Las acusaciones del ministro por el pasado menemista del gobernador son cosa del pasado. Quien supo presentarse como candidato del “kirchnerismo puro" se subordinó al sciolismo. Pragmatismo puro.
Miércoles 7 de octubre de 2015 13:00
Fotografía: @PrensaScioli
Fotografía: @PrensaScioli
Este miércoles se vio una de las fotos más esperadas de la campaña: el abrazo entre Daniel Scioli y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que había desaparecido de la escena política después de su renuncia a ser el único candidato a gobernador por el FpV en la provincia de Buenos Aires.
La localidad de Chivilcoy fue el escenario y el encuentro se produce a sólo dos semanas de los comicios presidenciales. Allí Scioli destacó en su discurso "el trabajo del compañero Florencio" y recordó cuando compartieron la despedida a Néstor Kirchner en 2010.
Así, de golpe y sin mucha discusión, quien fue el abanderado de la pelea contra Scioli al interior de las filas del oficialismo hasta hace muy pocos meses, se abrazó al candidato ungido por Cristina Fernández, en una demostración clara de que nunca hubo diferencias políticas sustanciales de fondo. Las peleas fueron un complemento del relato.
Randazzo pasó por el gobierno provincial de Duhalde en los años 90’. Su presentación como “militante” en oposición a Scioli, uno de sus ejes de diferenciación por mucho tiempo, obviaba ese detalle.
Así, el Frente para la Victoria intenta lograr sumar un apoyo más a la candidatura de Scioli que todavía bordea el 40% de los votos, sin lograr garantizar con certeza un triunfo en primera vuelta.
