Mattarella, presidente de la República, iniciará este jueves los contactos para conseguir que el próximo primer ministro, el cuarto no electo en Italia, pacte una ley electoral y la convocatoria de elecciones.
Miércoles 7 de diciembre de 2016
Foto: EFE
Ayer miércoles se oficializó la dimisión de Matteo Ranzi tras la aprobación de los presupuestos para el 2017. Durante la mañana, el Senado aprobó las cuentas para el siguiente curso por 166 votos a favor, 70 en contra y una abstención.
La aprobación de los presupuestos era la condición que el presidente de la República, Sergio Mattarella, puso a Renzi para aceptar su dimisión que el propio primer ministro anuncio el pasado domingo tras su derrota en el referéndum sobre la reforma constitucional.
Renzi, tras la luz verde del Senado a los presupuestos, se reunió a las 17:30 con la dirección nacional del Partido Democrático (PD) para posteriormente, a las 19:00, formalizar su dimisión en el palacio Quirinal.
El ya ex primer ministro dejó la cabeza del ejecutivo italiano valorando la posición tanto del PD como de la oposición. Frente a las reformas que debe afrontar Italia, Renzi aseguró que “nosotros no tenemos miedo de nada ni de nadie. Por tanto, si los demás partidos quieren ir a votar después de la sentencia -en enero se deberá decidir qué ley electoral es empleada - que lo digan claramente. Si, en cambio, quieren un nuevo Gobierno que haga una nueva ley electoral y cumpla con las citas relevantes de 2017, el PD es consciente de su responsabilidad, pero no puede ser el único que sostenga ese Gobierno, porque aquí todos deben asumir su parte”.
Renzi apostó en su despedida por un gobierno provisional que pueda sacar adelante las reformas que, considera, Italia necesita, como en su momento pudo hacer Mario Monti, nombrado por el presidente Giorgino Napolitano, en sustitución de Silvio Berlusconi.