Sigue el debate entre las fuerzas centralistas y el Govern catalán alrededor del rol de los Mossos d’Esquadra en el atentado terrorista.
Viernes 1ro de septiembre de 2017
Foto: EFE / Andreu Dalmau
Este jueves el Conseller d’Interior, Forn, y el Major de los Mossos d’Esquadra, Trapero, han salido al cruce de las acusaciones de El Periódico de Catalunya en relación a un aviso que habrían enviado los Servicios de Inteligencia de EEUU a los Mossos d’Esquadra. Según el Conseller, la información presentada por este medio es un montaje y ese aviso habría sido desestimado en su momento por el gobierno central.
Desde el mismo atentado estamos asistiendo a una especie de guerra de guerrillas por parte del Estado central que cuestiona la acción de la policía catalana. En su momento fueron algunas figuras del PP, luego sindicatos policiales, también la agrupación de Guardia Civil se quejaba de que no aceptaron su ayuda y ahora vuelve a la carga El Periódico de Catalunya. Más allá de los cuestionamientos, es llamativo que se hagan público y con tanta insistencia.
Por su parte, sectores del gobierno catalán y el propio jefe de los Mossos, el Major Trapero, denunciaban que había una falta de información de las fuerzas policiales autonómicas, a las cuales se les negaba información recibida de otras fuerzas policiales y servicios de inteligencia extranjeros en especial europeos.
Lo cierto es que los Mossos d’Esquadra están en el centro de la tormenta desde el 17A. No solo porque tuvieron que afrontar el grave atentado. Sino porque aparecen en el centro de la discusión de cara al Referéndum del 1O. Por una parte, Puigdemont y las fuerzas soberanistas reivindican su accionar, lo cual demostraría que Catalunya es capaz de resolver situaciones graves con absoluta autonomía. Por otro, están aquellos que tratan de mostrarlos como una fuerza de pacotilla.
Y también, como ha pasado en otros países que sufrieron atentados, el poder político ha iniciado una campaña para represtigiar su fuerza represora. Como es el caso de la Generalitat con los Mossos d’Esquadra. La burguesía catalana es consciente que los necesita para proteger sus empresas y evitar que el pueblo le desborde en todo el proceso hacia el 1O.
Ni con la Guardia Civil, ni con los Mossos
La actuación de los Mossos ha entrado de lleno en la campaña para el 1O. Sin embargo, no hay control alguno en este debate por parte de los trabajadores y el pueblo. No es posible saber si las críticas son correctas, ni tampoco si el accionar de la policía autonómica ha sido el idóneo. Y, no solo no lo podemos saber, sino que la experiencia previa no sirve para inspirar confianza, todo lo contrario. No es posible tener confianza en los Mossos, ni tampoco en la Guardia Civil.
Hay que pensar en las denuncias de torturas que hay sobre los Mossos de Les Corts. Es necesario recordar la actuación que denunció “Ciutat morta”. Los Manteros y muchos inmigrantes no pueden olvidarse de los Mossos porque son perseguidos cada día. Lo mismo para los trabajadores que salen a luchar o hacer huelgas. Ester Quintana los sufrió con la pérdida de su ojo. Y un inacabable etcétera. Por otra parte, los Mossos están divididos ante el 1O y no es claro que papel jugarán.
Sin embargo, esto no hace mejor a la Guardia Civil. Nada más lejos. La “Benemérita” se encargó de atacar a los inmigrantes de Tarajal con 15 muertos y trató de ocultarlo con todas sus fuerzas. Es la misma GC la que echa en caliente a quienes cruzan la frontera, de manera ilegal. En Catalunya se dedican a interrogar funcionarios, sin orden judicial. Y, por supuesto, son quienes se encargan de reprimir a los trabajadores y el pueblo, como se vio en la militarización que sufrieron los trabajadores de Eulen en el aeropuerto de El Prat.
No hay reivindicación posible a los Mossos, por parte de los trabajadores y el pueblo. Menos aún para la Guardia Civil. O para cualquier fuerza de “seguridad” o de “defensa” porque solo sirven a la seguridad y defensa de los grandes empresarios y los políticos que les llevan sus negocios.
Contra los ataques del estado centralista al derecho a decidir
No obstante, es claro que hay una maniobra de las fuerzas centralistas para desprestigiar a los Mossos y a todas las instituciones catalanas. Esta maniobra seguramente irá arreciando cada vez más, cuanto más cerca estemos del 1O. Porque la cuestión de fondo es impedir el referéndum catalán. Desde el mismo día del atentado, el Rey, Rajoy y el Grupo Prisa quisieron explotar el atentado para acabar con el referéndum.
Esta maniobra, es la adecuación de la “Operación Catalunya” luego del atentado del 17A. Y, como tal, cualquier demócrata consecuente debe repudiarla. Pero, no hay que confundir dicho repudio con una reivindicación de los Mossos d’Esquadra. Hay que repudiar la violencia del estado contra los disidentes, hay que repudiar al centralismo burocrático de Rajoy y el PSOE contra el pueblo catalán.
Para superar todas las maniobras y ataques contra el 1O es necesario movilizar y organizar a los trabajadores y el pueblo catalán. Nada de esto está en la “hoja de ruta” de Junts pel Sí y la CUP. Precisamente, esto hace que la realización del Referéndum catalán sea incierto a tan solo un mes. No se sabe si será un nuevo 9N o un referéndum de verdad. Si el pueblo toma el 1O en sus propias manos otro será el cantar.
Los sindicatos, en primer lugar CCOO y UGT, deben ponerse a la cabeza del 1O y defenderlo de los ataques del Gobierno. Ellos deben impulsar un frente único junto a los Comunes y Podemos-Podem para que el 1O podamos votar todos de manera vinculante. La CUP también debe estar a la cabeza y para ello debe abandonar la “hoja de ruta”. El PDeCAT y ERC hace años que están en el “día de la marmota”. El 1O será efectivo y vinculante si los trabajadores y el pueblo lo toman en sus manos.