ERC, JxCat y PSC pelean cada voto y escaño, mientras las encuestas también dan cuenta de una alta abstención del 30% a seis días del 14F.
Lunes 8 de febrero de 2021
Todas las encuestas, con algunas variaciones, muestran que la lucha por la victoria este 14F está reñida. Por un lado el efecto Illa parece haber relanzado las opciones del PSC. Por otro lado, la entrada de Carles Puigdemont ha ayudado a levantar la candidatura de Laura Borràs. Y, finalmente ERC, que parece ser puede perder un poco de fuelle aunque se mantendría como la fuerza con más diputado. Lo cual dibuja un resultado incierto para saber quien ganará las elecciones y qué coalición será la que obtenga la entrada en la Generalitat.
Lo más probable sería que una alianza de JxCat y ERC se haga cargo del Govern, como sucede actualmente. No obstante habría que ver quién encabezaría el mismo, cuestión esencial para definir al nuevo President. ERC no quiere investir a Borràs por estar siendo investigada, siempre en el caso que los republicanos quedasen por detrás. Por eso, desde ERC están gritando al voto útil para sumar parte del voto de JxCat y la CUP. Sería muy difícil para Esquerra votar a un candidato de JxCat cuando hace años que quieren dar el sorpasso en la Generalitat. Y se tendría que ver si necesitan el apoyo activo o la abstención de la CUP en la investidura.
La opción de un "Tripartito III" no es actualmente imposible, aunque sí muy improbable. Las encuestas dan como una opción de gobierno la suma del PSC, ERC y els Comuns. Hay que tener presente que actualmente las relaciones entre Gobierno central y gobierno catalán son difíciles, y especialmente con Esquerra, puesto que la tabla de diálogo no se ha reunido y desde Moncloa se siguen dando largas. Todo esto a pesar de que Esquerra ha investido a Sánchez y aprobado sus presupuestos. Además si el PSC queda finalmente segundo, tendrá muy crudo investir un President independentista.
Otra opción, aunque nadie lo ha mencionado, sería hacer un Govern de concentración para enfrentar la terrible situación económica y sanitaria. Esto sería una gran coalición de JxCat, ERC, PSC y Comunes. Algo que ninguna formación política quiere, pero la situación social y económica es tan desastrosa que no sería imposible que en algún momento se ponga al orden del día.
Aparición de Vox y crecimiento de la CUP
Por otro lado, en la parte “baja” de las encuestas, se puede ver una dura competencia entre Vox y la CUP. Se da cierta polarización social a izquierda y derecha. La CUP duplicaría sus diputados, pasando de 4 a 8 y acercándose al máximo histórico de su representación en el Parlament. Y por la extrema derecha parece que Vox se está alimentando de la caída de Ciutadans y de la impotencia del PP golpeado por el caso Bárcenas y el 155. La formación semifascista entraría según algunas encuestas con siete diputados.
Esta polarización es una clara señal de la situación que estamos viviendo con el desastre de tiendas cerradas, desocupación alta, ERTOs con ingresos muy bajos para los trabajadores. Si bien todavía no hemos llegado a la catástrofe de la crisis anterior, en muy pocos meses hemos presenciado una caída económica mucho más pronunciada.
Vox es la formación que más aprovecha esta situación de crisis social. Esto es, así, por un lado, porque la “izquierda” está en el gobierno de Sánchez-Iglesias PSOE-UP, y por otro lado porque en Catalunya las formaciones independentistas son las que gestionan la lucha contra la Covid. Y ambos gobiernos lejos de evitar la catástrofe que sufren trabajadores, falsos autónomos y los pequeños comercios, se dedican a desplegar políticas y ayudas que favorecen al gran empresariado y patronales.
Así es como Vox, con un discurso más vinculado a sectores populares desesperados, critica a la izquierda parlamentaria y muestra que el Gobierno de la Generalitat es corresponsable de estas medidas. Pero, como no podía ser de otra forma, lo hace con un discurso fascista, antimmigrante y misógino. Por eso insistimos desde estas páginas que la izquierda anticapitalista tiene que generar una alternativa independiente de la burguesía central y catalana.
Problemas en las mesas electorales y la abstención
Fuera del plano de la aritmética parlamentaria y los sondeos, los problemas "técnicos" más importantes serán las posibles dificultades para conformar las mesas electorales el día de las elecciones y la alta abstención. Y es que más allá de los debates entre partidos, la cuestión que más preocupa a una gran mayoría de la población es la situación de la Covid aún con una alta tasa de contagio (2.500-3.000 por día en los últimos días) y el miedo de contagiarse, especialmente el día de las elecciones. Y claro, está la dura situación económica que no encuentra respuesta dentro de los programas electorales.
Esto puede llevar a una situación inédita que haya algunas decenas de mesas electorales que no puedan abrir el 14F e incluso a muchas más que lo hagan más tarde de lo normal. En estos días las Juntas de zona se están esforzando para evitar el “absentismo”, sumado al mensaje recordatorio de los medios sobre las penas de prisión y las multas por las ausencias injustificadas.
Sin embargo, apenas se hace hincapié que todas las alegaciones sean tramitadas y que no haya este silencio administrativo hasta el día electoral. En garantizar que la gente que tiene motivos de salud sea realmente excusada y que se pongan medidas de seguridad efectivas para evitar el contagio de Covid entre los miles de autoridades de mesa.
Lamentablemente, el Govern no había previsto que el 14F hubiera un alto índice de contagios. A pesar de que muchos epidemiólogos alertaban que habría un crecimiento importante de contagios producto de las cenas en las fiestas y vacaciones de invierno.
Si bien se empezó a vacunar a final de diciembre, nadie pensó en vacunar a las autoridades de la mesa electoral; del mismo modo que si hay que evitar la aglomeración de personas tampoco se pensó en doblar la cantidad de centros electorales. Podemos gestionar cuentas bancarias por internet, pero no podemos votar electrónicamente. Hay una falta de inversión y previsión en estas elecciones bestial.
Precisamente esta falta de seguridad ha fomentado un voto por correo récord. Alrededor de 285.000 personas habría optado para hacerlo en las oficinas de Correos. Esto ha generado aglomeraciones en estas oficinas durante la semana pasada. Ya veremos si la empresa es capaz de gestionar un 350% más de volumen de voto por correo y como lo gestionarán las mesas a la hora de escrutarlo.
También está muy afectada la participación. Aparentemente sería de un 65% ateniéndonos a lo que dicen las encuestas. En este caso, no estaría nada mal, teniendo en cuenta que en el País Vasco fue del 51% o en Galicia del 49% el julio pasado. Pero como hay un 30% de indecisos es muy difícil calcular a priori qué participación nos encontraremos.ç
Estas elecciones, las más extrañas de estos cuarenta años de democracia burguesa, son las más inciertas por los resultados, por la posibilidad que no se forme gobierno, por la polarización que empieza a haber y por una participación sumamente incierta.