupos organizados”. Según ellos, los patrulleros fueron prendidos fuego y un grupo atacó a la comisaría porque “todos en el barrio saben lo que son los policías de la comisaria de Los Pinos, están cansados, detrás de cada delito, de cada desaparición, están ellos, son los que organizan todo lo que pasa”.
Esta nueva crisis policial en uno de los barrios de La Matanza, sucede a un mes de que Granados tuvo que desplazar al titular de la departamental local, Sergio Giménez, quien duró sólo cuatro meses en su cargo, por el entrante Walter Golia.
Estos cambios se dieron luego de que a finales de agosto cayera una banda, donde estaban involucrados siete policías bonaerenses del distrito. Los primeros días de septiembre tuvieron que separar también de su cargo a dos comisarios mayores, y un subcomisario, según el comunicado del propio Ministerio de Seguridad provincial “porque podrían estar involucrados con la banda desarticulada en La Matanza”.
Esta nueva crisis policial, podría abrir otra crisis política en el distrito, ya que cuestiona la política de Scioli, Espinoza y Granados, de querer combatir la “inseguridad” fortaleciendo a la misma fuerza represiva que, como queda demostrado, organiza el delito en la zona.