Personal de la escuela se comunicó con este diario para denunciar las pésimas condiciones edilicia, y la numerosa presencia de ratas en la escuela.
Jueves 8 de abril de 2021 20:55
Luego de finalizada la cuarentena, las y los auxiliares fueron convocados a abrir la escuela porque se iban a realizar obras, que quedaron a medio terminar. Quedaron cables de alta tensión a la intemperie, materiales de construcción y escombros en las aulas.
Además, como podemos ver en las imágenes, las pruebas de que hay roedores en el establecimiento son claras. Las y los trabajadores nos comentaban: “Son gigantes”, “Consejo escolar vino, pero tiran los cebos así no más y listo, con eso no hacen nada”.
El personal directivo va en horarios alternados, los preceptores tienen guardias reducidas. Dos veces por semana. La escuela permanece abierta de 7 a 22 horas, solo para tener algunas reuniones virtuales. Mientras tanto, las y los auxiliares cumplen seis horas de trabajo diario, en esas terribles condiciones.
La semana pasada después de muchísimas denuncias, el consejo soluciono una pérdida de gas que llevaba larga data.
Techos que se caen, espejos rotos encintados en los salones de entrenamiento, cables pelados, son una postal con la que conviven las y los trabajadores de la escuela, como sucede en decenas de casos en este distrito y en otros de la Provincia de Buenos Aires.
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En estas condiciones, como en muchas escuelas de la ciudad, se quiere volver a la presencialidad, ni si quiera se cuenta con buena ventilación: “Tiraron abajo una puerta que conecta dos salones y eso es ventilación adecuada para la inspectora, ni una ventana hay”, denuncian.
Nos contaron que hubo cinco casos de covid-19, de contactos estrechos, y los directivos no respetaron el protocolo de 48 de aislamiento, debieron cumplir el horario, poniendo en riesgo su salud y la de todo el personal que estaba presente en el establecimiento.
Como venimos denunciado en este diario, y a través del observatorio escolar en pandemia, la situación en las escuelas no se condice, con lo que expresan Trotta y Kicilloff en los medios. Presencialidad como sea, es su única premisa, sin importar la salud de las y los trabajadores.