Esta tarde se dieron a conocer los resultados de la votación en general del Reglamento en el pleno de la Convención Constitucional. El resultado fue 145 votos a favor, 6 en contra y 1 abstención. Aprobaron un reglamento donde se establece que las normas constitucionales se voten por 2/3. Aquí explicamos en qué consistió la confusa votación de esta jornada.
Martes 14 de septiembre de 2021
Esta mañana se votaron en general las propuestas del reglamento elaboradas por las comisiones provisorias de la Convención durante agosto. El Reglamento General define, entre otras cosas, normas que establecen el quorum de votación para aprobar cada artículo que integrará la nueva Constitución. La propuesta que finalmente hoy se votó, define que se necesitan al menos ⅔ de los convencionales en ejercicio a favor para aprobarlas. Se ratifica así el antidemocrático quórum de ⅔ que fue pactado desde la derecha hasta el Frente Amplio en el Acuerdo por la Paz [1]. Al final de esta nota explicamos con peras y manzanas en qué consistió la votación.
Votaron el Reglamento 145 a favor, 6 en contra y 1 abstención. En contra votaron 5 convencionales de Pueblo Constituyente (colectivo que reúne 20 de los 27 ex Lista del Pueblo en la Convención), Dayyana González (D3), María Rivera (D8), Camila Zarate (D7), Ingrid Villena (D13), Francisco Caamaño (D14). Y Bessy Gallardo del PRO (D8). Se abstuvo el RN Harry Jürgensen (D25). [2]
La derecha, que estas semanas ha estado a la ofensiva, había propuesto votar prácticamente todo el Reglamento por la regla del ⅔. Por eso hay quienes pintan como un triunfo el haber defendido lo que ya se había zanjado en el parlamento el 15 de noviembre del 2019. Bárbara Sepúlveda, convencional del PC, lo expresó así: "ganemos o perdamos, hoy día el triunfo de la Convención es que se ha vuelto un poder constituyente, originario, soberano, con todas las de la ley". Pero lo cierto es que Apruebo Dignidad -el Frente Amplio y el Partido Comunista- y la mayoría de la izquierda convencional, junto a la derecha, ratificaron hoy el quórum antidemocrático de la Constitución de Pinochet que fue cocinado en el parlamento.
Junto a ellos también votaron las y los convencionales de Movimientos Sociales Constituyentes, como Alondra Carrillo (Coordinadora Feminista 8M, D12), Manuela Royo (Modatima, D23) y Elisa Gustinianovich (Coordinadora Social de Magallanes, D28), quienes el jueves pasado calificaban de “error procedimental” la maniobra de la mesa de imponer las reglas de ⅔ para normas del Reglamento General y de Participación y Consulta Indígena.
Lo mismo hicieron los convencionales de escaños reservados de pueblos originarios, a quienes la derecha les otorgó el viernes no entrometerse en el reglamento que norma la vinculación de la Consulta Indígena.
El miércoles, jueves y viernes de la próxima semana se votarán las indicaciones para modificar las normas particulares del Reglamento. Algunos convencionales ya preparan indicaciones para cambiar las normas particulares sobre el quorum de ⅔.
También se llevará allí una indicación para insertar plebiscitos dirimentes. Se trata de una propuesta que acepta el antidemocrático quorum de ⅔, pero propone una resolución en caso de que este quorum no se alcance. En vez de ser rechazada la norma y que pase a ser materia futura del congreso, propone que sea votada por sufragio popular.
Con la votación general de hoy, han ratificado los ⅔ de Jaime Guzmán en el área grande. Lo quieren presentar como un triunfo. La próxima semana darán la batalla en el área chica, con las normas particulares. Pero, hasta el momento, todo lo vienen "cocinando" entre los laberinticos juegos de cálculos -que más abajo explicamos-, dentro del palacio fortificado del Ex Congreso.
Es urgente que se preparen ya movilizaciones para la próxima semana con la consigna de echar abajo el quorum de ⅔ de la dictadura y de todas las restricciones antidemocráticas acordadas en el Acuerdo por la Paz. El Partido Comunista dijo en su último congreso que había que “rodear la convención con movilización de masas”. No hemos visto que haya hecho nada de eso todavía. Dejarlo pasar esta vez equivaldría nuevamente a seguir las cocinas del Frente Amplio con la derecha. Todos los sectores que se dicen de izquierda, tanto dentro como fuera de la Convención, tienen el deber de salir de la inmovilidad. La derecha seguirá a la ofensiva si las direcciones de las organizaciones, que acuerdan en los palacios, mantienen vacías las calles.
