Giorgio Jackson (RD) interpela a Sebastián Piñera manifestando que de no “dividir el proyecto” de la Reforma Tributaria no contaría con su voto para aprobarla. ¿Se puede “esperar” algo del gobierno o hay que oponer una gran movilización en las calles para echar abajo una reforma que es estructuralmente pro-empresarial?

Camila Acuña Trabajadora Social y militante de Pan y Rosas
Lunes 1ro de abril de 2019
La derecha de Piñera ha venido poniendo en marcha diversos ataques contra mujeres, estudiantes y la clase trabajadora en su conjunto. Uno de ellos es la Reforma Tributaria (cambio en el sistema de impuestos) que entró el año pasado, pero que estuvo trabada durante mucho tiempo. El próximo miércoles 03 de abril se votará la idea de legislar y el gobierno hasta ahora no cuenta con los votos necesarios.
El gobierno busca a como de lugar el apoyo de la oposición para llevar adelante esta reforma. Es por ello que presentó un protocolo de 5 puntos para intentar agilizar la tramitación del proyecto, entre ellos el aumento de 10% a 19% de impuestos para plataformas digitales como Netflix o Spotify.
Sin embargo, se mantiene el carácter esencial de esta: que las grandes empresas paguen menos impuestos. Ese es precisamente el punto que Piñera no va a ceder y mucho menos a través de argumentos progresistas o filosos desde la oposición, es algo sumamente insuficiente.
Giorgio Jackson hace algunos días formó un equipo de trabajo llamado “Equipo Jackson” junto al sitio web https://lossuperricosprimero.cl/ en donde explica en 10 puntos porqué no gusta de la propuesta del gobierno. En donde cuestiona a las grandes empresas y sus ingresos millonarios. Ante esto, se hace necesario pasar de lo discursivo a los hechos. Revolución Democrática es la organización dentro del Frente Amplio con más parlamentarios y figuras públicas y existe un gran sector que confía en su política. Pero, con un avanzada de la derecha como la que se observa actualmente la “política moderada” y tibia no será capaz de dar un golpe real contra los “super ricos” del país ni el régimen capitalista imperante.
Incluso, todas las tribunas y organismos del conglomerado deberían ser puestos al servicio de levantar un plan de lucha nacional que se proponga enfrentar las reformas antipopulares: tributaria, educacional y laboral. Es más, la oposición no ha salido a cuestionar el pago de los impuestos regresivos como el IVA con la implementación de la boleta electrónica y la transferencia de dinero que hace el gobierno a la Iglesia. Institución que se opone fervientemente a los derechos de mujeres y comunidad LGBTTI.
Los “tiempos mejores” llegaron, pero solo para los empresarios. La derecha hace una coordinación a nivel internacional a través del ProSur y a la cabeza está uno de los presidentes más peligrosos de América Latina: Bolsonaro. Pese a ello, también existen expresiones de descontento desde los movimientos y el año comienza dar señales de tranformarse en un 2019 muy político. Eso demostraron miles de mujeres el 8 de marzo. La “tregua” y paz social no es una opción, más bien el camino es potenciar las tendencias combativas, la unidad entre mujeres, estudiantes, pueblos originarios y trabajadores y con un programa independiente de la derecha y le Ex Nueva Mayoría.
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