El comentario de Randazzo acerca que el “proyecto” se puede quedar “manco” desató furor en los medios y las redes sociales. La reacción de Karina Rabolini, lágrimas mediante, ayudó a disparar el tema. Consideraciones breves.
Miércoles 20 de mayo de 2015 12:28
Randazzo dijo esas palabras en el conclave de Carta Abierta, a la que definió ese mismo día como “usina del pensamiento crítico”. Si ya la historia de las anteriores Cartas demostraba la poca criticidad de esos intelectuales, el reírse a mansalva del chiste del ministro, terminó de ilustrar esa realidad.
Aplausos y carcajadas se pueden ver en el video que circula por internet. Se trata de una demostración cabal de lo bajo que ha caído la reflexión de los intelectuales afines al gobierno. La tan mentada Secretaria Estratégica del Pensamiento Nacional tiene más palabras en el nombre que ideas propias.
Sin duda alguna es también el resultado de la progresiva moderación política del kirchnerismo que limita toda argumentación seria contra el gobernador de Buenos Aires. Las diferencias “de fondo” que Randazzo ensayó esta mañana por Twitter siguen sin salir a la luz y no pueden pasar más que de acusaciones formales. El ex ministro duhaldista se queja del ex funcionario menemista. En el medio los intelectuales de "izquierda" ríen. Emir Kusturica o Alex de la Iglesia podrían buscar argumentos para alguna nueva película.
Karina Rabolini (llanto mediante) le hizo ganar varios puntos en la noche de ayer a Daniel Scioli en el programa de Fantino. Después de eso, todo fue ganancia para el ex motonauta. En las redes sociales llegaron a compararlo con aquel famoso cajón de la UCR que quemó Herminio Iglesias y al cual la ciencia política y el sentido común de la historia atribuyen el triunfo de Alfonsín en 1983. Esta por verse si esto tiene el mismo peso específico pero, en la interna del FpV, ha sido un duro golpe para el ministro.
La discusión acerca de si efectivamente se estaba burlando de Scioli pasó a segundo plano. Lo que queda de fondo es la debacle del llamado pensamiento crítico y sus apuestas políticas que, en el fin de ciclo del kirchnerismo, no pueden más que recurrir a la chicana barata o al mal sentido de la ironía. Ahora Carta Abierta anunció que también invitará al gobernador de Buenos Aires para un diálogo “sin prejuzgamiento”.
El progresismo se ríe y pide disculpas. Avisa que no invita a Scioli por su perfil político y, pocas horas después, retrocede en chancletas. Una comedia de enredos pero de las malas.
Las risas de Carta Abierta recuerdan un poco una de las escenas finales de Titanic, donde la orquesta sigue tocando a pesar de que el enorme barco se está yendo al fondo del mar.
Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.