¡Qué convoquen ya a un paro nacional para miércoles 22! ¡Abajo los 2/3 del Acuerdo por la Paz!
Una ayuda para entender la votación de hoy en la Convención:
¿Qué es el quórum de 2/3? Quiere decir que para aprobar una norma se necesita dos tercios de los votantes a favor. Por ejemplo, en una votación de 12 personas para decidir entre dos opciones, el empate no es solo 6 a 6, sino también 7 a 5 y 8 a 4 (8 es justo 2/3 de 12). Para que gane alguna opción se requiere más, al menos un 9 a 3. Por eso se llama también quórum supramayoritario, porque se necesita más que la mayoría para definir un resultado favorable.
¿Es antidemocrático? Los que lo defienden lo presentan como si fuera algo más democrático que el quorum mayoritario, porque obliga a las partes a hacer un acuerdo más amplio para definir algún resultado. Pero es una manera de distorsionar las cosas. Lo cierto es que una minoría puede bloquear la votación favorable. Una minoría tiene poder de veto.
¿Para qué sirve? Es una herencia de la actual Constitución de Pinochet, para resolver normas fundamentales, como son las reformas constitucionales [3]. Se trata de no dejar que las mayorías decidan. De obligarlas a decidir junto a la derecha y, en caso de que no se alcancen los ⅔, se mantenga la norma anterior. Se trata entonces de un quorum conservador, hecho para moderar los cambios.
¿Y qué se votó hoy? Es un puzzle, así que atención.
Se votaron en general las propuestas del reglamento elaboradas por las comisiones provisorias de la Convención durante agosto. El Reglamento General define, entre otras cosas, normas que establecen el quorum de votación para aprobar cada artículo que integrará la nueva Constitución. La propuesta que finalmente hoy se votó, define que se necesitan al menos ⅔ de los convencionales en ejercicio a favor para aprobarlas.
Ahora veamos a lo que puede generar confusión. Previamente a esa votación se había votado esta mañana, por mayoría absoluta de los convencionales en ejercicio, el quorum de cómo se iba a votar este Reglamento y cada una de sus normas. Se aprobó entonces votar todas las normas de las propuestas de los reglamentos por mayoría simple [4]. Esto en contra de la reaccionaria propuesta de Chile Vamos que proponía votarlas por ⅔, agregando otra barrera de este quorum a la que ya se había pactado en el Acuerdo por la Paz.
En otras palabras se votó cómo votar cómo votar. Sí, no es un error de tipeo: fue un "cómo votar" al cubo [5]. Un sistema de votación vicioso, que generó paradojas como la que explicaba Javier Pineda: “a las fuerzas políticas que quieren mantener el quórum de dos tercios, les conviene que se apruebe por mayoría absoluta, mientras a aquellas que quieren rechazar el quórum de dos tercios, les conviene que se vote con un quórum de aprobación de dos tercios”.
La Convención se impuso esta semana una fortaleza construida en base a la regla de ⅔ multiplicada. Los convencionales, jugaron a las matemáticas para cruzar las puertas de un absurdo laberinto, para terminar ratificando el antidemocrático Acuerdo por la Paz. Cada puerta que se logró botar, con poco esfuerzo, en ese palacio borgiano de paradojas, la izquierda conciliadora en la convención lo celebró como un triunfo. Lo cierto es que enfrentaban la ofensiva de una minoría en la Convención, una derecha que representa apenas un cuarto de esta. Al final llegaron al mismo punto de partida, a la trampa que creó el pacto de impunidad que salvó a Piñera. Al término de la jornada, los convencionales entonaron el Himno Nacional.
Mientras tanto, continúan gobernando los mismos de siempre. Continúa funcionando como siempre la Constitución de la dictadura y sus poderes. Continúa la represión y los toques de queda. Continúan empeorando las condiciones de trabajo y de vida de las masas. Continúa el enriquecimiento de unos pocos a costa del trabajo de millones. Continúa el saqueo capitalista de nuestros recursos y la destrucción del medioambiente. Y en los calabozos de este régimen que llaman democracia, y que la convención ha comenzado a restaurar de su crisis de Octubre, siguen encarcelados nuestros luchadores, con quienes se castiga a todo un pueblo que exigía una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Una de verdad.
