Tras la celebración de la consulta del 9N por el derecho a decidir del pueblo catalán, al tercer día el presidente del Gobierno español Mariano Rajoy ofreció su interpretación de los hechos. Reiteró su rechazo a toda posible negociación sobre el derecho a decidir.
Jueves 13 de noviembre de 2014
Fotografía: REUTERS
La rueda de prensa de Rajoy venía precedida de varias voces discordantes en el seno del PP de Cataluña, cuestionando que faltó mayor contundencia contra la celebración del 9N y acusando al presidente de sostener una conducta de inacción.
Sin embargo, ya en la comparecencia, el presidente del ejecutivo español ha reiterado en todo momento una actitud de rechazo y ninguneo hacia la consulta celebrada.
Durante la rueda de prensa pareciera que el presidente estaba abonado al dato reiterativo de que -según sus propias cuentas- dos de cada tres catalanes fueron abstencionistas del 9N, o bien dos de cada tres catalanes no hicieron caso, en referencia al bloque soberanista encabezado por Artur Mas.
Rajoy no ha dudado tampoco en considerar la consulta como un profundo fracaso del proyecto independentista. Señalando que: “donde pretendían una exhibición de fuerza, nos han mostrado su debilidad” y que en su opinión: “no ha sido una votación democrática, ha sido un acto de propaganda política. No ha sido una consulta, fue un simulacro con el agravante de incumplir las resoluciones del Tribunal Constitucional”.
Durante la comparecencia, Rajoy también ha cerrado la puerta a negociar con Artur Mas la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación para el pueblo catalán, como pretende el President de Cataluña, Mas.
Rajoy le ha indicado a Artur Mas que el único camino legal, la única puerta abierta, es la reforma de la Constitución. Pero a continuación, con severa advertencia y cerrando de nuevo la puerta ha señalado que: “yo y mi partido nos opondremos a cualquier reforma de la Constitución que incluya la autodeterminación y por tanto liquide la soberanía nacional”.
En definitiva, la esperada comparecencia sobre el 9N de Rajoy habla más por lo que esconde que por lo que dice. Lo demuestra que la rueda de prensa únicamente se ha basado en la amplia abstención que hubo durante el 9N para seguir con el papel intransigente que viene ejerciendo el Gobierno ante el anhelo de los catalanes a decidir su propio futuro.
La realidad es que la situación en Cataluña y el movimiento por el derecho a decidir es hoy por hoy la cuestión de mayor preocupación para el Gobierno español. No en vano el 9N ha sido la mayor demostración de las aspiraciones del pueblo catalán a ejercer el derecho de autodeterminación, con más de dos millones de votantes.
El hecho de que Rajoy no haya llevado hasta el final la amenaza judicial contra los partidos pro consulta -CiU, ERC y CUP- y la ausencia de una mayor contundencia suspendiendo definitivamente el 9N, están relacionados con el temor del Gobierno a que al propio Artur Mas pueda perder el control del movimiento independentista y que éste se pueda expresar en las calles de forma más radical.