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Red Internacional
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Unión Europea. Reconstrucción Europea, pero ¿para quién?

Alemania y Francia plantean un fondo de 500.000 millones de euros para la reconstrucción de Europa tras la crisis del coronavirus, muy lejos de los 2 billones que pedían los países del sur.

Miércoles 20 de mayo de 2020

El eje franco-alemán ha vuelto a demostrar, como otras muchas veces, quien marca realmente el ritmo en la Unión Europea (UE). Tras varias semanas de “tira y afloja”, en la que ni los gobiernos de los 27 países miembros, ni la Comisión ni el Parlamento Europeo han logrado pactar un verdadero plan global de rescate a los capitalistas tras la crisis, ayer Merkel y Macron dieron un primer paso para el mismo. Tras reunirse por videoconferencia, anunciaron lo que ellos mismos denominaron “El mayor plan de reconstrucción europea desde la IIGM”.

Fondo de ayuda de 500.000 millones de euros, pero con condiciones

Lo acordado ayer por los dos mandatorios viene a romper el bloqueo y la parálisis política de la UE, provocada por las dos posiciones enfrentadas que existen. Por un lado, los países del Norte, autodenominados “países frugales” (Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca) que se niegan a cualquier tipo de transferencia de dinero directa, sin condiciones, a los países del sur mas golpeados por la pandemia.

Por el otro, estos países (Estado español, Portugal, Italia, Grecia) piden un fondo de ayuda europea, mucho más amplio, de hasta 2 billones de euros sin condiciones. Tensiones entre las distintas burguesías nacionales europeas por ver en qué medida se socializan las perdidas y se salva a los capitalistas más allá de lo que pueda asumir cada Estado.

Lo que proponen Merkel y Macron es una especie de solución intermedia, que, aunque se acerca más a lo propuesto por los países del Norte, seguramente no contente a ninguno de los dos bloques. Su propuesta es un fondo de reconstrucción de 500.000 millones de euros, para los países mas golpeados por la pandemia.

Una transferencia de dinero directa, basada según ellos en 4 pilares: estrategia sanitaria, fondo de reconstrucción para la solidaridad y el crecimiento, aceleración de la transición ecológica y digital y el fortalecimiento de la capacidad y soberanía industrial europea.

En la rueda de prensa donde anunciaron esta medida, Merkel afirmó que: “son recursos para “los sectores y regiones más afectadas sobre la base de los programas presupuestarios de la UE. Se trata de subsidios y no de créditos, con la idea de evitar que se dispare la deuda de los países afectados”. Por su parte Macron dejó claro que: “este dinero tiene vocación de ser reembolsados, a través de fondos comunitarios y no de los países individuales, para lo que habrá que trabajar en un calendario y modalidades”.

Según lo acordado: "Las ayudas estarán basadas en un compromiso claro de los Estados miembros de aplicar políticas sólidas, una ambiciosa agenda de reformas y políticas económicas sanas”. Por la experiencia de 2008, sabemos que cuando la UE pide reformas y “políticas económicas sanas”, está hablando de austeridad y recortes.

Un eufemismo para hablar de la bajada de las pensiones, el recorte brutal de los servicios públicos, la precarización del mercado laboral y otras medidas que van en la misma línea de ataque a la clase trabajadora. Medidas que tuvieron que aplicar a rajatabla, los países “rescatados” para recibir el dinero.

Además, sabemos perfectamente que este dinero no llegara a los más necesitados. Como ocurrió en 2008, este dinero solo ira destinar a sabor los intereses y los beneficios de la patronal y la banca.

Por mucho que desde el gobierno lo quieran “vender” como fondo de ayuda, lo anunciado es un rescate encubierto, similar a los draconianos rescates sufridos a partir del 2008, por Grecia, Irlanda, Portugal o el propio Estado Español.

Una crisis de la UE que no hace más que aumentar

Si algo ha demostrado esta pandemia, es que la UE como proyecto común, es un coche que parece que va sin frenos directo al precipicio. La crisis del proyecto europeo no ha hecho más que aumentar debido a la crisis económica de 2008, el Brexit, el auge del nacionalismo de extrema derecha y el coronavirus lo ha acelerado todavía más.

Por mucho que ayer, Merkel y Macron dijeran que: “El objetivo es que Europa salga de esta crisis fortalecida, cohesionada y solidaria y por lo tanto hay que dar una respuesta colectiva y, sobre todo, europea”, la realidad es bien distinta. De hecho, nada mas conocerse esta medida el primer ministro de Austria ya mostró sus reticencias al mismo, y al mismo tiempo los gobiernos de los países del sur insistieron en que esto solo era un primer paso, reclamando que la cuantía del fondo tiene que multiplicarse por tres o por cuatro.

Desde que la pandemia llego a Europa hace dos meses, la UE ha sido totalmente incapaz de dar una respuesta unitaria frente a la mayor crisis desde el crack de los años 30. Ya no solo que no hayan dado una respuesta económica conjunta a la misma, tampoco ha habido una respuesta sanitaria de conjunto. Cada país ha tomado las medidas a su ritmo y con grandes diferencias ente unos y otros.

Ha habido fricciones por la compra de material sanitario, la búsqueda de la vacuna, las restricciones o no a los movimientos de personas entre los Estados europeos, políticas proteccionistas, en definitiva, cada país miembro ha hecho lo que ha querido, aunque eso pusiera en riesgo a otro miembro de la UE. El coronavirus, solo ha puesto de manifiesto que el proyecto de la UE esta en grave peligro de muerte.

Contra una UE en declive, luchemos por los Estados Unidos Socialistas de Europa

La Unión Europea ha sido desde sus orígenes un proyecto imperialista reaccionario que buscaba fortalecer las posiciones del eje franco-alemán, en alianza con otras burguesías europeas. De ésta, la burguesía y el imperialismo español también se han beneficiado como otros socios menores del proyecto.

Con el estallido de esta crisis, las reaccionarias instituciones europeas y los gobiernos imperialistas quieren descargar, como ya hicieron con la de 2008, los costos de la misma sobre la clase trabajadora.

Frente a esto, los que nos reclamamos de la izquierda revolucionaria no apostamos por “democratizar” la UE, como proponen partidos reformistas como Unidas Podemos (UP), Syriza u otros.

Pero esto resulta del todo imposible. “Democratizar” la UE y darle un carácter “social” iría en contra de su espíritu y objetivos. Como hemos dicho, desde su creación hace más de 50 años, su único objetivo era fortalecer las diferentes burguesías europeas, y al eje franco alemán en especial de cara a la competencia con otras potencias.

Siempre ha sido un proyecto basado en el capital y el interés empresarial, nunca en los intereses de la clase trabajadora. El fracaso del gobierno de Syriza en Grecia, que acabó aplicando los durísimos planes de ajuste impuestos por la Troika, y la integración de UP en un gobierno con el PSOE, aceptando la visión neoliberal de Europa de este, demuestran el fracaso absoluto de esta alternativa burguesa y la imposibilidad de reformar por “izquierda” el proyecto europeo.

Tampoco creemos que la solución sea la “salida de la UE”, con planteamientos “soberanistas” ni de derecha ni de izquierda. Esto solo favorecía la creación de un “capitalismo nacional” que no dudaría en atacar a la clase obrera.

Nuestra alternativa, como CRT, es que la clase trabajadora levante un programa de independencia de clase para que la crisis la paguen los capitalistas, logrando la unidad de la clase trabajadora nativa e inmigrante de todo el continente. Una unidad que luche por la instauración de gobiernos de trabajadores en los diferentes Estados, en la perspectiva estratégica de los Estados Unidos Socialistas de Europa