[1] Recordemos que, tras la Huelga General del 12 de noviembre del 2019 y ante la amenaza de que continuaran desarrollándose métodos de organización y lucha de la clase trabajadora que pudieran hacer caer el gobierno de Piñera y el régimen de los 30 años en crisis, el parlamento firma el Acuerdo por la Paz el 15 de noviembre, desviando la demanda de una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana hacia la formación de una Convención de carácter restaurador. Entre sus restricciones antidemocráticas, el punto 6 de este acuerdo de impunidad señalaba expresamente: “El órgano constituyente deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quorum de dos tercios de sus miembros en ejercicio”. Una semana después esta disposición fue plasmada en la ley 21.200 que modificó el capítulo sobre reforma constitucional de la Constitución de Pinochet, la cual somete al actual proceso constituyente. El artículo 133 dispone que “La Convención deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio. La Convención no podrá alterar los quórum ni procedimientos para su funcionamiento y para la adopción de acuerdos”.
[2] Se ausentaron María Trinidad Castillo del Colectivo Socialista (por fallecimiento de familiar), la machi Francisca Linconao (con licencia médica hasta el sábado), y Rodrigo Rojas, el “Pelao Vade”, quien a raíz del caso por todes conocido tiene licencia hasta el jueves de la próxima semana.
[3] Tras el triunfo del No en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, que decidió por las urnas poner fin a la dictadura de Pinochet y comenzar proceso de “Transición a la Democracia” siguiendo lo señalado por la Constitución de 1980, los partidos de la concertación empiezan a negociar con la junta militar y la derecha una reforma constitucional. No solo la dictadura temía una Asamblea Constituyente, sino también la “oposición” burguesa demócrata, por lo cual traicionaron esa demanda. Durante esos meses “cocinan” a puertas cerradas un texto de Reforma Constitucional que anuncian finalmente el 1 de junio de 1989. Esta reforma sería aprobada por el plebiscito del 30 de julio. Entre sus modificaciones a la Constitución de la dictadura, se concedía al régimen y a la derecha cambios en algunos quorums de votación en el congreso, los cuales aumentaban aun más el autoritarismo del régimen democrático previsto por la Junta en 1980. Se estableció que para la aprobación de reformas constitucionales sobre determinadas normas, el quorum necesario pasaría de 3/5 (60%) a 2/3 (67%). De manera que la nueva constitución pactada quedaba todavía mejor asegurada. A la vez, consciente que el próximo gobierno elegido por las urnas sin duda tendría que lidiar con una presión por izquierda más fuerte, se bajó el quorum para rechazar el veto presidencial a los proyectos de reforma constitucional: pasó de 3/4 (75%) a 2/3 (67%). En el mismo sentido, se aumentó el quorum para aprobar las modificaciones presidenciales a estos proyectos: pasó de mayoría absoluta a 3/5 ó 2/3, dependiendo de la materia.
[4] Una elección por "mayoría absoluta" solo da el triunfo a la opción que obtiene más del 50% de votos de todos los miembros en ejercicio (no suspendidos). En cambio, en la "mayoría simple" (o relativa) el cómputo de votos solo considera la opción que obtiene más votos entre todos los votos válidos emitidos, sin importar si esta opción no supera la mitad de los miembros.
[5] Hagamos un ejemplo simplificado, tomando nuestra asamblea de 12 miembros de más arriba. Imaginemos que deben decidir en un mes más, por votación, si van a expropiar un banco. Pero para decidirlo necesitan primero decidir una regla de quorum de esa votación, mediante otra votación. Esta votación requiere, a su vez, un quorum, que también debe ser decidido previamente mediante otra votación. Y esta votación previa, por acuerdo de facto, se hace por mayoría absoluta... y así no seguimos estirando la ecuación. Comienzan las votaciones. Primero, por 7 a 5, gana votar por quorum de mayoría simple la regla que señala cómo votar la expropiación. Esta regla, que 3 de los miembros habían escrito previamente, dice que la expropiación se votará por 2/3. Se procede inmediatamente a votar esta regla por mayoría simple, como se había definido. Por 7 a 5 nuevamente, la regla se aprueba. En un mes más votarán la expropiación de acuerdo a esta regla, es decir, por 2/3. Los dos "triunfos" anteriores de 7 a 5 no importan nada.... para expropiar necesitarán un 9 a 3.