Wilbur Ross, secretario de Comercio de Trump, afirmó “no estamos buscando un acuerdo rápido, sino un buen acuerdo”. Ildefonso Guajardo, titular de Economía de México, señala que no se puede “postergar más” la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
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Viernes 26 de enero de 2018 00:30
“La gran oportunidad es entre marzo y el fin del mes de junio porque tenemos varias limitaciones. Yo creo que el mid term (mitad del periodo) de la elección americana (estadunidense) es un límite significativo”, explicó Guajardo, quien está participando de la delegación mexicana en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
Así respondió al secretario de Comercio de Trump, quien sostuvo este miércoles 24, también en Davos, que “no hay urgencia para que su país alcance un acuerdo con México y Canadá” sobre el acuerdo comercial.
Afirmó “Creemos que es mucho más importante tener un buen acuerdo que tenerlo listo en una agenda precisa”.
Recordó a su vez que al menos habrá una ronda más una vez que finalice este sexto encuentro en Montreal.
“Somos conscientes de que hay elecciones en julio en México, regionales en Canadá en junio y de que tenemos la expiración de la autoridad de Comercio también y las elecciones al Congreso de Estados Unidos en julio” planteó Ross, pero aclaró “no estamos buscando un acuerdo rápido, sino un buen acuerdo”.
Mientras tanto, las exigencias de la administración Trump se mantienen, aunque sus socios Canadá y México esbozan optimismo frente a la renegociación del TLCAN.
"La actualización del acuerdo es una tarea delicada con grandes oportunidades para modernizar (el TLCAN)", afirmó en el Foro Económico Mundial Chrystie Freeland, encargada de la negociación por Canadá.
Ildefonso Guajardo, su par mexicano, explicó que la intención de hallar soluciones creativas para el TLCAN estaba en una posición mucho mejor que en 2017.
Los asuntos más ásperos son un importante aumento en el contenido regional obligatorio del sector automotriz; una cláusula de terminación automática del TLC a cinco años, prevista si los tres países no acuerdan lo contrario, y una reforma integral de los mecanismos de resolución de controversia. Todos puntos en los que Trump no está dispuesto a ceder ni un centímetro, aunque los directivos de las grandes trasnacionales están en contra del primero de los puntos.
Canadá ha manifestado que no cederá tampoco, mientras que el gobierno de Peña Nieto ya ha dado muestras de su permanente subordinación a los dictados de Washington.
No obstante, los tres gobiernos coinciden en algo fundamental: todos quieren incrementar el nivel de explotación de la clase trabajadora, al costo que sea, para sostener el nivel de ganancias.
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