El dictamen de la dirección del trabajo, las deficientes medidas de seguridad laboral, en los desplazamientos y la represión son un permanente recordatorio de por qué Chile despertó.
Sábado 28 de marzo de 2020
La conducción del gobierno de Sebastián Piñera no ha dejado de ser cuestionada en redes sociales por las medidas represivas y empresariales ante la inminente crisis sanitaria que cada invierno ocurre, pero que tendrá dimensiones especialmente catastróficas si no se invierte en resolver problemas estructurales. Los empresarios y estados de otros países, como Italia, derechamente han dejado morir a los ancianos porque durante años se han recortado presupuesto a la salud pública y pensiones, y hoy han manteniendo la producción de industrias no esenciales multiplicando los contagios.
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Es que todas las humillaciones sufridas por el pueblo trabajador, por las mujeres, por los jóvenes, por ancianos, durante años, en estos días se aceleran y se cruzan. Despidos, filas para el pago, filas de ancianos para la vacuna, prioridad a la policía antes que niños para prevenir la influenza, toque de queda, jóvenes trabajando en condiciones precarias en las aplicaciones de delivery, las mujeres con la carga del doble trabajo doméstico y triple si se suman los protocolos de higiene, el cuidado de niños, ancianos, enfermos, ademas de ayudar con las tareas de quienes son estudiantes aún. Mientras los empresarios piden rescates y el gobierno hizo negocio redondo con el arriendo del Espacio Riesco.
#FueraPiñera, #DestituciónMañalich, #Verguenzanacional, #LicenciasLaboralesMasivas, Fueron algunas de las tendencias en redes sociales, incluso la viral expresión de Mañalich respecto a que “el virus pueda mutar a buena persona” tuvo repercusiones en la prensa internacional. Según Subtel aumentó un 30% la tasa de navegación y es expresión de esta actividad que se incrementa, se multiplican las denuncias de los abusos y humillaciones en los lugares de trabajo, donde obligan a tomar vacaciones o los despiden o no les dan los implementos de seguridad.
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Se multiplican en redes sociales las manifestaciones de que la cuarentena es un repliegue en las movilizaciones, se exigen medidas urgentes, miles de trabajadores están expuestos a contagiarse y contagiar a sus seres queridos por la sed insaciable de los empresarios, mientras ellos gozan de cuarentenas en las que hacen fiestas o sencillamente están bien abastecidos mientras cientos de miles, sin tener un trabajo formal no saben cómo abastecerse sin salir a trabajar cada día, porque no tienen asegurado el pan en la mesa si no salen a trabajar y gracias a las medidas del gobierno los empresarios pueden despedirlos o dejarlos sin sueldo.
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Se respira la indignación, la rabia crece y se sigue expresando el Chile que despertó en octubre, por ejemplo, coordinando acciones en redes como la convocatoria a #MarchaVirtual, o los cacerolazos convocados contra el dictamen de la Dirección del Trabajo, también el Colegio de Profesores convocó este viernes a cacerolear para exigir contenidos educativos en la televisión abierta o de las coordinadoras por los presos de la revuelta, quienes exigen libertad para quienes han sido perseguidos y criminalizados por protestar.
Se reinventan las formas de lucha para no soltar esa unidad, esa solidaridad que se forjó en meses de protestas y represión, pese a las declaraciones tibias de los organismos sindicales, la clase trabajadora ha dado respuestas con huelgas espontáneas en los lugares de trabajo donde no hay medidas de seguridad contra la pandemia, se ha mostrado su indignación y su estado de alerta.
En la crisis sanitaria actual tenemos que repensar nuestras tácticas para luchar, está claro que las soluciones no van a venir del ejecutivo. Ni tampoco se pueden seguir concentrando miles de personas en Plaza de la Dignidad. Pero en distintos puntos de Santiago se sintieron cacerolas, hubo voces de resistencia, una resistencia que no es pasiva, sino que exige medidas radicales frente a la situación de emergencia, como la exigencia de convocar a #HuelgaYa porque #ChileDespertó.
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Javiera Márquez
Periodista
