Por el lado del seguro privado se inicia la discusión en el Senado, mientras que la reforma a FONASA será materia para las y los diputados. Plan de Salud Universal, 2% sobre la renta para licencias médicas en ISAPRES y más subsidio en la atención privada por bonos, en FONASA son dos caras de una misma moneda: desintegración de la salud pública y robustecimiento de las ganancias en privados.
Lunes 6 de mayo de 2019
Junto a la aprobación de legislar la reforma tributaria, las propuestas de fexibilización laboral, ahora se inicia la carrera de la reforma de salud. Vía comisión de salud del Senado se iniciará la discusión referente a las Isapres y paralelamente se ingresará la idea de reformar el Fondo Nacional de Salud (FONASA) en la cámara baja.
Siete son los puntos centrales de la reforma al sector privado, a saber: i) Plan de Salud Universal, ii) Libre Afiliación, iii) Esquema de Compensación de Riesgo y Contribución Solidaria iv) Subsidio de Incapacidad Laboral, v) Consejo Técnico de Salud, vi) Reforzamiento de la Fiscalización Financiera de las Isapres y vii) Aumentar la Competencia y protección del beneficiario.
Es decir mediante una contribución solidaria de las y los mayores de 18 años se tratará de mitigar las grandes diferencias existentes entre los diferentes grupos discriminados actualmente por riesgo (adulto mayor, mujer en edad fértil, niño menor de 5 años y preexistencia de alguna enfermedad crónica o grave). Esto quedaría integrado en una paquete de servicios médicos (tipo AUGE) denominado Plan de Salud Universal que será ofrecido a las distintas familias y que mediante el equilibrio solidario del riesgo financiero apuntaría a una especie de Sistema de Seguridad Social, pero privado.
Además la Libre Afiliación obligaría a las Isapres a aceptar a todas las personas que quieran contratar un plan de salud con ellas. Finalmente un cargo adicional por licencias médicas (Subsidio de Incapacidad Laboral) sería determinado por las Isapres llegando hasta un 2% de la renta.
Todo este nuevo escenario trae proyecciones para las cuales, el empresariado de la salud junto al gobierno de Piñera, ya prepara sus planes ambiciosos: el Plan Nuevo Asegurado (PNA) cuyo fin sería recibir la población que por economía (la “clase media”) podría migrar a Isapre y se estima que un aproximado de 407.486 afiliados de FONASA podrían cambiarse de asegurador, con un impacto fiscal de 71 mil millones de pesos , que dejaría de percibir el fondo público por concepto de pérdida de beneficiarios.
Reformar FONASA debiera ser un eje central para Piñera, Santelices y el ministro de Hacienda, si es que le importaran los 14 millones de afiliados que esta tiene, siendo los más empobrecidos, enfermos y ancianos de Chile.
Sin embargo, en vez de fortalecer la infraestructura del sector público, mejorar condiciones y contratos de trabajo en el sector hospitalario, lo que se prepara es que FONASA deje de entregar dineros para la autogestión hospitalaria (que demostró ser un fracaso, con una deuda histórica que supera los 800 mil millones de pesos) y se comporte como un ente independiente de Gestión Financiera donde la ya consolidada compra de servicios a los centro privados vendría a institucionalizarse y consolidarse como una vía legítima de enriquecimiento de clínica e Isapres.
Se propone fortalecer a FONASA, sí, pero desde el poder de tomar de decisiones de compra y de subsidio, principalmente beneficiando las modalidades de libre elección (Bonos en clínicas o centros médicos): se eliminará el tope máximo de copago y se incluirá a los tramos B, C y D a los hombres cónyuges o en unión civil de aquellas mujeres que trabajan y cotizan, como carga de estas. Un impacto fiscal de mil millones de pesos.
Las Reformas y la política en todos los bandos: ¿hay una salida revolucionaria?
Desde la Oposición (PPD, PR, PS, PC, RD y Progresistas) optan por la idea de un Sistema Nacional y un Seguro Único, sin embargo esto permitiría la existencia indemne de los prestadores privados que lucran con la salud, es decir, dentro de los márgenes capitalistas.
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios optamos por conquistar con organización y lucha, un Sistema Universal donde el financiamiento, la administración y la regulación estén integrados en su totalidad, sin fragmentaciones actuales que tiene en desahucio permanente a la salud pública.
Un sistema donde la gestión de los recursos sea determinado por sus protagonistas, funcionarios y funcionarias de la salud en control conjunto con usuarios del sistema, con el traspaso de toda entidad privada a una red nacional y pública financiada por las cotizaciones, los impuestos generales y las ganancias provenientes de los recursos del país.
Lo demás, sería seguir obviando lo que Marx (a propósito de su natalicio) y Engels ya identificaban en el Manifiesto Comunista: "El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa". Así, Piñera y Santelices administran los negocios las ganancias de su clase empresarial, por sobre nuestras salud y vidas.