Luego de la catástrofe en el norte, se desnudaron un sin fin de problemáticas sociales. Una de las más debatidas por sus duraderas y hasta mortales consecuencias es si el agua y barro que cubre pueblos y ciudades contiene relaves mineros.
Martes 7 de abril de 2015
Hasta ahora el gobierno se empeña en negar que hayan colapsado algunos de los relaves mineros, pero todo parece que el contenido del polvo y barro en algunas de las localidades indica otra cosa.
Un reciente informe corroboraría lo que los nortinos afectados ya sienten en el aire y observan en las casas y calles. Este informe advierte que hay evidencias de arrastre de relaves en zonas residenciales que fueron inundadas por el barro, en las localidades de Diego de Almagro, El Salado y Chañaral.
Es una situación compleja, en Chile los únicos que monitorean constantemente los relaves son las propias mineras, y esto sin considerar los relaves abandonados. En el caso particular de la Región de Atacama hay 91 tranques abandonados, de los cuales nadie se hace cargo.
Vale la pena preguntarse ¿porque la opinión del gobierno y de las mineras contrasta tanto con la observación directa de los afectados?
Es que hay muchos millones en juego, imagínense a la gran minería indemnizando de por vida a niños con enfermedades crónicas a los pulmones, obligados a donar a instalaciones hospitalarias por un aumento de los índices de sustancias cancerígenas en el aire y aportando con una parte de los miles de millones de sus ganancias en la reconstrucción del norte; que es lo mínimo que debiese hacer. Pero esto es ficción, al parecer es más barato pagar campañas electorales, como Soquimich.