Esta semana el gobierno hizo gala de cómo se prepara para la conmemoración del primer año del estallido social. 40 mil efectivos, carabineros infiltrados e informes que el gobierno desconoce avalando la labor de la odiada policía.
Domingo 18 de octubre de 2020
“Son la primera línea que nos defiende de males”, estas fueron las palabras del presidente Piñera para avalar la labor de Carabineros luego de haber arrojado a un joven de 16 años por el puente Pío Nono.
No podía ser de otra forma. Luego de iniciado el estallido el gobierno tuvo una línea de guerra en contra de las manifestaciones, instalando policías y militares en las calles, despertando, con ello, la rabia de amplios sectores de la población quienes éramos testigos de horribles violaciones a los derechos humanos
Los brutales crímenes de policías y militares fueron observados por un reciente informe de Amnistía Internacional, una organización que no tiene da de izquierdista. El informe titulado “Ojos sobre Chile: Violencia policial y responsabilidad de mando durante el estallido social” determinó la existencia de violaciones a los derechos humanos ocurridos desde el 18 de octubre.
Sin embargo, la respuesta del gobierno fue desconocer los resultados del informe, restándole importancia y legitimando el actuar de las fuerzas de orden y seguridad. El gobierno, según un comunicado publicado a propósito de dicho informe, señala “no ha existido por parte de Carabineros una práctica o política premeditada o generalizada de uso de la fuerza con el fin o la intención de castigar a las personas manifestantes, como supone el Informe en base a antecedentes de limitado alcance”, en fin, la hipocresía.
Así mismo, no conformes con el intento de homicidio en contra del joven arrojado al Mapocho, este miércoles la Fiscalía Centro-Norte formalizó una investigación en su contra por supuestos desórdenes públicos. De víctima a victimario.
No conforme con lo anterior, el gobierno anunció el despliegue de más de 40.000 efectivos para hacerle frente a las manifestaciones que este domingo conmemorarán un año del estallido social. Donde hay policía, hay represión, por lo que no podemos esperar nada bueno de la respuesta del gobierno.
Lo que faltaba: policías infiltrados en peligrosas ollas comunes
La guinda de la torta esta semana fue el escándalo de un policía infiltrado en organizaciones sociales de Lo Hermida con el objetivo de realizar provocaciones. Una pobladora reconoció en uno de los programas más vistos del país a un activista, ya no con dreadlocks y piercings, sino que vestido de policía.
Esta torpeza valió un enorme bochorno al gobierno, quienes prefirieron tapar el escándalo acusando ridículamente la vigilancia a organizaciones criminales como las peligrosas ollas comunes que en todo el país se han levantado para responder al hambre de amplios sectores de la población.
A pesar de la represión del gobierno el grito de protesta sigue intacto. Aún somos miles quienes queremos echar abajo el régimen heredado de la dictadura y es por eso que, a pesar de los nefastos dichos de Boric sobre las movilizaciones, este domingo seremos miles quienes coparemos las calles y plazas de Chile para demostrar que seguimos en pie.
Retomemos el camino del paro nacional del 12 de noviembre, avancemos a una huelga general para sacar a Piñera e imponer una Asamblea Constituyente, verdaderamente libre y soberana, para resolver las demandas de octubre y todos los grande problemas del país.