×
×
Red Internacional
lid bot

OPINIÓN. René: un sencillo que muestra un clima de época

El pasado jueves 27 de Febrero, el cantante Residente sacó un sencillo autobiográfico, ya lleva más de 33 millones de reproducciones.

Lunes 2 de marzo de 2020 22:14

"Una noche me sentía muy mal, estaba en México, el estadio esperándome, y yo no quería salir del hotel. Llamé a mami porque quería tirarme del balcón y no sabía por qué. Esa noche llegaba un amigo y se quedó conmigo. Al otro día comencé a escribir este tema", así encabezaba en su lanzamiento, Residente, en sus redes sociales, su nuevo sencillo “René”. Una canción autobiográfica donde relata los aspectos más crudos de su vida, así como una confesión de episodios de depresión y tristeza, muy profundos.

En una entrevista con Prensa Asociada, Residente, aseguró “ahora estoy bien” y que la canción lo ayudó a sanar. ¿Pero qué es lo que hace a este single tan especial, que toda una juventud se vea tan reflejada en él?

El malestar, la tristeza y la depresión de una generación sin nada. Una juventud que intenta todo el tiempo llegar a cumplir expectativas y méritos que nos imponen y son inalcanzables. Y es que más allá del relato íntimo y personal que Residente le da a las rimas de su canción no hace falta hacer mucho esfuerzo para verse reflejados y reconocerse en los pasajes que describe. Mientras los medios de comunicación y las redes se inundan de publicaciones de estereotipos a seguir ¿Cómo podría sentirse una generación, golpeada por el mundo, donde tanto capitalismo sale caro?

Criados sin ser dueños de nada, con familias disfuncionales, hipotecadas hasta la muerte, con padres que laburan 12horas para alimentar a sus familias, madres que dejan todo (hasta a ellas mismas) para criar a sus hijos. Hay roces y peleas todos los días en casa.

Afuera en la calle, a los amigos los mata la policía, a la salida de un boliche, y si no son los patovas, es la fábrica o el laburo precario, mal pago, que te come la vida, el cuerpo y la mente.

La tristeza, depresión, ataques de pánico, las bajadas y subidas de presión, son la moneda corriente en esta generación. Una juventud que aumenta cada vez más las filas de la precarización y que son presionados social y culturalmente para alcanzar objetivos al que solo puede acceder una minúscula parte de la sociedad.

"A veces ya no quiero estar aquí", dice el estribillo, en este mundo que se pudre bajo nuestros pies. Con crisis climáticas, atentados bélicos, pandemias. Nadie quiere estar realmente aquí.

El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. “Es en esta época de claroscuros donde surgen los monstruos” diría Antonio Gramsci (y los que falta aún enfrentar),es esta generación la que se quedó atrapada en medio. La sociedad, los medios nos presionan a ir a donde nadie me molesta, a desaparecer o a “bajar el telón”. Pero (siempre) hay luz al final del túnel, mirense sino, las noticias de los amigos franceses y chilenos.

Donde la desigualdad social y económica de este capitalismo rancio y podrido cada vez mayor, ha sido el gran motor de movilizaciones en todo el mundo, como lo son hoy la rebelión chilena o la huelga general en Francia. Pero de esto se habla poco, en los medios. Y es que es mejor hablar del Coronavirus, en vez de las luchas que hay en el mundo.

Estamos viviendo el reverdecer de la lucha de clases, prematura, pero que llegó para quedarse. Hay que militar y hacer la revolución que compense nuestras penas. Militar otra sociedad, otro mundo, otra vida. Otra proeza será transmitir, esta pasión, al de al lado. Sacarle el polvo y mostrarle lo que se aproxima.

Esa va a ser la cura para nuestra depresión.