Como historiadoras feministas rechazamos la condición de elección de la enseñanza de la historia en toda la Educación Media, porque sabemos que la formación en esta disciplina es fundamental para avanzar en un proyecto de educación no sexista, laico, democrático y equitativo. El año pasado el “tsunami feminista” no sólo afectó a las universidades, sino también tocó a muchísimos colegios. Constatamos, con mucha alegría, cómo las mujeres jóvenes secundarias denunciaban el acoso y la violencia en sus aulas, cuestionaban cómo los currículos “ocultos” dentro de sus escuelas favorecen la mantención del heteropatriarcado racista y clasista en nuestra sociedad desde la educación.
Martes 28 de mayo de 2019
Frente al anuncio de la aprobación del CNED de las nuevas bases curriculares para 3er y 4to año de Enseñanza Media, en el que entre otras disposiciones se establece el carácter electivo de la asignatura de Historia, como Red de Historia Feminista declaramos lo siguiente:
Rechazamos los principios neoliberales que orientan esta propuesta, ya que frente al derecho a la educación, se impone la garantía de la libre elección de jóvenes frente un puzzle de conocimientos, no homologables entre sí, y la mayoría fundamentales para el desarrollo de un proyecto integral de educación.
Existe un Sistema Nacional de Educación que ha sido cercenado por la clase política, estableciendo niveles y subsistemas estanco, sin articulación y coherencia. Es tal la esquizofrenia, que mientras a las Universidades se les exige y asfixia con las acreditaciones obligatorias de las carreras de pedagogía, se obliga al desarrollo de prácticas tempranas y progresivas, se aumentan las carreras a 5 años, se establecen dos evaluaciones obligatorias y un largo etc. Por otro lado, se desmantela el sistema en que los estudiantes de pedagogía se van a desempeñar laboralmente.
Los mecanismos antidemocráticos y de espalda a la ciudadanía en la toma de decisiones, consagrados por la Ley General de Educación del año 2009, que restituyen el rol del CNED como órgano con atribuciones fundamentales en las decisiones de la educación nacional, constituyen una traba para garantizar un sistema educativo justo y democrático. Esta institución no opera de manera neutra, sino que sus representantes encarnan proyectos políticos, ya sea como ex colaboradores bajo la dictadura militar a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores (Schwitzer) o como Subsecretario de Educación bajo el gobierno de Ricardo Lagos (Montt).
Sabemos que lamentablemente tanto desde la academia como desde instituciones, fundaciones, etc, que bajo la figura de “expertos” en educación y que comulgan con los principios neoliberales, han validado instancias de “pseudo consulta o participación” desarrolladas desde el Mineduc, pero en absoluto secretismo frente a los y las actores de la educación y sus órganos de representación. Por decir lo menos, resulta en extremo sospechoso que tanto el Colegio de Profesores, como un grupo de profesores de Historia que publicó una declaración en El Desconcierto, alegan no haber podido opinar ni evaluar este gran cambio en cuanto a la asignatura de Historia en los colegios. Por lo anterior, este anuncio, a pesar de ser legal, es ilegítimo al trasgredir el derecho fundamental de participación de profesores/as en decisiones curriculares, como también del valor mayor de la libertad de enseñanza: reconocemos que al momento de detentar “expertiz” en este ámbito, las y los docentes son la voz más autorizada al respecto y, sin embargo, han sido silenciados.
Rechazamos la jibarización de la disciplina histórica y las declaraciones de la ministra Marcela Cubillos que establece que “hasta 2do medio los contenidos se encuentran cubiertos”. Consideramos que no se trata solamente de contenidos, o de disputar horas con otras disciplinas, esto es una disputa ideológica y política, por la construcción de la historia en las escuelas como condición para pensar históricamente los procesos sociales, políticos y culturales. Y esto, al interior del currículum, debe ser continuo y obligatorio, otorgando de esta manera un status de saber fundamental en nuestra sociedad para comprender el pasado y construir el presente. Junto con ello, recordamos que antes de esta jugada política, y no técnica del CNED, existieron diversas iniciativas a partir de las atribuciones que la Ley General de Educación del año 2009 entrega a este organismo y al Ministerio de Educación para modificar las bases curriculares, siendo varios los intentos anteriores de reducir las horas de Historia en los colegios. Está del todo claro que somos una disciplina que incomoda y a donde, justamente, encontraremos más críticxs de tendencias políticas neoliberales y de centro y derecha, que siempre nos considerarán como una asignatura “sobreideologizada” e innecesaria. Nuestro compromiso político es con la veracidad, con el análisis fundamentado y con la información, lo cual claramente incomoda a distintos centros de poder.
La asignatura de Historia es eliminada como obligatoria para 3o. y 4to medios a través de medidas que dan continuidad a una reforma iniciada en el gobierno anterior, no podemos negar que no sólo la derecha intenta cercenar el conocimiento del pasado, sino también los gobiernos neoliberales maquillados de Concertación y Nueva Mayoría. Con ello, en el fondo, se propende a borrar y silenciar la reflexión del pasado, aquel que tensiona y hace preguntas al presente. Pasado que carga consigo memorias y procesos llenos de historicidad con sujetos/as que se han movilizado colectivamente para tener voz, para alcanzar cuotas de poder en lo social y lo político. Con ello se alaba y profundiza un presentismo, ad hoc con el modelo neoliberal.
La argumentación va en el sentido que desde 7º a 2º año medio se transferirán los conocimientos y habilidades en una maratón de contenidos, entre adolescentes de 13 a 15 años. Por tanto, surge las dudas y peligros acerca de lxs estudiantes de los dos últimos años, aquellxs, quienes en el inicio de su juventud, no reflexionarán y menos aún cuestionarán el pasado reciente. Pues ese poder de la palabra y de expresión de las ideas al interior del aula es rebeldía y trae consigo movilizaciones, tomas y paros en pos de derechos fundamentales, remeciendo incluso a una sociedad completa, los ejemplos más próximos son la “Revolución Pingüina” del año 2006 y el movimiento estudiantil y social desplegado el 2011. Aún más, esta rebeldía ha tenido por protagonistas a las mujeres, quienes levantan carteles y voces contra violencias y contra el sexismo en la educación chilena.
Además, la supuesta crítica acerca de la forma, estrategias y habilidades pedagógicas utilizadas para impartir asignatura historia tienen que ser observadas en un contexto en el cual los/as profesoras se ven sometidos por la carrera de evaluaciones estandarizadas a que son sometidos/as estudiantes, léase Simce, PSU. Pues en estricto sentido las ciencias sociales y, en particular, historia desde enfoques contemporáneos se caracteriza por posibilitar la reflexión, el pensamiento crítico no sólo del pasado sino también del presente. Agregado a ello, las habilidades de interpretación de textos, imágenes, gráficos, etc., aunado a la dimensión espacial con el aporte de la geografía nos permite situar territorialmente los procesos históricos. La globalización significa desterritorialización, más en los tiempos en que la sustentabilidad es un bien preciado.
Si bien es cierto se pueden incorporar contenidos vinculados a derechos humanos, memorias y movimientos sociales en la asignatura de Formación Ciudadana, si esto no se plantea desde una reflexión situada históricamente pierde su significado político y su historicidad. Por lo mismo, señalamos, con fuerza y claridad, que SinHistoriaNoHayFuturo.
Como historiadoras feministas rechazamos la condición de elección de la enseñanza de la historia en toda la Educación Media, porque sabemos que la formación en esta disciplina es fundamental para avanzar en un proyecto de educación no sexista, laico, democrático y equitativo. El año pasado el “tsunami feminista” no sólo afectó a las universidades, sino también tocó a muchísimos colegios. Constatamos, con mucha alegría, cómo las mujeres jóvenes secundarias denunciaban el acoso y la violencia en sus aulas, cuestionaban cómo los currículos “ocultos” dentro de sus escuelas favorecen la mantención del heteropatriarcado racista y clasista en nuestra sociedad desde la educación. Por otra parte, en el marco de una reunión ampliada dentro del 1o Congreso de la Red de Historiadoras Feministas -llevado a cabo en agosto del año pasado- hubo una cantidad no menor de participantes profesoras y estudiantes de pedagogía, quienes enunciaron la importancia de enseñar, investigar y pensar historia feminista no sólo en las universidades, sino también en los colegios, lo cual como Red de Historiadoras Feministas consideramos todo un desafío. Creemos que se nos ha abierto un hermoso horizonte de posibilidades, tanto para la investigación como para la enseñanza. Sin embargo, esta propuesta viene a cortar las alas de aquellxs estudiantes que desde la enseñanza media miran la historia en perspectiva de género y feminista. Sostenemos, por tanto, que la asignatura de Historia permite incorporar nuevos enfoques historiográficos visibilizando el aporte de la Historia de las Mujeres, del género, de las sexualidades, y de los feminismos. Creemos necesario visibilizar y profundizar las trayectorias de las mujeres como protagonistas de sus vidas, además de su inserción y creación de espacios sociales, políticos y culturales, lo cual no es posible sin las herramientas que nos otorga la Historia como disciplina.
Finalmente, consideramos como Historiadoras Feministas que la educación está ligada a la construcción de poder de lxs niñas, adolescentes y jóvenes, por lo tanto, siempre estaremos alertas para visibilizar, denunciar y rechazar las prácticas machistas, neoliberales, racistas y heterosexistas que aún persisten en el sistema educativo chileno. Seguiremos insistiendo en que “nunca más solas” frente al acoso y la violencia en los espacios educativos y en la sociedad en su conjunto.